Ciudades como Pontevedra han recuperado la calle para los niños, ¿cómo lo han hecho?

Ciudades como Pontevedra han recuperado la calle para los niños, ¿cómo lo han hecho?
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La calle se ha convertido en un lugar peligroso para los niños hasta el punto de que en una ciudad es prácticamente imposible escuchar eso de: "Me voy a jugar a la calle". Sin embargo, algo está cambiando en los últimos años.

Algunas ciudades (todavía pocas) tienen en cuenta a los más pequeños, que son los ciudadanos del futuro, a la hora de planificar su desarrollo. En Pontevedra, la influencia del psicopedagogo Francesco Tonucci ha sido clave a la hora de recuperar la calle para los niños.

Al cole, caminando

En Pontevedra la mayoría de los niños pueden ir andando (solos) al cole. Se ha trazado un camino escolar por parte de la Policía Local en el que todos participan para que los niños lleguen seguros al cole: los comerciantes de la zona, personas de la tercera edad que vigilan los cruces, la comunidad escolar...

Como uno de los grandes enemigos de la seguridad de los niños en las ciudades son los coches, se ha limitado la velocidad de los automóviles a 30 kilómetros por hora y se restringió su circulación en el casco histórico. Gracias a ello, en esta ciudad se han reducido más del 60% de las emisiones contaminantes y se ha conseguido bajar a 0 el número de muertes de peatones en sus calles.

Un asesor de excepción

Detrás de estas ideas está la mente inquieta de Francesco Tonucci, pensador, psicopedagogo y dibujante italiano que lleva décadas denunciando que "las ciudades se han vuelto hostiles a todos aquellos que son débiles. Están hechas a medida de un ciudadano modelo, fuerte, adulto, hombre y trabajador".

La solución pasa por hacer una ciudad accesible para todos y, por lo tanto, también para los niños. Los caminos escolares un paso más hacia el objetivo de que los niños puedan volver a jugar en las calles con seguridad. Este pensador concibe la calle como un espacio de experimentación, donde descubrir cómo es el mundo y relacionarse con sus iguales.

La idea forma parte de un concepto más amplio. Tonucci considera que las experiencias que los niños tienen en su tiempo libre complementan el trabajo que se hace en el aula. Por lo tanto, si los niños se pasan la tarde haciendo deberes en casa o jugando con la videoconsola, ¿qué van a poder aportar a sus compañeros al día siguiente?

Más ejemplos

Lo bueno es que tras el éxito obtenido en esta ciudad gallega, el modelo ha sido replicado en ciudades como Gandia, El Prat de Llobregat o Alzira y la tendencia en urbanismo es hacia la peatonalización de las ciudades, como en Madrid, donde se ha anunciado el cierre al tráfico particular de todo el distrito centro a partir de febrero de 2019.

Otro ejemplo es el programa de Unicef Ciudades Amigas de la Infancia, que distingue a los municipios que desarrollen medidas para el bienestar de los niños defendiendo sus derechos, fomentando su participación y haciendo de las ciudades entornos más habitables. En España ya tenemos 120 Ciudade Amigas de la Infancia.

Ciudades más amables, participación de la comunidad y que los padres nos relajemos y no sobreprotejamos a nuestros hijos. Son las claves para que los niños puedan decir de nuevo eso de: "¡mamá, me voy a jugar a la calle!".

Vía El Pais

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