Deseas con todo tu ser que llegue la hora de irse a la cama y luego los extrañas cuando duermen
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Deseas con todo tu ser que llegue la hora de irse a la cama y luego los extrañas cuando duermen

Todo el mundo sabe que tener hijos te cambia la vida. Y claro, pasamos por un cambio drástico en nuestra vida, rutinas y forma de pensar. En el caso de las mujeres, nuestro cuerpo también pasa por una transformación completa.

Pero también, algo que he notado de forma frecuente, es que quienes tenemos hijos nos volvemos un poco contradictorios. Para ejemplo, una situación por la que probablemente tú también has pasado, cuando deseas con todo tu ser que llegue la hora de que tus hijos se vayan a la cama y luego, los extrañas cuando duermen.

El cambio de mentalidad después de tener hijos

Siempre he pensando que la maternidad nos vuelve un poco locas. Pero calma, que esto no lo digo en el sentido de que hagamos cosas sin sentido o perdamos la cabeza, sino más enfocado a de que hacemos cosas que probablemente antes de tener hijos jamás pensaríamos hacer.

Por ejemplo, cosas que antes nos parecían asquerosas, y que incluso en nuestros primeros meses con hijos nos parecen raras, con el tiempo se vuelven algo de todos los días y parte de nuestro nuevo concepto de “normalidad”.

A veces me pongo a pensar en cómo era mi vida antes de ser mamá y me parece increíble cómo cambia nuestra forma de pensar y ver las cosas antes y después de tener hijos. Aquellas que eran tan importantes, de pronto dejan de serlo, y otras que nunca habíamos siquiera contemplado, se vuelven prioridad y de suma importancia.

Desear que se duerman para poder descansar... y luego extrañarlos cuando duermen

Mama Bebe

Una de esas cosas que cambia después de tener hijos, es el descanso y las horas de sueño. Esas horas de sueño que antes disfrutábamos cuando y cuanto quisiéramos, ahora se vuelven sumamente valiosas, preciadas y anheladas, pues son difíciles de conseguir con todo el cambio de rutina por el que pasamos cuando llega un bebé.

Por ello, algo que muchas veces madres y padres esperamos y deseamos que llegue pronto, es la hora de dormir de nuestros hijos después de un largo día. Y es que además de ser un muy necesario descanso para nuestros hijos, también lo es para nosotros. Y justamente por eso se vuelve algo tan deseado.

A veces, especialmente en los días particularmente ajetreados, incluso llevamos una cuenta regresiva para la llegada de la hora de dormir de los hijos, anhelando ese momento en que cierren sus ojos y podamos disfrutar unos momentos a solas, algo que a madres y padres siempre nos viene bien.

Sin embargo, algo muy curioso sucede después de toda la rutina que hacemos antes de ir a la cama, cuando finalmente nuestros hijos duermen plácidamente, con sus ojitos cerrados y esa expresión de no tener ninguna preocupación en el mundo: no podemos dejar de verles. Les extrañamos. ¡Pero si hace unos minutos estábamos deseando que ya se durmieran! ¿Acaso estamos locos los padres?

Las contradicciones de la vida con hijos

Pues no, no lo estamos (bueno, quizás solo un poco). Desde mi opinión personal como madre, he llegado a la conclusión de que la maternidad/paternidad está llena de contradicciones. Como primer ejemplo, este deseo de que llegue la hora de que los niños se duerman, y que después, cuando finalmente lo hacen, nos quedamos observándoles o contemplándoles.

¿Otro ejemplo? En mi caso particular, y con el que también han coincidido otras madres, es cuando como madre anhelas tener un tiempo para ti, dejas a tus hijos con papá o los abuelos para tener tu ansiado tiempo a solas, y en lugar de disfrutarlo, te sientes mal porque los extrañas y hasta te poner a ver sus fotos y pensar en cuánto los amas.

Pero así es esto de tener hijos, una serie de preciosas y graciosas contradicciones, en la que seguramente quienes no tienen hijos nos ven como si estuviéramos locos cuando nos preguntan cómo se siente tener hijos y decimos que es agotador, desgastante y a veces estresante... pero lo más maravilloso del mundo.

Así que si tú también deseas con todo tu ser que llegue la hora de irse a la cama y luego los extrañas cuando duermen, no te preocupes, eres un padre/madre completamente normal, y solo vives una de las preciosas contradicciones de la vida con hijos.

Fotos | iStock

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