En el universo de películas infantiles, Inside Out se lleva gran parte de la fama cuando hablamos de emociones. Pero, entre las joyas menos conocidas, hay una que brilla con luz propia: Hanna y los monstruos (2023), que obtuvo una nominación a los Goya en 2024 como Mejor Película de Animación y que ahora está disponible en Filmin (puedes verla aquí).
Una película española dirigida por Lorena Ares que además de entretener a los peques, también es un precioso viaje por la empatía, los miedos y la aceptación de lo diferente.
Hanna y los monstruos: un viaje a un lugar donde los monstruos no son lo que parecen
Hanna es una niña encantadora con una curiosidad poco común: adora a los monstruos. Un día, su sueño se hace realidad cuando logra llegar a Monsterville, el pueblo donde estas criaturas viven escondidas del mundo humano.
Pronto descubre que, lejos de ser temibles, los monstruos cargan con sus propios miedos, inseguridades y complejos. Pero no todos están felices con la llegada de una humana.
Algunos ven en Hanna la oportunidad perfecta para romper el frágil puente entre ambos mundos y aislarse para siempre. Y ahí surge el conflicto: ¿podrá la pequeña ganarse la confianza de todos antes de quedarse atrapada en Monsterville para siempre?
Por qué es tan especial
Lo que hace mágica a Hanna y los monstruos es que, bajo su estética colorida y su aire de cuento, es en realidad una historia sobre gestión emocional y prejuicios. Enseña a los niños que el miedo no siempre es enemigo, sino una señal que nos protege… aunque, si lo dejamos crecer demasiado, puede separarnos de los demás.
Los personajes monstruosos —cada uno con su particularidad y debilidad— funcionan como un espejo de las emociones humanas: el miedo al rechazo, la inseguridad por no encajar, el orgullo que impide pedir ayuda. Es un festín para conversar después con los peques: ¿A qué monstruo te pareces más cuando tienes miedo? ¿Qué pasaría si juzgamos a alguien sin conocerlo?
Perfecta para ver en familia
Además de su mensaje, es divertida, ágil y llena de momentos que arrancan sonrisas y algún que otro suspiro. La animación es cálida y los diálogos, cercanos, lo que la convierte en un plan perfecto para una tarde de sofá y manta.
Hanna y los monstruos es una elección preciosa, una pequeña gran joya que demuestra que, a veces, los monstruos solo necesitan que alguien los escuche… y los quiera tal como son.
Foto | Porta (Película Hanna y los monstruos, 2023)
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