Los orígenes de los apellidos

Los orígenes de los apellidos
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Hemos hablado últimamente sobre múltiples curiosidades de los apellidos, en las que podemos ver reflejados nuestro caso particular, y el de nuestros hijos. También hemos conocido cómo son los apellidos en el mundo, y hoy traemos una recopilación de los orígenes de los apellidos: de dónde provienen y cuáles son sus significados.

La mayoría de los apellidos, según el origen, se pueden dividir en: patonímicos, toponímicos, derivados de oficios, descriptivos y castellanizados.

  • Apellidos patronímicos. Están muy difundidos y son aquéllos que han sido originados por un nombre propio. En la España medieval y en países que fueron sus colonias, se utiliza principalmente la desinencia "ez". Aunque también son habituales "es" (para Portugal), "is" (para Cataluña y Valencia) e "iz" (Para el Pais Vasco), "son" (países anglosajones)...

  • Apellidos toponímicos. También son muy difundidos en castellano. Derivan del nombre del lugar donde vivía, procedía o poseía tierras la persona o familia asociados al apellido. Muchos se encuentran precedidos de la preposición "de", "del", "de la" o simplemente son gentilicios (Gallego, Alameda, Avilés, Cuenca, Barceló, Cerro, Nieves...).

  • Apellidos derivados de oficios. Son aquéllos que derivan de la profesión que ejercía la persona o familia asociada al apellido (Ferrer, Pastor, Caballero, Vaquero, Jurado...).

  • Apellidos descriptivos. Son aquéllos que derivan de una descripción o algún apodo de la persona o familia asociada al apellido, centrándose en alguna cualidad o defecto físico (Cabeza, Calvo, Delgado, Castaño...).

  • Apellidos castellanizados. Los apellidos castellanizados son aquéllos que no tienen un origen hispano, pero que con la influencia del castellano fueron transformándose con una grafía lo más similar a la pronunciación española. Lo más común es que se produjera debido a la presencia de algún individuo de un linaje extranjero radicado en España o sus antiguas colonias. También son castellanizados algunos apellidos de procedencia indígena, siendo común que algunos apellidos fueran adaptados a otros ya existentes debido a que tienen una fonética similar.

Todo esto significa que, aunque muchas personas compartan apellido, no tienen por qué tener unos antepasados comunes. Muchos apellidos fueron tomados del nombre del dueño de la finca donde trabajaban aunque no hubiera relación genética alguna entre ellos.

Otros, los otorgaban los misioneros y frailes al bautizar a indígenas en zonas alejadas de la península. Por todo ello, por referirse a profesiones, a pueblos, a cualidades físicas... el compartir apellido no necesariamente significa compartir antepasados.

Y es que, como vemos, los orígenes y significados de los apellidos son muy variados y dan muestra de la riqueza apelativa en nuestra lengua y en la mayoría de nuestro entorno.

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