"¡No soy su amiga!": una madre aclara en un vídeo por qué no le importa que sus hijos estén molestos con ella

"¡No soy su amiga!": una madre aclara en un vídeo por qué no le importa que sus hijos estén molestos con ella
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Son muchos los adultos de hoy en día que echaron de menos, en la infancia y adolescencia, una relación más estrecha con sus padres, en la que pudieran contarse las cosas en confianza y recibir consejos en las épocas que más se necesitan. Quizás por eso, al tener hijos, muchos deciden intentar tener ese tipo de relación con sus hijos, llegando a veces a confundirla con amistad.

Vamos, que muchos padres y madres se relacionan con sus hijos como si fueran amigos, y esto puede suponer un problema tal y como lo explica esta madre, helado en mano, al aclarar por qué no le importa que sus tres hijos estén molestos con ella: "¡No soy su amiga!"

Su nombre es Kristina Kuzmic y es una conocida YouTuber con más de 16 mil seguidores. Hace unos días publicó un vídeo en el que decía que no es la amiga de sus hijos porque les quiere y UPSOCL lo subtituló:

Los amigos están al mismo nivel

Y tiene gran parte de razón, porque una relación de amistad es la que se establece entre dos personas que se respetan, se tienen cariño y confianza, pero están al mismo nivel. Uno no tiene la obligación de educar al otro ni es responsable de su futuro. De hecho, pueden incluso dejar de ser amigos porque una amistad es sobre todo una relación voluntaria.

A diferencia, la relación entre padres e hijos está a diferente nivel (o debería estarlo), porque los padres tienen la obligación de transmitir unos valores a sus hijos, de ser su ejemplo en el día a día y de ayudarles a que sean buenas personas.

Si unos padres actúan como si fueran los amigos de sus hijos pueden correr el riesgo de cultivar una amistad del mismo modo que lo hacen con sus amigos: dejando hacer, sin juzgar, y compartiendo sólo en base a los puntos comunes. Ese dejar hacer puede ser muy peligroso en edades tempranas, porque no es lo mismo decirle a un niño "no me ha gustado nada ver cómo te reías de ese niño" que decirle "no veas qué cara ha puesto cuando le has dicho eso, ¿no?".

Los padres deben ser padres

Es cierto que podemos ser lo más parecido a un amigo para nuestros hijos, pero debemos ser padres. Padres y amigos, por decirlo de alguna manera, que sería el modo de definir que lo ideal para un niño es que los padres no sólo estén en las malas, sino también en las buenas; que no sólo se dediquen a impartir disciplina, sino que pueda ser un compañero de juego. Supongo que muchos queremos decirlo así porque la definición de padre nos deja a con la extraña sensación de que un padre solo hace eso, limitar en demasía (quizás porque nuestros padres fueron así), y queremos ser mucho más para nuestros hijos.

Dicho de otro modo, el concepto de padre debería abarcar lo mejor de la amistad (respeto, cariño, confianza, comunicación) y todo lo que conlleva tener un hijo: la responsabilidad sobre el niño, la necesidad de educarle, transmitir unos valores y acompañarle en el camino para hacerle saber cuándo está haciendo algo que no nos gusta y que tampoco le gustaría a él si alguien se lo hiciera.

Una vez los niños son más mayores los roles se redefinen porque los padres no tienen que estar tan encima en lo que a normas se refiere y pueden ser más "amigos" en base a la confianza en el trabajo hecho como padres. Pero eso viene después. Para recoger, primero hay que sembrar.

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