El bonito momento en que una madre hace una pausa en su trabajo de parto para amamantar a la mayor

El bonito momento en que una madre hace una pausa en su trabajo de parto para amamantar a la mayor
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Cuando Aran, mi segundo hijo, dijo que ya quería nacer, fue la primera vez que Jon y Miriam (hijo y madre) se separaban. Jon tenía tres años y, aunque estábamos bastante de los nervios, demostró que ya era lo suficientemente mayor como para llevarlo bien con los abuelos.

¿Y si lo hubiera llevado mal? Pues estoy bastante seguro de que Miriam, al menos mientras la cosa no fuera muy intensa, habría dicho eso de "Traedlo un rato", como hicieron esta mamá y su hija: el bonito momento en que una madre hace una pausa en su trabajo de parto para amamantar a la mayor.

En una serie de fotos captadas por la fotógrafa profesional Maegan Dougherty, que estuvo presente en el parto, Kate decidió amamantar a su hija de 2 años mientras esperaba a que naciera la pequeña.

Al parecer, la niña estaba en casa con otros miembros de la familia, pero de acuerdo con la mamá, decidieron acudir al hospital para hacer una visita mientras la hermanita no se decidía por nacer.

Al llegar, pensó que podría ser buena idea mamar un rato, para estar de nuevo con mamá en ese sitio tan raro y en una situación tan extraña, con mamá en una cama que no era la suya, y a Kate le pareció bien. Ese fue el momento de la foto de arriba, captada por Dougherty.

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¿Quizás la niña ayudó a su hermanita a nacer?

Las contracciones iban poco a poco, sin prisa pero sin pausa, así que había tiempo para este momento juntas. Curiosamente, después de que la niña mamara, las contracciones empezaron a ser más intensas y frecuentes, y la bebé nació solo dos horas después.

¿La razón? Según leemos en People, lo achacan a la producción de oxitocina de la mamá, secundaria al amamantamiento. Bien es sabido que el reflejo de eyección de la leche materna se produce mediante la oxitocina que se segrega al haber succión. Esa misma secreción de oxitocina puede ayudar al útero con las contracciones, y por eso el estímulo de los pezones se considera una manera de ayudar en el parto (es cuando los receptores de oxitocina del útero funcionan, ya que antes del parto esto no sucede -y por eso se dice que la lactancia y el embarazo son compatibles-).

Bien puede ser esta la razón, pero yo quiero añadir otra: después de estar con la niña y de ver que estaba bien, y que se quedaba tranquila de nuevo con su familia, Kate, la mamá, se relajó en ese sentido y decidió que ya podía centrarse en dar a luz a su pequeña. La mente puede actuar bloqueando muchos sucesos fisiológicos, entre ellos un parto, y del mismo modo, puede eliminar esos bloqueos dejando vía libre al cuerpo para actuar según necesita en cada momento.

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Y también puede ser que no fuera nada de eso y que la niña hubiera nacido igualmente en ese momento, pero parece lógico (y es bonito) pensar que ese momento de madre e hija, ese ratito de amamantamiento, la ayudó a seguir adelante con el parto: con la tranquilidad de ver que su hija mayor estaba en buenas manos y el estímulo provocado por la lactancia.

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