Lo que pasa entre la madre y el bebé los primeros minutos tras el parto deja una huella imborrable. La neurociencia lo demuestra.

La primera hora tras el parto es sagrada, pues lo que sucede en este tiempo aporta importantes beneficios para ambos

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Lucy Ortega

El parto es ese momento en el que, finalmente y tras nueve meses de embarazo en la mayoría de los casos, las madres dan a luz a sus bebés, comenzando una nueva etapa en sus vidas. Pero desde luego, el parto es mucho más que eso.

Se trata pues, de una poderosa transformación y una transición que no solo se reduce a que nazca el bebé y ya, pues durante los primeros minutos y horas inmediatos tras el parto suceden cosas muy importantes entre la madre y el bebé.

Esto es lo que ha encontrado la ciencia acerca de por qué esos primeros momentos tras el parto son tan significativos y dejan una huella imborrable.

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La impronta afectiva

Como ya lo hemos explicado en otras ocasiones, la primera hora tras el parto es sagrada para mamá y bebé, pues se trata de período especialmente sensible y sensitivo: la madre tiene una importante descarga de oxitocina y el bebé está especialmente receptivo. Aquí es cuando sucede la impronta afectiva, un fenómeno que además de favorecer el vínculo entre ambos, también favorece la instauración de la lactancia materna.

Durante este momento, el contacto piel con piel y el dejarles un espacio de calma y privacidad a la madre y al bebé no solo es algo emotivo: es muy recomendable por todos los beneficios que aporta para ambos, tanto inmediatos como a largo plazo.

Los beneficios del contacto precoz tras el parto

Por un lado, tenemos los efectos inmediatos del contacto precoz o piel con piel tras el parto que se han encontrado en varios estudios. Para los bebés, la oxiticina presente durante el contacto piel con piel favorece la estabilización de la temperatura, la frecuencia cardíaca, la respiración y el funcionamiento gastrointestinal. También ayuda a reducir el estrés y el dolor después del nacimiento y les prepara para la lactancia materna.

En el caso de las madres, la oxitocina refuerza los estados de ánimo positivos y mejora las conductas maternales, y al aumentar durante el contacto piel a piel facilita la participación materna y reduce los síntomas depresivos y el estrés.

Y estos beneficios no solo ocurren en las primeras horas o días tras el parto: permanecen también a mediano plazo. Por ejemplo, una investigación señala que la madres que han hecho piel con piel amamantan a sus bebés por más tiempo, mientras que otro estudio reportó que las madres tuvieron menos síntomas depresivos en las primeras semanas tras el parto y tuvieron una mayor reducción en el cortisol salival, un indicador de estrés fisiológico, en el primer mes de los bebés.

Por otro lado, un estudio señala que el contacto piel con piel durante 25 a 120 minutos después del nacimiento influye positivamente en la interacción madre-bebé un año después, mientras que otra investigación encontró que hacer piel con piel mejora los resultados del desarrollo durante el primer año de vida de los bebés de bajo peso al nacer.

Pero el contacto precoz tras el parto también tiene importantes beneficios a largo plazo para ambos, de acuerdo con un informe que recopiló la información de dos estudios que dieron seguimiento a madres y bebés -prematuros y nacidos a término- durante nueve y diez años.

En el caso de los prematuros, se encontró que quienes habían estado en el grupo de contacto piel a piel tenían un mejor desarrollo cognitivo y un mejor funcionamiento del sistema nervioso autónomo a los 10 años, mientras que ambos estudios encontraron que en los niños que habían tenido contacto piel con piel, independientemente de si nacieron a término o antes de tiempo, las interacciones y diálogos madre-hijo eran más recíprocos a los 9 y 10 años, ayudando a los niños a reflexionar sobre sus propios entendimientos, así como sobre las perspectivas de los demás.

Un vínculo para toda la vida

En resumen, lo que pasa entre la madre y el bebé durante los primeros minutos tras el parto impacta en ambos durante muchos años y por ello es tan importante respetar esas primeras horas después del nacimiento del bebé.

Sin embargo, aunque estos momentos indudablemente dejan una huella imborrable, esto no quiere decir que no pueden alcanzarse u obtenerse en caso de no haber podido tener ese contacto precoz con el bebé. Si bien la exposición sensorial que ocurre tras el parto tiene muchos beneficios, éste vínculo también puede recuperarse con piel con piel posterior, apoyo a lactancia y acompañamiento.

Foto de portada | Craig Adderley en Pexels

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