Flujo en el embarazo: cómo cambia, cuándo es normal y signos de alarma

El flujo vaginal cambia durante la gestación: signos que debemos vigilar

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Lola Rovati

Durante el embarazo, las pérdidas vaginales suelen presentar características distintas a las de otras etapas de la vida de la mujer. Aunque puedan variar según el momento del ciclo, en la mayoría de los casos se consideran normales y no representan un problema. 

Sin embargo, el flujo también puede cambiar de aspecto y darnos señales de alerta que debemos vigilar.

Así cambia el flujo en el embarazo

Lo más habitual es un flujo claro y blanquecino, sin olor, parecido al que aparece antes de la menstruación, aunque en esta etapa tiende a ser más abundante. A este incremento se le denomina leucorrea.

Este aumento del flujo se explica principalmente por la mayor producción de estrógenos durante la gestación y por el incremento del riego sanguíneo en la zona vaginal.

Por esta razón, muchas mujeres optan por usar un salvaslip o una compresa fina, lo que les aporta mayor comodidad y seguridad.

Es importante recalcar que no deben usarse tampones durante el embarazo, ya que podrían favorecer infecciones. 

También se recomienda llevar ropa interior de algodón y mantener la zona íntima limpia y seca, evitando la higiene excesiva. Una limpieza en exceso puede alterar la flora vaginal protectora y generar molestias o facilitar la aparición de vaginitis bacteriana. Con una ducha diaria -o, como máximo, dos al día. resulta suficiente.

Señales de alarma: cuándo debería preocuparnos el flujo en el embarazo

Del mismo modo que ese flujo blanquecino es normal, puede haber otros tipos de flujo durante el embarazo que indiquen la presencia de una infección. 

Así es flujo vaginal cuando hay infección

  • Blanco cremoso y con grumos: Cuando el flujo presenta una textura con grumos, puede estar relacionado con una candidiasis. Normalmente se acompaña de otros síntomas como picor, escozor en la zona íntima, sensación de ardor o molestias al orinar y durante las relaciones sexuales.
  • Grisáceo: Un flujo de tono gris puede ser indicio de una infección bacteriana. En estos casos suele apreciarse también un olor intenso y desagradable, similar al del pescado.
  • Amarillo, verdoso o con aspecto espumoso: Este tipo de secreción suele indicar una infección, especialmente si aparece junto a dolor, picazón y una fuerte incomodidad.

¿Qué hacer?

En cualquiera de estos casos hay que acudir al médico (incluso aunque hayamos sufrido alguna infección similar en el pasado y pensemos que sabemos cómo tratarla) y este confirmará la infección y mandará el tratamiento adecuado, que dependerá del tipo de infección.

  • Para infecciones por levaduras que podrían transmitirse al bebé durante el parto el especialista puede recetar supositorios, geles, pomadas o cremas vaginales (se trata de una infección recurrente que suele volver tras el parto).
  • Si se trata de una vaginitis bacteriana, el médico receta un tratamiento oral inmediato.
  • Si estamos ante una infección de transmisión sexual se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta que la mujer y su pareja ya no tengan la infección, o el uso de preservativos.

Os recordamos en este punto los consejos para prevenir infecciones vaginales durante el embarazo: la higiene íntima moderada y no excesiva, el secado tras la ducha para evitar que la zona de la vulva esté húmeda, evitar prendas ajustadas, limpiarse siempre de delante hacia atrás después de ir al baño...

Flujo vaginal con leve sangrado 

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Si al ir al baño notas un flujo amarronado o con algún hilo de sangre no es motivo de señal de alarma, podría deberse a estas situaciones:

  • Si aún no sabes que estás embarazada, podría deberse al sangrado de implantación, un leve sangrado vaginal que puede ocurrir cuando el óvulo fecundado se adhiere al revestimiento del útero entre 6 y 12 días después de la ovulación.
  • Tras mantener relaciones sexuales puede producirse un sangrado leve que puedes apreciar como flujo rosado después de mantener relaciones sexuales o marrón unas horas después.

Signos de alarma

Por supuesto, si lo que notamos no es pérdida de flujo rosado o amarronado sino pérdida de sangre durante el embarazo, hay que acudir al médico en el caso de pequeñas pérdidas y urgentemente al hospital si es el caso de una perdida abundante por el riesgo de aborto.

Lo mismo sucedería si las pérdidas no son de flujo sino pérdidas de líquido amniótico, lo cual podría suceder sobre todo en la recta final del embarazo.

También al final de la gestación podemos notar un aumento repentino de flujo mucoso, espeso, de color transparente o amarillento o marrón, a veces teñido de sangre, con tonos rosáceos o rojizos: este podría ser el tapón mucoso del embarazo que se esta desprendiendo, lo que indica que el momento del parto se aproxima.

Pero como hemos explicado, en el caso del flujo vaginal durante el embarazo hay que distinguir entre las pérdidas normales que no deben preocuparnos (blancas, lechosas, inodoras o con olor leve) y aquellas que pueden indicar que existe una infección (de color distinto al blanco y con mal olor).

Foto Freepik 

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