Nació con 23 semanas y 700 gramos, y a pesar de muchísimas complicaciones, logró salir adelante

Nació con 23 semanas y 700 gramos, y a pesar de muchísimas complicaciones, logró salir adelante
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Hanna Rose dio a luz a George en la 23º semana de gestación y pesó la nacer solo 700 gramos*.

Tras serios problemas de salud, los médicos aseguraron a sus padres que no sobreviviría en varias ocasiones, pero este valiente bebé lo ha conseguido y ya está en casa.

Muy pocas posibilidades de sobrevivir

Es cierto que no es la primera vez que hablamos aquí de niños muy prematuros y que gracias a los avances médicos salieron adelante.

Pero el milagro de George, que nació en Londres el 10 de julio de 2018, no se refiere solamente a que nació a las 23 semanas de gestación con solo 700 gramos de peso, sino también a todos los problemas de salud que ha tenido desde su nacimiento y que los médicos tachaban de insuperables. Y, contra todo pronóstico, siguió luchando por su vida.

"Durante el parto nos negaron los monitores porque decían que George no iba a sobrevivir, lo que significa que si dejaba de respirar en algún momento no habría intervención médica. Pasamos cuatro largos días sin saber si nuestro precioso bebé iba a salir adelante. Pero contra todo pronóstico vivió, aunque con grandes dificultades".

Así cuenta la experiencia Hanna, su madre, en la cuenta de de GoFundMe que han abierto como padres para poder subsanar los gastos de fisioterapia de su hijo:

"Queremos que George tenga una fisioterapia intensa en el centro Bobath de Londres. Hoy recibe 40-60 minutos de fisioterapia cada dos semanas y también estamos investigando si el trasplante de células cerebrales y la cirugía SDR podría beneficiarle".

Una historia de superación

Su madre cuenta que a los seis días de nacer George desarrolló una enfermedad en el intestino y tuvo que ser intervenido. Al realizarla, el cirujano accidentalmente cortó su hígado, lo que provocó que se desangrara. Le pusieron un estoma de emergencia y le hicieron numerosas transfusiones de sangre.

"Eran las 4 de la madrugada y nos llevaron a su padre Daniel y a mí a la habitación donde nos explicaron que George no iba a sobrevivir, que había perdido mucha sangre y que su cuerpo había entrado en shock séptico y que estaba empezando a cerrarse".

En ese momento de angustia Hanna pidió que le dejaran registrar el nacimiento de su hijo mientras él todavía estaba vivo, porque quería tener un recuerdo feliz de él. Pero "me aconsejó encarecidamente que no me apartara de su lado porque él solo iba a vivir unas horas".

Añade que les comentaron que iban a quitar el soporte vital a su hijo y que le llevarían a la habitación para que pudiéramos estar a solas con él.

"Mi bebé aún no había abierto los ojos ni había visto a su mamá o a su papá, ni se las había arreglado para llorar", confiesa Hanna que pensaba en esos momentos.

Afirma Hanna que "el nivel de infección de George era tan alto que el personal médico nunca había visto a nadie sobrevivir con él".

Pero a medida que pasaban las horas, mientras los padres esperaban que le bautizaran y que llegaran sus abuelas, empezó a mostrar una ligera mejoría.

¡Todavía estaba luchando! La más mínima esperanza nos dio una nueva fuerza para luchar con él.

George puede conseguirlo

Por desgracia, a causa de esa cirugía George se quedó sin movimiento en brazos y piernas. Una resonancia magnética mostró que el 75% de su cerebelo (la parte del cerebro responsable del equilibrio y la coordinación) estaba severamente dañado.

Pero a pesar de todos estos problemas, ha demostrado a todo el mundo, incluidos sus médicos, que estaban equivocados, que podía salir adelante.

En sus solo nueve meses de vida, este pequeño luchador ha tenido que pasar por tres cirugías intestinales más, más de 20 transfusiones de sangre, cuatro sepsis, meningitis, dos cirugías oculares, enfermedad pulmonar crónica e hipertensión pulmonar, además de 11 viajes en ambulancia, uno en helicóptero e ingreso en tres hospitales diferentes.

Por eso, con ese historial de superación a sus espaldas, su madre cree que "con la ayuda adecuada George prosperará, aunque la intervención temprana es clave".

Ahora, sus padres explican explican que están en casa esperando la séptima cirugía de corazón de su bebé.

Por eso, ya que hoy celebramos el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, es una buena excusa para pensar un momento en este gran luchador.

Porque como dicen sus padres, "¡Nuestro niño lo logró!" pero aún tiene un largo camino por delante y las donaciones pueden ayudarle en su recuperación.

Fotos | GoFundme George's journey

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