Autoestima: valorar los talentos y el esfuerzo

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Seguimos, dentro de nuestro Curso de Maternidad y Paternidad, hablando sobre la autoestima y ahora os ofreceremos algunos consejos para fomentarla en vuestros hijos. Me detendré ahora en hablar de los talentos y el esfuerzo.

Reconoce sus talentos

Todos somos capaces de hacer algo especial. Todos podemos desarrollar nuestros talentos naturales si encontramos un ambiente adecuado para lograrlo. Unos destacan en el deporte, otros en la música, otros se apasionan por la Naturaleza y otros por el lenguaje.

No hay niño que no sea capaz de disfrutar, apasionarse y destacar en algo. Lo que podemos hacer es ayudarle a descubrirlo, acompañarlo y valorar eso que lo hace especial.

Los que nos seguís habitualmente seguramente habréis leído cosas que cuento sobre mi hijo. Ya tiene 11 años pero desde pequeño ha habido cosas que disfrutaba especialmente, cosas que le hacía feliz hacer y aprender, cosas en las que destacaba. Y otras, por supuesto, para las que no estaba dotado naturalmente o que no le hacían sentirse especial.

Hace un año tenía que hacer algo para un festival con sus compañeros de estudios y yo le propuse hacer precisamente eso, hablar y declamar. Al principio se preocupó por si no era capaz de aprender el texto o no lo representaba bien. Yo le transmití mi confianza y, por supuesto, le hice entender que esto era para su placer y que podía desechar la idea si no se sentía orgulloso de su trabajo. Y lo hizo, en mi opinión, muy bien. Os he dejado el vídeo para ilustrar el artículo con su monólogo de Antonio.

Si yo estuviera cerrada a ver sus talentos quizá me habría disgustado si mi hijo no era un gran deportista, o no le gustaban los grupos grandes de chicos de su edad, o los juegos de competición, o las matemáticas le presentaban más problemas que otros temas. Si hubiera insistido en eso en vez de fomentar sus pasiones, posiblemente su imagen de si mismo sería diferente.

El otro día estábamos haciendo unos ejercicios de la asignatura de Lengua. No habíamos estudiado ese tema contreto, que eran los prefijos y sufijos. Pero comenzamos. Le propuse un listado de ambos elementos y tenía que darme el significado, el orígen griego o latino y un ejemplo de cada palabra. Y me asombró. Con una rapidez pasmosa fue razonando y desarrollando el tema, ofreciéndome ejemplos de palabras que ni yo misma sabía que conocía o que sería capaz de relacionar: heliocéntrico, panteísta, polígamo, hiperpoblación, necrófago...

Es su talento, la palabra hablada, la memoria y la capacidad de relacionar temas. Desde que a los dos años empezó a hablar casi de un día para otro, construyendo frases y hasta usando subjuntivos ha destacado en eso. Si le pones una ficha escrita no se puede apreciar su talento, que se muestra cuando desarrolla un tema oralmente o recita un texto.

Si esperase que metiera un gol y valorase eso sobre todas las cosas, estaría condenándolo a sentirse inferior. Si quisiera que escalara una montaña, se aprendiera una tabla de números de memoria, calculara mentalmente a la velocidad del rayo o corriera más que nadie, nunca se sentiría feliz de ser él mismo.

Ser feliz siendo uno mismo

Y esa es la clave de la autoestima, sentirse feliz siendo uno mismo, con sus fallos y debilidades, pero también con sus virtudes y talentos. Por eso los padres debemos valorar especialmente esos talentos que hacen de nuestros hijos seres excepcionales y maravillosos, para que ellos tengan la confianza en que pueden mejorar y sentirse brillantes sea cual sea el camino que decidan seguir.

Valorar y desarrollar los talentos no quiere decir que tengamos que esperar ni desear que nuestros hijos sean grandes músicos, científicos, escritores o deportistas. No es que tengan que tener "éxito", sino que puedan ser felices haciendo lo que más aman y reconociendo lo que pueden hacer bien a la vez que les ayudamos en lo que puedan necesitar más ayuda.

Valorar el esfuerzo

Igual que hay cosas que vuestro hijo conseguirá sin mucho esfuerzo y en las que destacará, habrá otras en las que necesite trabajar y superarse. Y tan importante como reconocer el talento es fomentar la autosuperación y valorar los logros y el esfuerzo realizado.

Es muy común clasificar a los niños según sus logros pero, si bien aplaudir lo destacable es bueno, hacer valoraciones de conjunto no lo es. Por eso no me gustan, por ejemplo, las notas escolares y mucho menos hacerlas públicas en clase, señalando a los torpes a la vez que se premia a los más hábiles o aplicados.

Con las comparaciones hay que ser muy delicado y evitarlas, más bien hay que atender a cada niño como una persona individual y ayudarle a ir avanzando a su propio ritmo, tanto en casa como en la escuela. Es importante valorar al niño por él mismo, no por comparación con los otros.

Si vuestro hijo es un poco más lento en matemáticas, o en la lectura, o en las actividades físicas, es importante estar presentes para ayudarle a avanzar y a conseguir dominar cada aspecto de su vida que suponga un reto, dándoles nuestro tiempo y convirtiéndonos en su apoyo.

Somos las personas que mejor lo conocen y más lo valoran, eso debe saberlo siempre. Y hay que decírselo, transmitirlo con palabras y gestos, con miradas y abrazos.

Me disgusta esta idea de que el primero es el ganador y los demás han perdido. Me disgustan esos concursos y carreras en los que sobre todo se fomental la competición, y, al final, más que transmitir autosuperación producen frustración. Merece la pena el esfuerzo, más que ser el primero o el mejor.

Eso no quiere decir que debamos transmitir a nuestro hijo la idea de que todo lo que hace es extraordinario o ofrecerle metas poco realistas. Si es conveniente ayudarle a esforzarse y a hacer las cosas cada vez mejor, pero sobre todo, la clave de la autoestima es que entienda que el vale para nosotros por lo que es, no por lo que gane, y que siempre va a destacar en algo maravilloso, en ser él mismo.

En Bebés y más | Mejorar la autoestima de nuestros hijos (I), (II), Curso de maternidad y paternidad

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