Enfermedades que pueden complicar el embarazo: la anemia

Enfermedades que pueden complicar el embarazo: la anemia
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La anemia es una enfermedad por la que el organismo carece de la capacidad de producir la cantidad apropiada de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno) o el número de glóbulos rojos. Los glóbulos rojos o hematíes son uno de los componentes del sistema sanguíneo y la hemoglobina es uno de sus principales componentes.

Como los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno de una célula a otra, el hecho de poseer una escasa cantidad significa que el organismo deberá trabajar con más intensidad para poder obtener y transportar el oxígeno necesario para los órganos y tejidos.

En las mujeres embarazadas la anemia puede aparecer en distinto grado, especialmente a partir de la semana 20 de gestación.

Muchas mujeres embarazadas tienen algún grado de anemia que no resulta perjudicial. Pero las anemias provocadas por anomalías hereditarias en la hemoglobina pueden complicar el embarazo, por lo cual se realizan análisis de sangre para detectar estas anomalías en las mujeres embarazadas.

Además, para detectar anomalías en la hemoglobina del feto (una anemia "normal" no le afectará) puede realizarse un estudio de las vellosidades coriónicas o una amniocentesis.

La anemia durante el embarazo aumenta el riesgo de enfermedades e incluso de muerte del recién nacido en los casos más graves (afortunadamente, son los menos). El feto depende de la sangre de la madre y la anemia puede ocasionar un crecimiento fetal deficiente, un nacimiento prematuro y un bebé de bajo peso al nacer.

En la madre también aumenta la posibilidad de que aparezcan enfermedades. Además, se ve pálida y el esfuerzo extra que el organismo ha de hacer durante el embarazo puede provocar que la mujer se sienta más cansada, decaída y tal vez irritable.

Veamos cuáles son los tipos de anemias que pueden producirse en el embarazo.

Evitar anemia durante el embarazo

Tipos de anemias durante el embarazo

  • Anemia gravídica. Se produce durante el embarazo al aumentar hasta en un 50% el volumen sanguíneo de la mujer. Esto hace que la concentración de glóbulos rojos en su cuerpo se diluya. No se considera anormal o peligrosa excepto en los casos en los que los niveles disminuyen demasiado.

  • Anemia por deficiencia de hierro o anemia ferropénica. Especialmente al final del embarazo el feto se vale de los glóbulos rojos de la madre para su crecimiento. Si la mujer tiene una buen "reserva" en la médula ósea, no habrá problemas. Pero puede que el bebé no vea satisfechas sus necesidades y si no hay suficiente hierro almacenado la madre note esa falta. Por ello incluso antes del embarazo es conveniente llevar una nutrición adecuada con alimentos ricos en hierro y prevenir la anemia por ausencia de este mineral.

  • Anemia por deficiencia de vitamina B12. Esta vitamina es importante para la formación de glóbulos rojos y la síntesis de las proteínas. Como en el caso anterior, una adecuada nutrición que incluya alimentos como leche, carnes, huevos... puede prevenir la deficiencia de vitamina B12. Las mujeres vegetarianas (al no ingerir alimentos de procedencia animal) tienen más posibilidades de padecer deficiencias de esta vitamina, y necesitar suplementos durante el embarazo.

  • Anemia por deficiencia de ácido fólico. El folato es una vitamina B que funciona con el hierro para la formación de los glóbulos. La deficiencia del folato durante el embarazo generalmente está asociada a la deficiencia de hierro. Además recuerda que el ácido fólico reduce el riesgo de dar a luz un bebé con determinados defectos congénitos. Por ello se recomienda un suplemento de ácido fólico antes de quedar embarazada y durante la gestación, así como consumir alimentos ricos en esta vitamina.

Las dos anemias anteriores reciben el nombre genérico de "anemia megaloblástica", resultado de la carencia de vitamina B12, de ácido fólico o de una combinación de ambos elementos.

  • Un caso especial es el de las mujeres con anemia falciforme, una enfermedad de la sangre que se hereda y produce anemia crónica y frecuentes dolores. La anemia falciforme no surge durante el embarazo sino que la mujer ya la tiene, es producto de una anomalía genética. Hoy en día, las mujeres con esta anemia que quedan embarazadas tienen un embarazo de alto riesgo pero afortunadamente con los controles médicos existen muchas posibilidades de llevar el embarazo a buen término.

Como vemos, en muchos casos la anemia depende de a falta de nutrientes esenciales, por lo que la mujer embarazada ha de saber que es importante llevar una nutrición adecuada y equilibrada antes y durante el embarazo.

No obstante, por precaución y sobre todo por asegurar la presencia de ácido fólico se suelen recomendar suplementos vitamínicos que favorecen que la anemia se mantenga a raya y que el feto crezca saludable.

Fotos | Thinkstock
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