Las ocho actividades navideñas que no debes dejar de hacer

Las ocho actividades navideñas que no debes dejar de hacer
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Los hijos crecen muy rápido. Seguro que se lo habéis oído decir a vuestras madres desde que entrásteis en la adolescencia. Y es verdad, parece increíble que mi bebé, mi niño pequeño risueño, ya se haya convertido en un señor que se afeita, se prepara la comida y organiza su estudio sin necesitar supervisión. Mi pequeño, que me buscaba para todo, ahora, aunque disfrutamos mucho juntos, tiene sus propios intereses y actividades también.

Miro atrás y las Navidades forman especialmente parte de los momento más maravillosos que compartimos en su niñez y que, pese a ser una mamá grinch como os contaba la semana pasada, ahora atesoro. No dejéis pasar el tiempo sin disfrutarlo plenamente. Y para ayudaros a hacerlo os cuento las ocho actividades navideñas que creo que no debéis dejar de hacer.

Las vacaciones navideñas son, en realidad, muy cortas para los peques. Pasan volando porque, además, hay muchas cosas divertidísimas que igual el resto del invierno no hay tiempo para programas o que, claro está, solo se pueden hacer estos días. Para ellos todo es nuevo y diferente. Se asombran de tanta alegría y luz. Ellos son los protagonistas y hay actividades que haciendo con ellos las van a recordar siempre, igual que vosotros. Construíd unas Navidades mágicas.

La nieve

De no ser que seas especialmente aficionado a los deportes de invierno o vivas en un lugar donde habitualmente haga mucho frío, seguramente tus hijos tengan pocas oportunidades al año de ver la nieve. Y les encanta. Unas buenas botas, gorro y guantes y unos pantalones que no calen son todo lo que necesitan para pasar un día especial en la blanca nieve.

Correr hundiéndote en medio metro de nieve, tirarte con un trineo aunque sea improvisado, hacer una batalla de bolas, esculpir un muñeco (no te olvides la zanahoria para la nariz) y hacer el ángel son cosas que ningún niño debería de probar. Les va a encantar y, eso si, volverán agotados y radiantes.

Adornar el árbol

Adornar un árbol de Navidad con un niño es toda una experiencia caótica y creativa. El árbol es una antiquísima tradición que posiblemente entronca con el árbol de Yule, en la tradición pagana, pero que pasó a los siglos posteriores. Hoy no adornamos ya un árbol natural cortado dentro de casa y hay quien prefiere un árbol que luego se replanta y quien escoge uno de plástico, pero una cosa es segura, todos los niños lo pasarán genial.

La verdad, aunque queden muy elegantes los árboles decorativos en un solo color, a los niños lo que les encanta son las bolas multicolores, el espumillón, los paquetitos, las figuritas de todo tipo y la estrella luminosa en la copa. Hay que ponerlo, aunque nos de pereza, y disfrutar esa tarde alocada de montaje, decoración y belleza.

Comer turrones y polvorones

Ya se que los dulces no hay que comerlos a diario, por supuesto, y que no hay que darse atracones hasta ponerse malos, pero precisamente en Navidad podemos darnos un respiro y descubrir esos sabores tradicionales que, precisamente por ser propios de estas fiestas, el resto de año no estarán en nuestra mesa.

Y el roscón, bendito roscón, es una de las cosas más ricas que existen. Podéis hacerlo en casa, no son un pastel muy dificil o comprarlo en un buen obrador de confianza. Además, si a los niños les gustan más, lo hay rellenos de nata o chocolate que alcanzan la gloria. La experiencia de estar atentos a ver a quien le toca el premio les entusiasma. Yo tengo guardaditas las figuritas de aquellos años todavía y recuerdo la ilusión de mi hijo con cada una de ellas.

Visitar un mercadillo navideño

En casi todos los pueblos ya podéis visitar un mercadillo navideño. No son como esas maravillas alemanas pero a los niños les encanta asomarse a cada puesto y elegir un cuento, un pequeño regalo de artesanía para sus abuelos o alguna golosina hecha con fruta escarchada.

La cabalgata de Reyes

La verdad es que la cabalgata de Reyes de mi pueblo siempre fue flojita y con la crisis fue perdiendo cada vez más. ¿Eso le importaba a él? En absoluto, cada carroza era una sorpresa y ver a los Reyes una emoción tremenda. Hace mucho frío y hay que esperar un buen rato, pero parte de la emoción está en esa espera, en descubrir cada tema de las carrozas, recoger los caramelos, correr de un sitio a otro para volver a ver a los Reyes una vez más antes del final de la noche. Maravillosa esa sensación de alegría y magia que hay en los ojos de cada niño. Pero, por favor, con mucha atención a la seguridad de los pequeños.

Ir a ver belenes

Siempre hay alguna iglesia o institución que organiza un Belén con figuras enormes o lo construye de grandes dimensiones, con un detalle impresionante y lleno de sorpresas. A los niños les encanta y les da muchas ideas creativas. Y si vivís en un sitio en los que se acostumbra a abrir la casa a los vecinos para que vean el belén, no os privéis de ese rato de socialización especialmente distendida en la que cada familia ofrece su obra a los visitantes. Eso si, si váis a ver un Belén viviente, os aconsejaría que fuera uno sin animales, porque para ellos es una tortura estar así.

La misa del gallo

Una tradición para las familias católicas es la Misa del Gallo, que se celebra habitualmente cerca de la medianoche de Navidad, conmemorando el nacimiento de Jesús. La recuerdo como una misa especialmente hermosa y llena de alegría y, si soís creyentes, os animo a que sea parte de vuestras tradiciones navideñas.

Sol Invicto

Si te gustan las tradiciones paganas puedes celebrar la misma noche de Navidad el festival romano del dios Sol Invicto, fecha que eligió la Iglesia para conmemorar también el nacimiento de Cristo, para hacerla concordar con los cultos antiguos. Finalizaban con ella los festejos de los días anteriores de Saturnalia, en los que era común cierta relajación de costumbres, comilonas, visitas a los amigos y familiares y reparto de regalos. La noche del veinticuatro es una noche de espera en la que aparecerá, al amanecer, el Sol Invencible brillando de nuevo con esplendor recordándo que no ha sido vencido por la muerte y que retornan de nuevo los días largos y la Luz.

Es ahora tiempo de ir preparando ya vuestros planes navideños y seguro que algunas de estas ocho actividades navideñas con los niños os van a apetecer. Si alguna se os ha pasado, apuntádla para el año que viene o introducidla ahora. Hay muchas más cosas os encantará hacer con vuestros hijos y sobre todo os animo a pasar mucho tiempo con ellos y acompañar sus sueños y sus juegos.

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