La infidelidad en la pareja es un dardo a la autoestima: cómo sanar el amor propio

La infidelidad en la pareja es un dardo a la autoestima: cómo sanar el amor propio
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Cuando iniciamos una relación romántica, establecemos (o al menos, deberíamos), una serie de acuerdos o límites que consideramos imprescindibles para seguir en esa relación. Por ejemplo, el tema de la exclusividad. Si acordamos exclusividad y ésta se rompe por una infidelidad, se produce una fisura en la relación.

Y a raíz de ello, es probable que nos planteemos si seguir o no. Hablamos de cómo afecta una infidelidad a la relación de pareja pero también a la autoestima, y reflexionamos sobre si es posible o no, continuar (y cómo).

¿Cómo afecta una infidelidad en la pareja?

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Cuando un miembro de la pareja es infiel, es probable que perdamos esa confianza en la otra persona. Podemos sentir miedo de que vuelva a hacer lo mismo, y también, nos sentimos profundamente traicionados. Sentimos rabia hacia el otro, enfado, frustración.

Además, esto también afecta a la autoestima; podemos caer en el error de preguntarnos, ¿es que no soy suficiente para él/ella? O incluso, culparnos: ¿he hecho algo mal? Así, una infidelidad es como una ola, que arrasa con muchas cosas, y que puede hacer tambalear los cimientos de la relación y la confianza hacia uno mismo.

Sin embargo, no todo está perdido. Hay parejas que deciden seguir tras una infidelidad; y de hecho, es posible hacerlo. Eso sí, con mucho trabajo personal de ambas partes (sobre todo, de la persona infiel), esfuerzo y compromiso.

1. Desconfianza

Lo primero que queda tocado en la relación tras una infidelidad, es la confianza (hacia uno mismo y, en ocasiones, también hacia el otro). Puede que tuviéramos alguna sospecha de que la infidelidad estaba teniendo lugar, o puede que no. En el segundo caso, ésta nos pilla aún más por sorpresa, aumentando la desconfianza hacia el otro.

A raíz de esta vivencia podemos pensar, ¿y si ya lo había hecho antes? O, ¿y si lo vuelve a hacer? Y estos pensamientos, aunque son lógicos y pretenden protegernos, también nos causan malestar.

Cuando sufrimos una infidelidad, es habitual que nos preguntemos: ¿y si ya lo había hecho antes? O, ¿y si lo vuelve a hacer?

2. Traición

Cuando vivimos una infidelidad, nos sentimos traicionados y engañados, y esto, por supuesto, duele. Podemos incluso sentir vergüenza. A veces incluso lo sentimos como un ataque directo a nuestra autoestima. Sin embargo, en este punto es importante no personalizar; que el otro nos haya engañado, no dice nada de nosotros (en todo caso, sí dice de su conducta).

3. Miedo a que vuelva a ocurrir

Aparece también un miedo a que la otra persona lo vuelva a hacer. Esto se deriva de este sentimiento de traición que, de forma coherente, activa un miedo. Por supuesto, que lo haya hecho una vez no tiene por qué significar que lo vuelva a hacer, pero el miedo, igualmente, está.

4. Un dardo a la autoestima

Como decíamos, una infidelidad puede vivirse como un dardo a la autoestima (sobre todo, si nuestra autoestima no es buena). De repente, no entendemos. Podemos incluso sentirnos "menos", inferiores o avergonzados. Nos cuestionamos nuestra valía como persona (y pareja).

Por supuesto, esto no siempre ocurre. Hay personas que tienen una autoestima sólida y trabajada, o que simplemente, no personalizan hacia ellas mismas el error de su pareja (encuentran las explicaciones en otro lugar), y por lo tanto no sienten atacada su autoestima.

Aunque no siempre, a veces ante una infidelidad la autoestima queda tocada, y podemos caer en el error de cuestionarnos nuestra valía como persona.

5. Replanteamiento de la relación

El resultado de todo esto es que quizás, nos replanteemos la relación. En nuestra mente asaltan preguntas sin respuesta; ¿vale la pena continuar? ¿Podré volver a confiar? ¿Seré capaz de superarlo? ¿Nuestra relación está dañada para siempre?

Se ha producido una ruptura, un daño en la relación que no sabemos si se podrá reparar. En esta fase, es lógico que tengamos dudas, y por lo tanto necesitaremos tiempo para procesar lo ocurrido y decidir.

¿Es posible seguir tras una infidelidad?

Sí es posible seguir tras una infidelidad, pero esto dependerá de varios factores. Por un lado, deberá haber una predisposición al perdón. Y por la otra parte, un perdón, una reparación, un compromiso.

Es decir, ambas partes deberán implicarse, sobre todo la parte que ha cometido la infidelidad. Así, ¿qué se necesita para seguir tras una infidelidad?

  • Tener una conversación clara y honesta, donde podamos expresar cómo nos hemos sentido y resolver las dudas que necesitemos.
  • Compromiso y ganas por ambas partes.
  • Perdonar (reconocer el error, ser franco) y saber perdonar.
Es posible superar una infidelidad siempre y cuando haya compromiso para trabajar en esa herida, un perdón sincero por parte del infiel y la capacidad de perdonar honestamente.

Sea como sea, si has sufrido una infidelidad y decides perdonarla, ten claro que ese perdón también conlleva un esfuerzo para hacer limpio. Si se perdona, que sea de verdad; es decir, seguir y sacar en cara esa infidelidad (hacer reproches), por ejemplo en las discusiones de pareja, es un error.

Claro que podemos sentir rencor y rabia hacia nuestra pareja, pero eso también deberemos trabajarlo si queremos continuar de verdad. Y, claramente, nuestra pareja también deberá responsabilizarse de su parte, comprometerse y demostrar que realmente, se arrepiente y podemos volver a confiar.

Nadie nos asegura que vuelva a suceder, pero las relaciones, precisamente, se basan en la confianza. Tal vez esta situación nos sirva para replantear ciertos acuerdos en la relación y, ¿por qué no? Que la relación se haga más fuerte.

¿Y si he sido yo la persona infiel?

Si has sido tú la persona que falló al compromiso, no te fustigues o machaques por ello. Tampoco lo banalices, lo disfraces o lo maquilles. Simplemente, afronta la realidad y decide cómo quieres actuar ahora, y si estás dispuesto a aprender de esta experiencia.

Analiza por qué la cometiste, sé honesto contigo mismo (no te autoengañes) y aborda el problema que te ha llevado a cometerla.

Foto | Portada (Pexels)

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