Colechar con dos niños a la vez

Colechar con dos niños a la vez
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El colecho es la práctica por la cual un hijo comparte espacio con sus padres a la hora de dormir. Es algo que se hace desde tiempos inmemorables y es algo que muchos niños hicimos con nuestros padres cuando éramos pequeños que ahora, sin embargo, se desaconseja por algunos profesionales de la salud, la educación y la psicología (bueno, y la carnicera, la cajera del supermercado y la mamá del amiguito de tu hijo).

Sin embargo, muchos otros profesionales han decidido apoyar dicha práctica como una opción más de cada familia, tratándola como una cuestión íntima en la que nadie, absolutamente nadie, se debería entrometer.

Esto es así porque no existe evidencia alguna de que dormir separado de los padres suponga ningún beneficio para el bebé (o hijo) y sin embargo sí hay estudios que muestran que lo más natural y lo que menos altera los patrones de alimentación, de sueño y emocionales de los bebés es, precisamente, dormir con ellos.

Sin embargo, cuando el bebé crece y se hace niño, muchas mujeres se quedan embarazadas del que será su segundo hijo y allí aparecen las dudas: ¿Es posible colechar con dos niños a la vez?

La edad del hermano mayor

Estando la mamá embarazada los padres se plantean qué es mejor para todos. Se suele pensar que lo más lógico es que una vez llegue el pequeño, el mayor deba pasar ya a dormir en su habitación, sin embargo esto puede no ser demasiado factible por una cuestión de maduración.

Si el hermano mayor tiene dos o tres años puede ser complicado convencerle de que tiene su camita esperándole para dormir en ella. Además, los padres no suelen sentirse demasiado bien tomando esa decisión, porque puede ser contradictorio dormir con tu bebé para respetar sus ritmos y de repente forzar el cambio a otra cama cuando el niño probablemente no quiera hacerlo.

Cuando el niño tiene cuatro o más años de edad (algunos antes y algunos ni entonces), suele ser más fácil hablar con ellos y negociar el traslado. Ir a comprar la cama, si es que aún no la tiene, o elegir las sábanas (ahora que vienen estampadas con Caillou, Mickey o lo que le guste), además de trasladar algunos juguetes o algunas de sus cosas a la habitación puede ser una solución para hacer que acepte dormir en su habitación.

Si se opta por esta vía el cambio debe realizarse antes de que el bebé nazca (o pasado un tiempo prudencial), para que el niño no crea que se separa de los papás para ser sustituido por el bebé, hablando en el terreno de las emociones, porque a nivel físico sí es real dicha situación.

Colechando con los dos a la vez

La otra opción es, simplemente, dejar pasar el tiempo e ir amoldándose a las novedades, que es lo que hicimos nosotros (mi mujer y yo). Tuvimos mil dudas antes de que Aran naciera y aunque parecía que poner a dormir a Jon en su habitación era la mejor solución nunca nos vimos capaces de llevarla a cabo, sobretodo, porque no queríamos hacerlo (de igual modo que ahora que acaba de cumplir cinco años seguimos sin querer que se vaya).

La solución ideal para los papás que optan por esta solución y sienten que no tienen espacio suficiente en la cama se llama cuna colecho, que no es más que una cuna semiabierta cuya altura se puede modificar al milímetro para dejarla al mismo nivel que la cama. En ella el bebé puede dormir los primeros meses sin peligro alguno, compartiendo espacio con la mamá.

¿Cómo colechar cuando ambos crecen

Una vez el bebé crece y la cuna colecho se queda pequeña (y sobretodo cuando aprende a reptar y moverse, empezando a ser peligroso que se escape por la cama grande hacia abajo), ha de tomarse una decisión basada, básicamente, en el espacio disponible en la habitación.

En mi caso optamos por quitar una mesita de noche y ponerla encima de la otra (a modo de sinfonier) y aprovechar ese espacio para poner una camita, desplazando un poco la cama grande para hacer espacio.

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De no haber cabido no sé qué hubiéramos hecho. Quizás poner barreras en la cama y dormir los cuatro un poco más apretados o quizás optar por una opción que a mí siempre me ha gustado: poner los colchones directamente en el suelo y arreando, que es gerundio.

Cuando uno de los dos llora

El mayor problema de compartir cama con dos niños es que no suelen tener todavía un ritmo de sueño establecido y se despiertan a menudo (el pequeño más que el mayor, claro). Esto se acentúa aún más cuando alguno está enfermo y tose, llora, moquea o lo que sea que le suceda y que provoque ruido.

En esos momentos es cuando tienes que correr para tratar de calmar al que se ha despertado para que no despierte al que aún duerme (o si no la tienes liada para un buen rato).

Por esta razón nos hemos visto más de una vez emigrando al sofá con alguno de ellos de manera temporal (unos minutos hasta que la situación se calma y podemos volver a la “base” en condiciones de seguridad) o bien trasladándonos para lo que queda de noche a otra cama.

Foto | Treehouse1077 en Flickr
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