Hechos sorprendentes sobre nuestra forma de hablar a los bebés

Hechos sorprendentes sobre nuestra forma de hablar a los bebés
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La próxima vez que te encuentres con un bebé puedes probar el siguiente experimento: intenta mantener una conversación normal, ¿A que es muy difícil? ¡Y tanto que es difícil!

Cuando hablamos a los bebés nos sale de forma natural una voz melódica y con más energía, casi como si cantáramos, utilizando palabras sencillas y frases cortas o mostrando emoción y subiendo el tono al final de cada frase. Estas características típicas de la forma en la que nos dirigimos a los bebés parece que son comunes en muchos idiomas.

Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology sugiere que hay cambios universales en el timbre vocal cuando hablamos a los bebés. El timbre describe las características de una voz o un instrumento musical. Por ejemplo, la diferencia entre una misma nota tocada en un violín o en una trompeta es el timbre.

Explicación del timbre

Elise Piazza, investigadora del Instituto de Neurociencia de Princeton, invitó a 12 madres angloparlantes al Princeton Baby Lab y las grabó hablando a sus bebés (de 8 a 12 meses de edad) y a una persona adulta. Mediante un método de estadística estandarizado, convirtieron las grabaciones en “huellas vocales” con una frecuencia única para cada persona y que hacen que podamos diferenciar a quién pertenece la voz según el timbre.

A continuación, Elise y sus compañeros de investigación, Marius Iordan y Casey Lew-Williams, utilizaron un ordenador para comparar el discurso a los adultos y el discurso a los bebés, demostrando que todas las madres cambiaban el timbre de su voz cuando se dirigían a los bebés.

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Los autores llevaron a cabo varios controles para demostrar que no se trataba simplemente de que las madres hablaran en un tono más agudo con los bebés. Sin embargo, la verdadera prueba llegó cuando grabaron a otras 12 madres que hablaban 9 idiomas diferentes, entre los que se incluían español, ruso y chino cantonés. El algoritmo volvió a captar la misma diferencia entre el discurso a los adultos y el discurso a los bebés.

Elisa describe el cambio como una “manera que usan las madres de forma implícita para ayudar a que los bebés aprendan el lenguaje”. Otra hipótesis es que los bebés son capaces de detectar esta diferencia para saber cuándo se les está hablando y es algo que los investigadores están intentando demostrar. Es algo que estaría en línea con lo que ya sabemos sobre la forma en la que nos dirigimos a los bebés: lo hacemos para ayudarles a que aprendan.

Patricia Kuhl ha demostrado que el habla a los bebés exagera las diferencias entre los sonidos de las vocales, haciendo que los bebés puedan diferenciar palabras más fácilmente, algo que suele ocurrir en la lengua inglesa, la rusa y la sueca. Otra investigación encontró que el habla a los bebés tiene las mismas características acústicas que cuando nos dirigimos a un adulto de forma feliz y los autores afirmaron que “lo que es especial es la forma en la que expresamos emoción sin inhibiciones a los bebés en comparación con la forma en la que expresamos emoción de forma cohibida cuando nos dirigimos a otros adultos”.

Los bebés realizan verdaderas hazañas cuando se trata de aprender un idioma y ya en el vientre materno han aprendido lo suficiente como para saber, al nacer, que prefieren la voz de sus madres y su lengua materna a la de otra mujer u otro idioma.

Los bebés aprenden a reconocer la voz de sus madres antes de nacer

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Un estudio reciente demostró que los bebés prematuros en cuidados intensivos hacían más vocalizaciones cuando respondían al habla de los adultos. Si los adultos dejaban de responder, los bebés se daban cuenta y también dejaban de responder.

Cuando se aplicaba el mismo método en bebés de cinco meses, también dejaban de vocalizar. De hecho, cuánto más sincronizados estaban los bebés con el comportamiento de sus cuidadores a los cinco meses, mejor era su comprensión del idioma a los 13 meses.

En otro adorable estudio los investigadores grabaron a bebés de entre tres y cuatro meses “conversando” consigo mismos y se dieron cuenta de que los bebés expresaban una amplia gama de emociones en sus chillidos, gruñidos y balbuceos.

Esclareciendo un misterio

Además, puede que esta nueva investigación resuelva un misterio de mi propio trabajo. El año pasado, cuando ayudamos a Imogen Heap para crear una canción que hiciera a los bebés felices, le aconsejamos que la grabara en presencia de su hija de 18 meses. Según las investigaciones realizadas en los años 90, los bebés notan la diferencia y prefieren un tipo de canto similar al tipo de habla que utilizamos con ellos. En su día no me creía esta hipótesis, pero con la nueva forma de medir el timbre podremos probar esta teoría.

Al igual que los adultos, la mejor forma en la que los bebés aprenden el idioma es conversando. Desde el comienzo, los bebés quieren unirse a la conversación y es entonces cuando empiezan los amagos de habla entre las madres y los recién nacidos. Las madres suelen esperar a que los bebés hagan una pausa para dirigirse a ellos y esta nueva investigación subraya la idea de que existe una señal universal para indicarles a los bebés que nos estamos dirigiendo a ellos.

¡Y tanto que lo hacemos!

Autor: Caspar Addyman Caspar Addyman. Profesor de Psicología del Desarrollo, Goldsmiths, Universidad de Londres

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.

Traducido por Silvestre Urbón.

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