Papá: siete cosas que no puedes hacer en el paritorio

Papá: siete cosas que no puedes hacer en el paritorio
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El otro día salió un estudio que afirmaba que la presencia de la pareja en el parto podría hacer que la madre sintiera más dolor en el parto. Como padre y pareja voy a coger el testigo y dejar por aquí mi pequeño granito de arena para evitar posibles sufrimientos. Estos son algunos consejos para padres, siete cosas no puedes hacer en el paritorio.

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Una vez que llega el momento del parto, todo son nervios y pocos son capaces de permanecer fríos ante el final de nueve meses de espera. Por fin vais a conocer a vuestro hijo, ya está, es el final del camino.

Y son esos nervios los que pueden jugarnos muy malas pasadas, haciendo que no estemos a la altura de las circunstancias, a la altura de lo que nuestra pareja espera de nosotros.

No eres John Ford, así que vigila lo que haces con la cámara

Tener un recuerdo en vídeo o foto del nacimiento de tu hijo es algo maravilloso, pero en esta película tú no eres el director, sacar un primer plano de la cara de tu pareja mientras ella está teniendo una contracción puede ser para un Goya a la mejor fotografía, pero no creo que ella comparta tu emoción por mostrar "el sufrimiento en estado bruto" así que lo mejor es quedarse en algún sitio donde no molestes y puedas seguir dando apoyo a tu pareja.

Menospreciar la labor del parto de tu pareja

Que tu madre casi os tuviera a ti y a tu hermana en el taxi, o que tu abuela pariera en casa con una vecina no es motivo para creer que parir es como coser y cantar. Que tu madre y tu abuela no te contasen que probablemente tuvieron mucho miedo y que el dolor las atravesaba con cada contracción, no significa que no les hubiera pasado, sino que probablemente no consideraran conveniente compartir ese dato contigo.

Será un proceso natural y lo llevaremos haciendo millones de años, pero eso no implica que ahora duela menos que antes o que intentes comparar los dolores y el malestar de aquella vez que te dio un cólico con lo que está pasando tu mujer ahora. De verdad, esto no es una competición de quien aguanta mejor el dolor, esto es un parto y estamos a otra cosa.

Que el camarero de la cafetería te conozca mejor que la matrona

El tiempo que transcurre entre que decidimos ir al hospital y el momento de dar a luz puede hacerse muy largo, entiendo que uno puede necesitar salir a fumar un cigarro (aunque ya debería haberlo dejado), o tomarse un café, comer algo, etc. Pero no tiene ninguna justificación que te pases el tiempo metido en la cafetería o en los aledaños de la maternidad buscando un lugar donde fumar. No es una buena idea que tu pareja se pase dilatando en una habitación (momentos que pueden llegar a ser eternos) sola y mucho menos si está sola con tu madre. En esos momentos lo mejor es tener a alguien que la quiere y está calmado a su lado.

Evita ser la Reina de la fiesta

Vale, de fiesta tiene poco, pero seguro que me habéis entendido. Sabemos que está nervioso y casi tan ansioso como ella por ver la cara de tu hijo. Esto puede hacer que ciertas personas tiendan a acaparar las miradas del entorno y la atención de todo aquel que se cruce en vuestro camino. Y es que los nervios pueden jugarnos una mala pasada en esos momentos provocando que pongamos a nuestra pareja y verdadera protagonista en una esperpéntica situación. Recuerda, hoy la protagonista del cuento es ella.

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Creer ser quien no eres

No vas a ser el primero, ni serás el último que se impresiona en un parto. Es cierto, somos hombres y los hombres tienen que estar ahí, al pie del cañón independientemente de lo que pase a nuestro alrededor, ni nos ponemos nerviosos, ni nos marea un poco de sangre, ni nos...doctor, creo me estoy mareando.

Un parto impresiona y por mucho que te gusten las películas del género gore, esto es la realidad y es tu pareja la que está pariendo, hay sangre, hay gente moviéndose de un lado a otro, hay gritos, sudor y dolor. Si no puedes soportarlo no pasa nada, no tienes por qué hacerlo, pero lo que si tienes que hacer es no convertirte en otro problema, así que o no pases al paritorio o si ya estás dentro colócate en un rincón y espera a que todo pase.

Por ahí cuentan la historia del padre que se desmayó y al que no atendieron hasta que el bebé estaba en brazos de su madre. Ahora, que desde luego iba a ser una anécdota increíble para contar.

Olvidarse de que esos primeros momentos son para la madre y el hijo

Llevan nueve meses juntos, el uno dentro del otro, pero aún así siguen sin conocerse. Que el bebé reconozca y sienta a su madre es algo de vital importancia para él, mucho más que ninguna otra cosa (salvo casos extremos, claro). Por ello espera a tener a tu hijo en brazos a que ella le haya tenido, a que se hayan conocido. Tienes todo el derecho a disfrutar de tu hijo, pero esto es sólo un instante en la vida que os espera a todos.

Enfadarte por sus reacciones

Hay mujeres que en el momento del parto e incluso con el inicio de las primeras contracciones se transforman en la versión oscura de si mismas, golpes, insultos, acusaciones no es algo que se cuente, pero tampoco es tan raro. Ponte en su lugar, que un bebé de unos tres kilos intente abrirse camino a través de ti es motivo suficiente para sacar la parte más animal que llevamos dentro. No te preocupes, una vez el bebé esté fuera, tu pareja volverá a ser también la misma de antes (o al menos una versión muy parecida)

¿Qué otras cosas os molestaron de vuestra pareja en el parto?

Foto | Thinkstock
En Bebés y Más | El papel del padre en el parto: la madre y el bebé te necesitan, Papá, así se acompaña a tu mujer en el parto

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