Hoy mismo he visto este vídeo con el que me he reído mucho, en el que Jimmy Kimmel, el presentador y comediante estadounidense (del programa Jimmy Kimmel Live!), se hace pasar por detective sometiendo a un interrogatorio a un niño de 7 años, con un detector de mentiras falso.
Todo empieza bastante serio, con preguntas lógicas y que uno puede esperar dentro de un interrogatorio, hasta que empiezan a desconcertarle con una simple suma: ¿8+8? 16, dice el niño. Y salta la alarma diciendo que es mentira. Catorce, responde el detective Jimmy. Entonces empiezan a preguntarle sobre si se hace pis en la piscina y cosas así, transformándose en un momento de lo más gracioso e increíble (podéis ver el vídeo a continuación).
Confieso que por momentos me ha sabido mal, pobre niño, porque en realidad nos reímos todos a su costa, pero es que no he podido evitar reírme y es cierto también que podemos extraer algo positivo: la pureza de los niños, su ignorancia (en el buen sentido), su simpleza al ver la vida y su honestidad. Da la sensación de que al final ni siquiera tiene claro si miente o dice la verdad... ¿la máquina pita si digo que "no"? Pues entonces será que "sí".
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