La familia que decidió dejar de comprar cosas por un año y es más feliz, ¿tú podrías?
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La familia que decidió dejar de comprar cosas por un año y es más feliz, ¿tú podrías?

Cansados de sentirse como hámsters corriendo en una rueda que nunca se detiene, Scott Dannemiller y su mujer Gabby, padres de dos niños de 5 y 7 años, decidieron un buen día hacer un cambio de vida radical y fijarse una meta: decidieron dejar de comprar cosas por un año.

Su reto no se basaba en ahorrar dinero, sino en dejar de comprar cosas innecesarias y focalizarse en lo verdaderamente importante en la vida, pasar tiempo con quienes amamos y conectar unos con otros alejados del consumismo que la sociedad impone. En definitiva, comprar menos y conectar más. Ellos lo consiguieron y ahora son más felices, ¿tú podrías?

El reto: "Year without a purchase"

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En su blog The Accidental Missionary , Scott Dannemiller (@scottdannemiller) explica en qué consiste el reto "Year Without A Purchase" y más extensamente, también lo hace en su libro The Year withput a purchase: One Family’s Quest To Stop Shopping and Start Connecting (El año sin compras: la aventura de una familia que dejó de comprar y empezó a conectar), donde cuenta la experiencia completa de su familia.

La consigna era simple: no comprar cosas durante un año, pero con algunas puntualizaciones:

  • Sólo se pueden comprar provisiones para ser consumidas a lo largo de ese año
  • No comprar ropa ("tenemos suficiente para vestirnos por un año")
  • Cualquier cosa que se rompa, puede repararse salvo que sea más caro que reemplazarlo por uno nuevo
  • Por último, cualquier regalo se hará a mano o en forma de experiencia (una cena juntos, una visita al zoo, etc.)

¿Y los niños cómo lo vivieron?

¿Cómo puede sentirse un niño al que no se le compra absolutamente nada durante un año?, ¿os lo imagináis con vuestros hijos?

Era un reto para toda la familia, pero al contrario de lo que pueda creerse, los que mejor lo llevaron fueron los niños. Curiosamente, los niños ni lo notaron. Al contrario, ganaron más tiempo compartido con sus padres, se centraron más en las experiencias en vez de en las compras, lo cual los hizo crecer como familia.

Pronto será el cumpleaños de la pequeña, y en vez de otro caballo de peluche, pidió ir a visitar la granja de su tío y montar a caballo. “Ahora, antes de comprar algo, nos preguntamos si eso realmente hará que nuestra vida sea mejor o si es algo que solamente va a ocupar espacio y de lo que tendremos que cuidar”, comenta Scott.

Confiesan que hubo cuatro ocasiones durante en el año en las que no cumplieron con el reto. Cuando le compraron a su hijo un protector para jugar como cátcher en su equipo de baloncesto, unos zapatos nuevos, un nuevo limpiador al vapor y unas aletas que le habían prometido a su hija si conseguía aprobar su examen de natación. Cuatro compras "no tan necesarias" en un año no está mal, ¿verdad?

El consumismo y el mensaje que damos a nuestros hijos

Vivimos en una sociedad tremendamente consumista que nos hace creer que son imprescindibles un montón de cosas para ser felices, cosas que en realidad no son necesarias. Móviles, coches, ropa, zapatos, juguetes, gadgets... Sin ir más lejos, en el mundo de la puericultura hay un sinfín de artículos para bebés que son innecesarios.

¿Cuántas veces habremos dicho los padres a los hijos "no te compro ese juguete porque es muy caro"? Pero, ¿cuál es el mensaje que les estamos dando con esta respuesta? Que necesitamos más dinero para poder comprarlo, cuando lo que debemos transmitirles es ¿realmente lo necesitamos? Y por supuesto, educarles en el concepto de que la felicidad no está en jugar con ese juguete, sino en compartir un momento de juegos juntos.

¿Tú podrías?

Tal vez estos padres lo han llevado al extremo, pero estoy segura que en la medida de nuestras propias posibilidades, cada familia puede fijarse su propio reto "menos consumo y más conexión".

Es fundamental educar a nuestros niños en el consumo responsable desde que son pequeñitos, evitar las compras compulsivas y transmitirles que lo verdaderamente importante no es lo material, sino las personas.

Sin duda, decidir dejar de comprar durante un año ha sido una gran lección de vida para esta familia. Una lección que ha pasado de ser un reto para convertirse en un estilo de vida. Como quien hace dieta y adelgaza unos cuantos kilos, luego hay que mantener ese cambio de hábito para mantener los resultados. Qué os parecido la historia, ¿tú podrías cumplir el reto de dejar de comprar cosas durante un año?

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The Year Without a Purchase

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