Niños a los que Halloween les da miedo: cuando la noche de terror no divierte ni un poco

Niños a los que Halloween les da miedo: cuando la noche de terror no divierte ni un poco
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En pocos días se celebra la noche de Halloween, una fiesta que que ya se ha instalado en nuestro calendario para quedarse, a pesar de muchos y para diversión de otros.

Se supone que es una celebración divertida, donde especialmente los más pequeños disfrutan en grande con el terror como temática central. Se disfrazan de personajes terroríficos, se organizan fiestas de miedo y salen a pedir caramelos por el vecindario. Suena todo muy divertido, pero también muy terrorífico, en el sentido literal de la palabra.

Pero no a todos los niños les parece una noche divertida. Para muchos, especialmente los más pequeños, la noche de Halloween les da miedo y no les divierte ni un poco.

Todo es "terroríficamente divertido"

halloween

La consigna es combinar terror con diversión, haciendo que todo sea "terroríficamente divertido". Pero Halloween da miedo, y hay niños a los que el miedo no les causa nada de gracia, e incluso sufren al ver tanto zombie, bruja, payaso asesino, muñeca diabólica...

Es una noche (mejor dicho, días que llevamos invadidos por el espíritu de Halloween) que para algunos niños, especialmente los más pequeños, es más una pesadilla que una fiesta.

Cuando los sustos no divierten

El miedo es un estado natural de alerta, es parte de nuestro instinto de supervivencia y del desarrollo evolutivo del ser humano. Ante un estímulo que una persona, y en este caso un niño capta como peligroso, se activa el miedo.

Las manifestaciones de miedo pueden ser muy distintas en cada niño. Algunos reaccionan con llanto, otros salen huyendo, otros se paralizan... Hay niños que pueden llegar a sufrir verdaderos ataques de pánico ante situaciones que les provoquen miedo.

No distinguen realidad de fantasía

Los niños pequeños no son capaces de distinguir del todo entre realidad y fantasía, haciendo que en esta fecha sus miedos se potencien, como es lógico. A medida que crecen y van aprendiendo a distinguir lo que es real de lo que no, y que los personajes que les dan miedo son de ficción, los miedos van desapareciendo.

Mi hija, y ya con nueve años, me preguntó ayer muerta de miedo: Mamá, ¿los payasos diabólicos no existen, verdad? El terror les provoca sensaciones que los paraliza, y sobre todo cuando ven extraños disfrazados, el terror se exacerba.

Estos días han estado viendo imágenes de terror en la tele, puede que les hayan contado relatos de miedo en el cole, y los niños son especialmente vulnerables. Es habitual que tengan pesadillas o tengan miedo a dormir solos por las historias que han escuchado.

Ante los miedos, los niños buscan apoyo en las personas que les dan seguridad, que somos nosotros, los padres. Por eso no tenemos que minimizar sus miedos, ni mucho menos decirles cosas que les menosprecien como que son "miedosos" o "parecen niños pequeños". Hay que ser comprensivos y brindarles apoyo para que esos temores evolucionen adecuadamente y puedan superarlos.

Respetar a los niños que tienen miedo

Hay niños que no se divierten nada en Halloween. Y por más que intentemos asilarlos del mundo del terror que nos invade estos días, no siempre es posible. Por tanto, para que todos pasemos un Halloween divertido, es importante que quienes se divierten con esta fiesta, respeten a los niños pequeños que tiene miedo y sufren esta noche de terror.

Si os apetece, podéis celebrar vuestra propia fiesta de Halloween "dulcificada" haciendo actividades en casa como manualidades, cocinar recetas divertidas o viendo películas que no den miedo, regulando siempre la dosis de miedo que transmitimos. Porque aunque Halloween puede ser una buena oportunidad para ayudarle a superar sus miedos, las fiestas son para divertirse y no para pasarlo mal.

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