Corea del Sur es el país con la tasa de natalidad más baja del mundo. Hace años que la situación es muy preocupante y nada parece que vaya a cambiar. En 2022 la situación se situaba en 0,78, y tras una caída del 8%, en 2023 se situó en 0,72 hijos por mujer.
Para intentar acabar con esta catástrofe demográfica, el Instituto Coreano de Finanzas Públicas ha lanzado una propuesta (otra más entre las locas ideas que se plantean para combatirlo), que ha traído polémica: que las niñas empiecen la escuela primaria un año antes.
De esta forma, los expertos creen que al crear una diferencia de edad de un año entre niñas y niños en la escuela, los haría más atractivos entre sí cuando alcancen la edad para contraer matrimonio.
Los hombres prefieren mujeres más jóvenes
La afirmación se basa en la idea de que los hombres se sienten naturalmente atraídos por las mujeres más jóvenes porque los hombres maduran más lentamente. Esas mujeres, en teoría, preferirían en el futuro casarse con hombres mayores.
Así lo explican en el informe sobre cómo abordar el declive de la natalidad:
"Teniendo en cuenta que el nivel de desarrollo de los hombres es más lento que el de las mujeres, hacer que las mujeres ingresen a la escuela un año antes podría contribuir potencialmente a que hombres y mujeres se encuentren más atractivos cuando alcancen la edad adecuada para casarse".
Una idea cancelable: los niños como "herramientas reproductivas"
Las críticas al informe del instituto coreano han llovido por todas partes. En Naver (principal portal de noticias del país) un usuario se ha pronunciado: “¿Realmente consideran a las personas, a los niños, como herramientas reproductivas? Desagradable."
El líder del principal partido de la oposición también calificó la propuesta como “absurda” y ridícula y añade que es necesario "tomar medidas fundamentales y a nivel macro".
Es decir, medidas que atajen el verdadero problema del país asiático, que no es otro que un machismo rampante, donde las ideologías patriarcales siguen perpetuando la desigualdad de género.
A la falta de vivienda y al alto costo de criar y educar a los niños, se suma la arcaica idea de que el papel de las mujeres es criar a los hijos, en lugar de equilibrar el trabajo con la vida familiar.