Adiós a las pantallas en verano: cómo reducir al máximo el tiempo que los niños pasan frente a ellas

Las pantallas pueden ayudarnos a que los niños estén entretenidos, pero no son lo ideal. Así puedes reducir su uso en verano.

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Lucy Ortega

¡Qué difícil es mantener las rutinas en verano! Con los niños de vacaciones y sin una estructura como la que solemos tener durante el periodo escolar, los horarios y rituales habituales se vuelven un poco... desastrosas.

Ante este escenario, muchos padres se encuentran con el famoso "estoy aburrido" por parte de los niños, haciendo que caigamos en la alternativa fácil: las pantallas, que si bien pueden ayudarnos a que estén entretenidos, no son lo ideal.

Si este es tu caso y buscas evitar o reducir al máximo el tiempo que los niños pasan frente a ellas durante el verano, te compartimos algunos consejos clave.

Evita comenzar el día con pantallas

Si queremos reducir el tiempo de pantallas y mantenerlo en niveles bajos, no debemos comenzar el día con ellas, pues si lo primero que hacen los niños al levantarse es encender el televisor o coger la tablet, les costará mucho más despegarse luego.

Por ello, además de evitar comenzar el día con pantallas, habremos de hacer lo posible por posponer su uso el mayor tiempo posible, haciendo que sea una actividad de mediodía o vespertina.

Así, los niños aprenden que las pantallas no son la primera opción y reducimos la ventana de uso de éstas. Pero eso sí, tampoco hay que esperarnos al último momento del día, pues usarlas antes de dormir puede afectar su descanso.

Crea una rutina flexible

Annie Spratt C6mdgjkg He Unsplash Foto | Annie Spratt en Unsplash

Una de las principales razones por las que el uso de pantallas se sale un poco de control durante el verano, es el hecho de que los niños no tienen -aparentemente- mucho por hacer. Para esto, lo mejor es la planificación de una rutina flexible para el verano, que funcione como una guía que ayude a dividir el día en bloques.

Por ejemplo: durante las mañanas, en las que solemos preparar el desayuno, trabajar u organizar el día, podemos tener listas algunas actividades que puedan hacer sin nuestra ayuda, como colorear, hacer puzzles o que jueguen con juguetes de construcciones como Legos o bloques; mientras que por las tardes, podríamos organizar actividades al aire libre, momentos de lectura, comidas juntos, algún proyecto creativo…

Recuerda que no es necesario seguir la rutina al pie de la letra, sino tener opciones para que se entretengan sin pantallas. Y que si nada les apetece, un poco de aburrimiento no es malo.

Establece acuerdos realistas sobre pantallas

Algo que nos funciona mucho en casa durante esta época es tener acuerdos sobre el uso de pantallas durante las vacaciones. Así, en lugar de prohibirlas por completo (lo cual casi siempre termina en lucha), es más efectivo definir cuándo y cuánto se usarán.

Por ejemplo, en casa tenemos como regla no usar pantallas antes de las 12 del mediodía (así cumplimos con lo de evitar comenzar el día con ellas) y dividimos el uso de pantallas por días (los miércoles son de películas en familia) o las dejamos para "después de" (después de terminar las tareas, después de jugar fuera, después de tal cosa...).

Recuerda que tu ejemplo importa

Brooks Rice Mlzjbyf49i4 Unsplash Foto | Brooks Rice en Unsplash

Esto es obvio, pero igual lo incluimos porque a veces se nos olvida: si queremos que nuestros hijos limiten su uso de pantallas, también nosotros deberemos hacer lo propio. No necesitamos renunciar al teléfono, pero sí podemos dejarlo a la vista en modo avión durante ciertos momentos del día.

Y, por supuesto, si queremos que nuestros hijos cumplan acuerdos como los que mencionábamos en el punto anterior, nosotros también habremos de cumplirlos.

Sé paciente

Como consejo final, y porque tenemos que ser realistas, añadimos el tener paciencia. Habrá días en que todo fluya y las actividades que hayamos planificado funcionen a la perfección o no insistirán en ver la televisión… y  habrá otros en que acabaremos poniéndoles una película para poder hacer las cosas. No pasa nada y no es el fin del mundo.

Lo importante, más que sentirnos culpables porque algún día nos excedimos un poco con el tiempo de pantalla, es recordar ser constantes y reconocer aquellos días en los que las cosas salieron bien.

Foto de portada | Hermanos en Freepik

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