Afortunadamente, el caso que nos contaba nuestra compañera Lola hace unos meses sobre una mujer despedida al anunciar que se iba a someter a una fertilización in vitro ha sido tratado con justicia.
Ya bastantes casos penosos existen de mujeres que tienen dificultades para mantenerse en su puesto de trabajo tras anunciar su embarazo, a pesar de las leyes que las amparan. Pero, ¿imaginamos que nos despidieran de nuestro trabajo por anunciar que estamos buscando un embarazo? Pues sí, desgraciadamente también sucede.
Aunque en este caso una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dado un paso adelante en la no siempre fácil tarea de ser mujer y trabajadora. Hoy ha anunciado que el despido de una trabajadora en fase avanzada de un tratamiento de fecundación in vitro es discriminatorio. Por lo cual, se reconoce que, aunque la mujer aún no se encuentre embarazada a efectos legales, el despido constituye una discriminación directa basada en el sexo.
La sentencia de la corte europea ha venido en respuesta a una cuestión planteada por un tribunal austríaco que tramitaba la denuncia de la mujer que fue despedida por su empresa 2 días después de comunicar que se le iban a implantar embriones resultado de una fecundación in vitro.
Lo que se ha confirmado es que, si bien la trabajadora no se puede acoger a la protección contra el despido relativa a trabajadoras embarazadas, sí puede hacerlo a la protección contra la discriminación por razón de sexo.
Resulta lastimoso saber de estas dificultades que se presentan a las madres trabajadoras, y aunque quede mucho camino para una verdadera conciliación e igualdad de condiciones, se empieza por pasos como estos que van iluminando trocitos del sinuoso camino.
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