No sabes muy bien por qué pero siempre te pasa lo mismo: acabas en relaciones de parejas que se parecen demasiado unas a otras, como si siguieras una especie de patrón. ¿Por qué?
No siempre es casualidad ni simple mala suerte: la psicología tiene respuestas sorprendentes para este patrón. Desde lo biológico hasta lo emocional, pasando por lo cultural: vamos a descubrir qué hay detrás.
Buscar lo familiar: el efecto transferencia
La mente humana tiende a buscar lo familiar, incluso en lo que duele. En Michigan State University, Leahy y Chopik (2021) estudiaron a más de 500 personas y hallaron que solemos sentir atracción hacia quienes comparten rasgos con ex parejas o padres, evocando sensaciones conocidas aunque no sanas, y percibiéndolas a veces erróneamente como nuevas .
Por ejemplo: Alba siempre se enamora de hombres responsables y tranquilos, como su padre… pero termina sintiéndose sola.
La teoría del espejo
Nuestra forma de elegir pareja es también una forma de proyectarnos. Como dice la teoría del espejo: lo que no afrontamos de nosotros mismos, lo vemos reflejado en el otro, y eso puede activar atracción o rechazo. Ahí está el aprendizaje: en esas tensiones internas.
Revivir para sanar: repetición inconsciente
Sigmund Freud, médico austríaco padre del psicoanálisis, hablaba de la “compulsión a la repetición”: es como si buscáramos recrear lo no resuelto para obtener un nuevo final. Pero ojo: no basta con repetir, hay que entender. Solo así puede darse un verdadero cambio y cierre.
Buscamos personas que nos validen
Según la self-verification theory, tendemos a rodearnos de personas que validen nuestra imagen sobre nosotros mismos, incluso si esa imagen es negativa. Si te percibes poco valioso, querrás a alguien que te lo confirme… sin darte cuenta.
La trampa de la comodidad
Los estudios sobre el fenómeno de “matching” indican que buscamos algo con un nivel similar al nuestro: atractivo, inteligencia, valores… no tanto por una elección consciente, sino porque conviene al ego y al entorno. Es parte de nuestra normalidad social: no es “votar por lo común”, sino por lo “esperable”.
Oportunidad de crecimiento… aunque da vértigo
Por otro lado, la teoría del auto-expansión (Aron et al.) también nos cuenta que podríamos elegir a personas diferentes a nosotros para crecer. Pero aunque es una opción atractiva, es menos frecuente porque exige salir de la zona de confort.
¿Cómo romper este bucle?
- Toma conciencia: observa qué rasgos se repiten (por ejemplo: atractivo, temperamento, cultura...).
- Indaga en tu historia: ¿tu tipo o patrón recuerda a alguien significativo y no resuelto?
- Cuestiona esa comodidad: pregúntate si te ofrece crecimiento o solo consuelo o comodidad.
- Explora nuevos perfiles: si siempre eliges lo “conocido”, ábrete a nuevas opciones, elige a alguien que te desafíe sanamente.
- Pon atención a tus reflejos internos: si la relación te mueve por dentro es señal de que estás en el lugar donde hay material para trabajar.
Repetir patrones en pareja: tal vez, la señal de algo
Repetir patrones en la elección de la pareja no es un defecto: es una señal de "algo". Tal vez la señal de que algo profundo necesita ser visto y comprendido.
Y aquí no se trata de evitar relaciones “que se parecen”, sino de entender cuál es su historia y para qué te sirven. Solo así podrás transformar destinos y, sin querer, atraer a un amor que sea realmente algo que te aporte y te permita crecer de forma sana en pareja.
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