Quitarse la vida es la opción límite más desesperada de cualquier persona y cuando además es un niño quien lo hace, por no poder más con el acoso escolar al que es sometido, el dolor de la pérdida aún es mayor.
No es el primer caso, pero no por ello deja de sorprendernos (y en mi caso incluso enfado) por no poder evitarlo.
Esta semana conocíamos la triste noticia de que un adolescente de 13 años se había tirado por un acantilado en el municipio vizcaíno de La Galea. Tras varios años de acoso en un colegio de Erandio, la madre escribió en 2017 una carta en Facebook. Ayer viernes la republicaba con este duro comentario: "Yo lo avisaba, ellos miraban para otro lado...".
En la carta completa que reproducimos aquí, la madre explica cómo pegaban, insultaban y humillaban a su hijo y todo quedaba en un "es cosa de niños!!!".
"¿Cómo expresar cómo me siento? Tras siete años viendo como pegan, insultan y humillan a tu hijo en el colegio sólo escuchan mis oídos, es cosa de niños!!! Total? Y que quieres que haga? No te gusta? Ya sabes,..... y un sinfín más de excusas para llegar de nuevo al mismo punto de partida año tras año. En junio la vida termina y en septiembre hay que partir de cero.
Cómo pueden pretender que unos padres olviden lo que sufre su hijo y que el niño vaya feliz al colegio? Son paradojas de la vida que mi cabeza no llega a comprender. A tu hijo le rompen un diente y te dicen que se ha caído! A tu hijo le pegan en clase y eso es imposible, hasta que tiene testigos! Consecuencia!!!! Falta para tu hijo por estar en una pelea.
Tu hijo sale con el cuello con sangre de las collejas que le han dado en un cambio de clase y es que el otro niño está pasando por una mala temporada. ¿Hasta cuándo? ¡La inspectora de educación te dice que el problema es que tu hijo va con su hermana a clase! ¿¿¿Perdona??? ¿De quién quieren reírse?
¡Esto en un colegio Marista! Pues imaginar qué tipo de alumnado hay que en menos de una semana la medida que han puesto algunos profesores es castigar a toda la clase fuera del horario lectivo, ¿eso es legal? ¿La solución es huir del problema? ¿Qué aprende mi hijo si le enseño que en lugar de intentar arreglar un problema hay que huir de él? He de terminar diciendo que gracias a Dios hay algún profesor en ese colegio que se preocupa por los alumnos, osea existen profesores con vocación".
La respuesta del centro y las autoridades
En su última publicación en Facebook, la madre incluye la respuesta que ha dado el centro, encabezada por estas duras palabras:
El colegio, donde se cometieron los abusos denunciados, manifestaba que sentían "muchísimo el dolor de su familia y si hay algo que podamos hacer por ellos saben que pueden contar en todo momento con nuestra solidaridad, apoyo y respeto a su intimidad y la de su hijo".
Además, tal y como denuncia, no le prestaron atención desde los órganos de Inspección, aunque puso distintas denuncias.
La consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, admitía la existencia de las mismas y afirmaba ayer que "todas la líneas de investigación siguen abiertas".
Según EFE, fuentes oficiales explicaron a la agencia de noticias que el adolescente "estaba escolarizado en un centro donde sacaba buenas notas y estaba bien integrado, si bien había estudiado en cursos anteriores en otro colegio donde había sufrido problemas de relación con algunos de sus compañeros".
Ya es tarde para este chico de Getxo, pero no para el resto de los niños y jóvenes que se enfrentan al acoso escolar en España, una plaga que según los estudios comienza a gestarse ya en educación infantil y se desarrolla en Primaria.
La cifras de la UNESCO señalan que dos de cada 10 escolares sufren bullying, una realidad que afecta a 246 millones de niños y adolescentes en todo el mundo.
En España, las cifras hablan de mil niños y adolescentes al año que sufren acoso escolar.
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