Cuatro patrones de comunicación destructivos que predicen el final de la pareja: la teoría del psicólogo John Gottman

Cuatro patrones de comunicación destructivos que predicen el final de la pareja: la teoría del psicólogo John Gottman
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No siempre el amor se acaba con una gran discusión. A veces, lo que mata una relación no es un portazo, sino el silencio que se instala cuando ya no sabemos hablarnos. Y no porque no queramos, sino porque hemos aprendido a comunicarnos de formas que, sin saberlo, desgastan poco a poco el vínculo.

John Gottman, psicólogo e investigador de relaciones, dedicó décadas a observar parejas en su laboratorio del amor (literalmente), y llegó a identificar con sorprendente exactitud los cuatro comportamientos que más claramente anuncian el final de una relación.

Los llamó los Cuatro Jinetes del Apocalipsis de la pareja. Pero esto no tiene por qué ser una sentencia: puede ser una invitación a mirarnos de cerca. ¿Cuáles son estos patrones?

1) La crítica: cuando atacamos el ser, no el hacer

Una cosa es decir: “me dolió que no me escribieras en todo el día” y otra muy distinta: “nunca te importa lo que yo siento”. ¿Notas la diferencia? La primera es una queja específica. 

La segunda, una crítica a la esencia del otro. La crítica es ese hábito de generalizar, de usar “siempre”, “nunca”, “eres un...”, que poco a poco va erosionando la autoestima y la conexión.

  • Ejemplo: Marta llega tarde, otra vez. David le dice: “Eres una egoísta, siempre haces lo que te da la gana”. Pero lo que quería decir es: “Me siento invisible cuando llegas tarde y no me avisas”. El mensaje es muy diferente, y el efecto también.

Claves para evitarlo: usa el “yo siento... cuando tú...” en lugar del “tú eres...”.

2) El desprecio: la herida más profunda

El desprecio no es solo una forma de comunicación negativa; es veneno emocional. Aparece en forma de sarcasmo, burlas, gestos despectivos o frases que humillan. Va cargado de superioridad y condescendencia, y según Gottman, es el mayor predictor de ruptura.

“¿Tú cansado? ¡Si solo trabajas sentado todo el día! Intenta criar a tres niños y hablamos.” El mensaje detrás es: “yo valgo más que tú”. Y eso es devastador. Además, el cuerpo vive el desprecio como un ataque constante. 

3) La actitud defensiva: cuando todo es culpa del otro

Defendernos parece natural. Pero cuando lo usamos para esquivar responsabilidades, se convierte en un muro que impide la conexión. Responder con excusas, devolviendo la culpa o victimizándonos, es como decirle al otro: “tus emociones no importan”.

  • Ejemplo:
    – “¿Avisaste a mis padres que no íbamos?”
    – “¡No! Estuve liadísimo. ¿Por qué no lo hiciste tú?”

Una respuesta responsable habría sido: “Lo olvidé, lo siento. Voy a hacerlo ahora”. El problema no es equivocarse, sino no saber estar ahí cuando lo hacemos.

4) El obstruccionismo: cuando uno desaparece emocionalmente

¿Alguna vez has hablado con alguien que de repente deja de responder, cruza los brazos, mira hacia otro lado o simplemente se va? Esa es la evasión. Suele llegar cuando el conflicto abruma y no sabemos cómo gestionarlo, así que nos desconectamos para no explotar... pero al hacerlo, dejamos al otro solo.

En vez de calmar las aguas, creamos más distancia. Y si se convierte en la norma, la relación se vuelve un diálogo entre fantasmas.

Recomendación: cuando notes que te cierras, pide una pausa. Un “ahora no puedo hablar, pero quiero retomarlo luego” vale más que una huida silenciosa.

¿Y ahora qué? Lo que realmente importa

Saber identificar estos jinetes no es para castigarnos, sino para tomar conciencia. Todas las parejas los han vivido alguna vez. Lo importante no es no caer, sino saber volver.

Una buena pregunta para empezar es: ¿qué patrón aparece más en nuestra relación? Y otra, aún más valiente: ¿cómo contribuyo yo a que esté ahí?

A veces heredamos estos modos de comunicarnos desde nuestras heridas de apego, nuestras defensas infantiles o el miedo a no ser amados. No somos malos comunicadores porque sí: muchas veces simplemente nadie nos enseñó otra forma.

La buena noticia es que se puede aprender. Gottman también identificó los antídotos: la responsabilidad, el respeto, la validación, la pausa emocional… Pero todo empieza por mirar con honestidad.

Porque las parejas no se rompen solo porque dejen de amarse, sino porque dejan de sentirse seguras para ser ellas mismas dentro del vínculo. ¿Y tú? ¿Has identificado alguno de estos jinetes en tus relaciones?

Foto | Portada (Serie Los nuevos años, 2024)

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