Desactiva la conexión a Internet antes de que tu hijo juegue con el móvil

Desactiva la conexión a Internet antes de que tu hijo juegue con el móvil
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No dejarles los teléfonos móviles o las tabletas a los niños para que jueguen con las aplicaciones que previamente les hemos descargado no tendría mucho sentido. Pero si no queremos llevarnos desagradables sorpresas en nuestra cuenta bancaria, lo mejor es desactivar la conexión a Internet siempre que los peques utilicen el dispositivo.

Podría decir que esta historia se basa en hechos reales, que afortunadamente acabaron bien para mí, pero no así para otros muchos padres que han visto incrementadas sus facturas de teléfono hasta en miles de euros, sin su consentimiento, claro está.

Porque es habitual que, aunque la aplicación en cuestión sea gratuita, ofrezca la posibilidad de ampliar contenidos pagando ("compras in-app"), o que aparezca publicidad de otras aplicaciones que sí son de pago mientras jugamos. Los niños pequeños suelen darle a los botones sin pensar de qué se trata, buscando simplemente novedades o avanzar en su juego.

Pero esos botones pulsados al azar pueden llevarlos a comprar, a gastar dinero contante y sonante que puede agujerear la cuenta corriente paterna. Existen maneras de desactivar algunas de estas compras "inesperadas" en los dispositivos móviles, que varían según el sistema operativo y que habremos de indagar para tener más seguridad, pero lo más sencillo para evitar riesgos es desactivar la conexión antes de que el niño juegue.

Por eso las únicas aplicaciones que me descargo para las niñas son aquellas que no necesitan conexión a una red, de este modo evito que en un momento de descuido se produzca algún desaguisado y no me preocupa, a mí que no siempre dispongo de conexión, que no puedan jugar o utilizarlas en un momento dado (que por cierto son más bien pocos). No obstante, así y todo hace unos días me llevé un buen susto...

Guía TIC familias

No tener saldo también sirve (pero es poco habitual)

Un susto de apenas ocho euros y del que me salvó el no tener saldo en mi teléfono de tarjeta prepago, por lo que me alegro en este caso de haber tardado en recargar el móvil... Fue un momento en el que mi hija pequeña me pidió el teléfono para jugar, le dije que cinco minutos, como siempre, sin caer en la cuenta de que tenía la conexión wifi desde el día anterior sin desconectar.

No habían pasado ni dos minutos, yo estaba mirando en el ordenador mi correo, cuando veo que me empiezan a llegar varios mensajes de Google Play. Ya podéis imaginar el salto que di para cogerle el teléfono a la niña, que efectivamente le había dado a algún botón de "Buy now".

Si llego a tener saldo, o mi teléfono es de contrato, adiós a los ocho euros, pero el susto es que podrían haber sido 20 o 60, y uno detrás de otro... en pocos minutos que no estemos mirando lo que hacen con el móvil. Menos mal que la compra se detuvo por falta de saldo y me avisaron de que si no recargaba en una semana se cancelaría dicha compra. Si no me equivoco hace ya ocho días de esto, pero aún no he recargado por si acaso...

Tal vez penséis, bueno, ocho euros no es tanto... y es cierto, pero si nunca has pagado por una aplicación, duele, y más porque no lo has escogido tú y ni siquiera tu hija, que le dio al botón sin saber lo que era.

Y ocho euros no son tanto, pero no es poca la cantidad que las compañías se embolsan por descargas no autorizadas de aplicaciones, esos "clics" que hacen los niños sin consentimiento paterno y muchas veces sin saber realmente qué están haciendo. Lo que me extraña es que esas cantidades se repitan, porque si descubro que mis hijas han gastado 40 euros en un mes en aplicaciones, no solo les retiro el móvil durante un año, casi hasta el saludo...

Bromas aparte, indagando sobre el tema, hay juegos del tipo "granjas" o "ciudades" en los que se ofrece avanzar comprando "objetos" por hasta 80 euros. Anonadada me quedo... y espero que ese tipo de compras también se puedan bloquear.

Al final de esto también hago autocrítica y me remarco que no he de dejarle el teléfono a las niñas sin ver dónde se meten y sin comprobar que no tienen conexión. Bueno, hasta el próximo despiste, imagino...

Por eso, por curarnos en salud, y aunque pensemos que estamos siempre atentos a lo que hacen o que ya se conocen el juego en cuestión, lo mejor es desconectar Internet antes de dejar que los niños jueguen con el teléfono o la tableta, no nos vaya a salir caro el jueguecito...

Foto | Mario Spann en Flickr En Bebés y más | Tecnología vs juegos tradicionales: ¿qué se pierden los niños frente a las pantallas?, Videojuegos: con moderación y en familia

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