Laura Ruiz Mitjana
Elegir el nombre del bebé puede ser tan emocionante como montar la habitación o sentir su primera patada… pero también puede convertirse en un pequeño campo de batalla.
¿A ti te suena? Uno dice “me encanta Leo” y el otro contesta “uf, me recuerda a un compañero del instituto que me caía fatal”. Así, poco a poco, la lista se reduce y las conversaciones se tensan.
Pero… ¿y si os digo que se puede convertir en algo divertido? Como psicóloga os diré que el humor y la creatividad no solo ayudan a tomar decisiones, sino que además fortalecen el vínculo en pareja. Aquí van cinco juegos originales que os ayudarán a decidir sin discutir y, de paso, a disfrutar del proceso como equipo.
1) El “Top 10 misterioso”
Cada uno hace una lista secreta con sus 10 nombres favoritos. Sin compartirla, le ponéis una puntuación del 1 al 10 según cuánto os gustan. Después, intercambiad las listas y marcad con colores las coincidencias: verde para nombres que os gustan a los dos, amarillo para “meh” y rojo para los que no podéis ni ver.
- Ejemplo: Marta se sorprende al ver que Pablo ha puesto “Olivia” en el número 1… ¡y ella la tenía tachada desde el principio! En lugar de discutirlo, se ríen porque Olivia era el nombre de la exnovia de un amigo común.
¿Por qué funciona? Porque al visualizar las coincidencias y diferencias, la conversación se vuelve menos “yo contra ti” y más “vamos a resolver esto juntos”.
2) El “Torneo del Nombre”
Imagina un campeonato de fútbol… pero con nombres. Hacéis un cuadro eliminatorio: 16 nombres, cuartos de final, semifinales y una gran final. En cada enfrentamiento, debatís qué nombre pasa de ronda.
- Tip extra: Podéis hacerlo en varias tardes para que dé tiempo a reflexionar y evitar decisiones impulsivas.
Lo bueno: convierte una elección seria en un juego competitivo y os permite explorar por qué un nombre os gusta más que otro.
3) El “Storytelling”
Inventad mini historias con los nombres candidatos. Por ejemplo: “¿Cómo sería Luna a los 5 años entrando en su primer día de cole?” o “¿Qué apodo le pondrían sus amigos a Nicolás?”.
Esto ayuda a visualizar al niño o niña con ese nombre en diferentes etapas de la vida y a descartar los que no encajan con vuestra historia familiar.
- Ejemplo: Al imaginarse a “Teo” presentándose en una entrevista de trabajo, ambos se dieron cuenta de que el nombre no les transmitía la fuerza que querían.
4) Playlist con nombres
Haced una lista de reproducción con canciones que incluyan nombres de vuestra lista: “Valeria”, “Daniela”, “Sofía”, etc. Escuchadla mientras cocináis o conducís. Los nombres que os emocionen al escucharlos repetidamente tienen muchas papeletas para quedarse.
- Extra: incluso podéis bailar la canción con el nombre elegido… ¿Os imagináis qué bonito recuerdo contarle a vuestro hijo o hija en el futuro?
5) El “Veto con comodín”
Cada uno tiene un comodín de veto para eliminar un nombre que realmente no soporta. Esto evita discusiones infinitas sobre nombres que claramente no van a prosperar.
Pero cuidado: solo un comodín cada uno. Usarlo será como gastar la última carta en un juego. Os hará reflexionar antes de descartarlo.
Elegir el nombre del bebé: lo bueno de convertirlo en un juego
Elegir un nombre es, en realidad, un ejercicio de pareja: combina valores, emociones, pasado y futuro. Al hacerlo jugando, os alejáis de la sensación de “ganar o perder” y os acercáis a lo más importante: que el bebé llegue a un hogar donde las decisiones se toman con amor y complicidad.
Quizá no recordéis todos los nombres descartados, pero sí recordaréis las risas al imaginar a “Cayetano” con rastas o al eliminar “Elsa” después de cantar Let it go por quinta vez.
Porque el verdadero nombre perfecto no es solo bonito… es ese que elegisteis juntos, sin dejaros a ninguno fuera del juego.
Foto | Portada (Freepik)
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