Qué son las 'sad beige moms' y de dónde viene su fijación por una crianza monocromática

En sus casas no encontrarás colores brillantes y llamativos, sino una paleta de colores neutros: desde lo que ellas visten hasta los juguetes de sus hijos.

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Lucy Ortega

Si usas con frecuencia cualquier red social, quizás hayas notado que muchas influencers de maternidad tienen algo en común además de compartir la vida de su familia. Hablamos de la estética de sus hogares, su ropa y hasta los juguetes de sus hijos.

Como ya lo hemos comentado anteriormente, las cuentas de mamás influencers suelen mostrar una visión retocada y editada de la maternidad, donde el desorden brilla por su ausencia. Pero también, en la mayoría de ellas hay un color que lo predomina todo: el beige, también conocido en español como beis.

Esta tonalidad, que nos recuerda al café con leche, parece ser el color por elección de la mayoría de las madres que comparten su vida en redes sociales. Tanto, que incluso las que lo usan se han ganado un apodo, 'sad beige moms'.

¿De dónde viene esa fijación por tener una casa, un estilo y una crianza monocromáticos?

La estética de las 'sad beige moms'

Pexels Pavel Danilyuk 6999278 Foto | Pavel Danilyuk en Pexels

Como decíamos al inicio, es fácil identificar a este tipo de madres influencers porque cada detalle de su casa, desde la decoración hasta la ropa de su familia y los juguetes de sus hijos, se encuentra dentro de una paleta de colores naturales, reinada por el beige y que incluye colores como el blanco, el ocre claro y diversos tonos de gris.

En algunas de ellas, aunque en menor medida, existen otros colores en algunos objetos o juguetes de sus hijos, pero si los hay, lo están en sus tonalidades más tenues, apagadas u opacas. Y fue precisamente esta estética ausente de colores vivos la que hizo que muchas personas comenzaran a llamarlas 'sad beige moms'.

Ahora, no es que las personas tengan algo en contra del beige. Es que simplemente solemos relacionar la infancia con colores más vivos, más brillantes, más intensos: rojo, azul, verde, amarillo... Vaya, colores que se asocian con la energía y alegría típica de los niños.

Y aunque siendo objetivos el beige no tiene nada de malo, la realidad es que es un color neutro pero también uno apagado, todo lo opuesto a los que solemos encontrar en productos y ropa para niños, por lo que algunas personas consideran que es un color deprimente, al menos en el entorno infantil.

Sin embargo, las madres que siguen esta estética tienen una forma de pensar distinta. Ellas no ven el color beige como algo triste o negativo, sino como un color neutro y natural que evoca calma y tranquilidad. Y no están tan equivocadas.

De dónde viene esta fijación por el beige

Como ya lo explicamos alguna vez cuando hablamos sobre psicología del color, los tonos café -entre los que se incluyen varias tonalidades elegidas por estas madres, como el beige, el ocre o el castaño claro-, están relacionados con la tierra, la seriedad y la resiliencia.

En sus tonos más claros, esta gama de colores suele evocar calidez, confort, seguridad y equilibrio, lo que está en la línea de lo que desean crear esas madres en sus hogares: un ambiente minimalista y sereno que invite a la calma.

Por otro lado, también hay que tomar en cuenta que muchas de ellas comparten fotografías y vídeos desde el interior de sus hogares, y desde el punto de vista estético los tonos neutrales proporcionan un fondo más elegante y son símbolo de riqueza y estatus.

Sin embargo, algunas personas señalan que, si bien puede ser una elección consciente y bien intencionada, la ausencia de colores brillantes no solo crea un entorno aburrido, sino que esa monocromía en tonos naturales difícilmente estimula a los niños y podría resultarles deprimente.

¿Puede afectar esta crianza monocromática a los hijos?

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Una cosa es lo que nosotros podemos percibir o pensar, y otra lo que diga la ciencia respecto a los niños y su relación con los colores.

Por un lado, está más que comprobado que los niños prefieren los colores brillantes: un estudio realizado con bebés encontró que se sienten más atraídos hacia ellos, lo cual justifica que los juguetes y las prendas infantiles sean tan coloridos.

Otra investigación en niños de cinco años, descubrió que a esa edad ya suelen asociar los colores con las emociones, destacando que perciben los colores brillantes (rosa, rojo, azul) como positivos y los colores oscuros (café, gris, negro) como negativos. En cuanto a los beneficios del color, otro estudio demostró que los colores pueden ser muy útiles para los niños, ya que les ayudan con el razonamiento espacial.

Sin embargo, también hay estudios que señalan que un exceso de color y patrones puede afectar la concentración infantil. De acuerdo con un estudio realizado con niños de preescolar, un entorno con poca decoración ayuda a que los niños aprendan mejor, mientras que otro, también con niños de preescolar, señala que los niños se distraen más al jugar en superficies coloridas que en superficies más neutras.

Como podemos ver, la ciencia no se inclina por uno u otro, pues ambos, tanto los colores brillantes como las tonalidades neutras, tienen sus respectivos beneficios para los niños. La clave, al parecer, está en mantener un equilibrio entre los dos.

Foto de portada | Pavel Danilyuk en Pexels

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