Por qué las personas de hace 40 años nos parecen muchísimo más viejas que las de ahora

Por qué las personas de hace 40 años nos parecen muchísimo más viejas que las de ahora
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Hoy vamos a levantarnos el ánimo. Si miramos fotografías de hace 30, 40 ó 50 años, lo más probable es que las personas de antes aparenten más edad que las de ahora. Incluso personas de nuestra propia familia, nuestros padres, nuestros tíos y ni qué decir de nuestros abuelos, nos parece que tienen muchos más años que nosotros a la misma edad. ¿Nos engaña nuestra perspectiva o realmente nos vemos más jóvenes? Lo cierto es que ahora envejecemos mejor, y hay una explicación científica a por qué sucede.

Un ejemplo muy claro es esta comparación que hemos hecho de Tom Cruise y Chanquete a la misma edad. En 1982, año de emisión de Verano Azul, el actor Antonio Ferrandis tenía 58 años. La misma edad que tenía Tom Cruise cuando rodó en Roma la séptima entrega de 'Misión Imposible'.

Y así, hay muchísimos ejemplos. Algunos de los más demoledores nos los enseñó @hematocritico en X. Niño Bravo parecía mayor cuando participó en Eurovisión y solo tenía 28 años cuando falleció. George Harrison tenía 27 años cuando se separó de los Beatles, aunque por su aspecto parece que cargara como mínimo con 50 primaveras a sus espaldas.

Los futbolistas 'viejóvenes' son un caso aparte. Al parecer el deporte estropeaba el físico más que mejorarlo, y para muestra este cromo de 1969 con un jugador de 32 años que parece mucho mayor.

Las calvas, los bigotes y la piel arrugada de algunos jugadores de fútbol de los '80 o los '90, los hacía ver 15 años mayores de lo que eran. Muy diferente a los músculos y los cortes de pelo modernos que lucen ahora los futbolistas. Que puede que en un futuro parezca viejuno, no digo que no.

La ciencia lo ha comprobado: envejecemos mejor

Eso es lo que sugiere el equipo de la gerontóloga Taina Rantanen de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, que estudió a dos grupos de personas, nacidas con una diferencia aproximada de 30 años. Las del primer grupo habían nacido en 1910 y 1914, y las del segundo en 1938, 1939, 1942 y 1943.

Ambos grupos fueron evaluados al cumplir 75 y 80 años a través de pruebas de desempeño físico y de capacidad cognitiva. La conclusión a la que llegaron los investigadores es que los más jóvenes habían envejecido menos que sus familiares o personas más mayores a su misma edad.

En cuanto a las pruebas físicas, el equipo descubrió que los nacidos más tarde caminaban más rápidamente y tenían más fuerza en las piernas y en las manos, sobre todo al sujetar objetos.

En cuanto a las capacidades cognitivas, los nacidos más recientemente -a pesar de tener la misma edad-, tenían más fluidez verbal, reaccionaban con mayor rapidez al realizar tareas complejas y obtuvieron mejores resultados en ejercicios de correspondencias entre símbolos y números.

Sin embargo, algunos aspectos como la función respiratoria y las tareas de memoria a corto plazo no presentaron diferencias entre los grupos nacidos antes y después.

Por qué somos más jóvenes que antes

A nivel mundial, es indudable que las condiciones de vida han mejorado, especialmente en los países occidentales. Entre otras cosas, este progreso se traduce en una mejor alimentación, con todo el beneficio que ello supone para nuestra salud. También ha avanzado muchísimo la atención médica, propiciando que estemos cada vez más sanos, y que lógicamente esto se vea reflejado en que lleguemos a edades avanzadas en mejor condiciones, tanto físicas como mentales.

Sobre el desempeño cognitivo, los investigadores encontraron determinante los años de formación. Las personas que tienen una mejor formación también tienen hábitos de vida más saludables, acuden más habitualmente al médico y, dependiendo del país y la región en la que viven, tienen acceso a mejores servicios de salud.

Claro que hay que tener en cuenta que el buen envejecer no depende solamente de cuestiones ambientales, sino que la genética también tiene su peso y eso es algo que no podemos controlar.

La gente antes parecía más vieja

Más allá de la mejora en la calidad de vida que hace que luzcamos más jóvenes y saludables, también influye -y mucho- factores más superficiales como la moda y la fotografía, que han evolucionado a la velocidad del cohete en los últimos años.

Los cánones de belleza han cambiado tanto que una persona puede parecernos mucho más joven con 50 años que cuando tenía 20. Jennifer López es un ejemplo clarísimo de ello. Igual que Antonio Banderas, con injerto capilar de por medio. 

Jennifer-lopez-antes-despues


La moda de hace 30 años, el maquillaje y los peinados que en su momento se consideraban juveniles, hoy nos parecen del Pleistoceno y creemos que hacían ver a la gente incluso mayor de lo que era.

Con la fotografía pasa algo similar. La tecnología de hace tres o cuatro décadas está a años luz de la que tenemos ahora. Los colores, la resolución, la nitidez de hoy no tienen nada que ver, y en contraste, hace que las personas de antes se vieran peor de lo que eran al natural.

Como conclusión, es cierto que envejecemos mejor ahora que hace 40 años. Pero tampoco nos vengamos muy arriba, porque el día de mañana nuestros hijos y nietos estarán diciendo lo mismo de nosotros.

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