
Durante muchos años, los esfuerzos por la igualdad de género se han centrado en cerrar la brecha que históricamente ha perjudicado a las mujeres. Sin embargo, a día de hoy está surgiendo una nueva disparidad en dirección contraria: los hombres jóvenes están quedándose atrás en educación, empleo e ingresos, algo que podría traer consecuencias sociales importantes.
Las cifras lo confirman: las mujeres jóvenes llevan años superando a los hombres en el acceso a la educación superior. Cada vez más chicas entran en la universidad, mientras que los chicos abandonan los estudios a un ritmo mayor.
Durante mucho tiempo se pensó que esto solo equilibraría la balanza en un mercado laboral tradicionalmente dominado por los hombres. Así lo explican en el periódico Financial Times en su página web y también en instagram:
Además, en varios países ricos, las mujeres jóvenes no solo estudian más, sino que también están consiguiendo empleos en mayor proporción que sus pares masculinos.
El Reino Unido es un ejemplo claro. Desde 2020, la tasa de empleo entre las mujeres de 20 a 24 años ha superado a la de los hombres de la misma edad, y la brecha sigue creciendo. En Estados Unidos, aunque los hombres aún mantienen una ligera ventaja en empleo, la diferencia se ha reducido drásticamente en las últimas décadas.
En países como España, Francia o Canadá, los jóvenes varones que ni estudian ni trabajan superan ya en número a las mujeres en esa situación, un fenómeno sin precedentes.
Concretamente en España, y según el Panorama de la Educación 2024, presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, casi el 18% de los jóvenes entre 18 y 24 años ni estudia ni trabaja, un porcentaje que en la OCDE es, de media, del 13,7% y en la Unión Europea del 12,9%.
El paro y los salarios en España
En España, según datos del INE de 2023, la tasa de paro para los hombres fue del 29,27, mientras que para las mujeres, del 27,26. Pero la diferencia se intensifica entre ambos sexos en mayores de 25 años, siendo la tasa de paro de 61,01 para los hombres y de 49,53 en el caso de las mujeres.
En cuanto a salarios (también según el INE), el salario medio anual en España de las mujeres fue de 24.359,82 euros, y el de los hombres de 29.381,84, por lo que aquí no se cumpliría esta afirmación de que los salarios de ellas son más elevados, al menos en datos generales.
Hombres 'desconectados del sistema'
Pero el problema no es solo que los hombres jóvenes estén en desventaja frente a sus pares femeninas, sino que muchos están completamente desconectados del sistema.
Mientras las mujeres que no estudian suelen estar ocupadas con el cuidado de familiares o en actividades domésticas, los hombres en esta situación tienden a estar inactivos. Un alto porcentaje de ellos reporta problemas de salud a largo plazo y carece de perspectivas de futuro.
El impacto económico
Las consecuencias económicas también son evidentes. En 2022, por primera vez, la mujer joven promedio en el Reino Unido ganó más dinero que su homólogo masculino. Esto se debe a la combinación de una mayor presencia femenina en la universidad y de la caída salarial de los hombres sin estudios superiores.
Hace tres décadas, los hombres sin título universitario ganaban un 57% más que las mujeres en la misma situación; hoy, ganan un 10% menos.
Estados Unidos sigue una trayectoria similar: mientras las mujeres sin estudios universitarios han conseguido mantener o incluso aumentar sus ingresos, los hombres de este mismo grupo han visto cómo sus salarios caían drásticamente.
Esto se debe en gran parte a la transición económica de empleos físicos bien remunerados hacia trabajos que requieren habilidades cognitivas y formación académica.
El impacto social: política y pareja
Más allá del ámbito económico, esta tendencia también está afectando la estructura social. El descontento entre los hombres jóvenes sin empleo o educación está alimentando el auge de movimientos populistas y un mayor respaldo a partidos de extrema derecha.
Además, las dificultades para formar parejas estables se han intensificado: muchas mujeres con estudios universitarios encuentran escasez de hombres con un nivel socioeconómico similar, mientras que los hombres con menos oportunidades ven reducidas sus posibilidades de establecer relaciones estables.
Revertir esta situación no será fácil, y la solución no pasa por frenar los avances de las mujeres, sino por generar estrategias que vuelvan a integrar a los hombres en el sistema educativo y laboral.
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