¿Oye bien? Síntomas de problemas de audición en bebés

¿Oye bien? Síntomas de problemas de audición en bebés
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La audición en los seres humanos se inicia en el periodo gestacional, de forma que el bebé puede oír y reconocer la voz de su madre desde que está en el útero. Posteriormente, a lo largo de la primera infancia, el sistema nervioso irá madurando y permitiendo que las vías y centros nerviosos que emitirán los procesos auditivos, poco a poco se vayan especializando.

Esta especialización llevará al bebé a que al recibir las ondas sonoras del ambiente mediante el oído externo y oído medio, puedan transformar, en el oído interno, estos estímulos auditivos, convirtiendo la vibración mecánica recibida en una señal bioeléctrica que llegará, generalmente a zonas especializadas del hemisferio cerebral izquierdo, para su procesamiento por medio de los nervios auditivos.

Aproximadamente 3 de cada 1.000 niños recién nacidos tienen algún grado de hipoacusia. Puede ser leve, moderada o profunda y pueden sufrirla en uno o ambos oídos. Pero, ¿cuáles son las señales que nos pueden indicar que el bebé no oye bien?

Síntomas de problemas de audición en bebés

La pérdida auditiva en niños puede impactar en el desarrollo del habla y el lenguaje, de la percepción de las emociones y de las habilidades sociales, todos ellos aspectos fundamentales en el desarrollo del cerebro. Por ello, es importante poder reconocer las señales que nos indican que nuestro bebé puede no oír bien.

Es complicado detectar problemas de oído en un bebé recién nacido, sin embargo, los padres debemos estar atentos a ciertos signos que podrían indicarnos alguna anomalía.

Aunque sea poco frecuente, una detección a tiempo de un problema de audición permite comenzar un tratamiento antes de que se vea condicionada la etapa del lenguaje y la comunicación.

Los síntomas de hipoacusia pueden ser, por ejemplo:

De 0 a 6 meses

  • Que el bebé no se sobresalte ante un ruido muy fuerte.
  • Que el bebé no se tranquilice con la voz de la madre.
  • Que el bebé no responda a voces familiares o al sonido de los juguetes (sonajeros, móviles, etc.).
  • Que el bebé no dirija la mirada o gire la cabeza cuando le hablamos.

De 6 a 12 meses

  • Que el bebé no imite o no intente imitar sonidos.
  • Que el bebé no voltee la cabeza hacia la fuente de un sonido.
  • Que el bebé no reaccione cuando se le habla.
  • Parece escuchar algunos sonidos pero no otros.

A los 12 meses

  • Que el bebé no localice la procedencia de un sonido.
  • Que el bebé no responda a su nombre.
  • Que el bebé no diga palabras sencillas como “mamá” o “papá”.

A los 15 meses

  • Que el bebé no sea capaz de señalar o reconocer los objetos o las personas.
  • Que el bebé no sea capaz de entender órdenes sencillas.
  • Que el bebé siga balbuceando y no evolucione hacia un tipo de habla más comprensible.

A los 24 meses

  • Que el niño no pronuncie oraciones simples de dos palabras o no responda a preguntas sencillas.



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