Los 10 errores que nunca deberías cometer a la hora de hacer un regalo
Juegos y juguetes

Los 10 errores que nunca deberías cometer a la hora de hacer un regalo

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Hacer regalos a un niño no es tan fácil como a priori podríamos pensar. Si somos sus padres podemos saber más o menos qué es lo que desea o con qué cosas disfruta jugando, aunque esto último muchas veces sea realmente complicado pues, lo que hoy les encanta mañana está abandonado en el fondo de la caja de los juguetes y si preguntas que por qué ya no juegan con esto o lo otro, recibes contestaciones del tipo: “es que me aburre” o “papá, -con cara de estar viendo un marciano o similar-, ya nadie juega a ese juego”.

Por otro lado tenemos esa visión espacial que tienen todos los niños, sin excepción. Y es que da lo mismo el tamaño de su habitación o incluso el de la casa entera, para ellos siempre hay hueco para un juguete más, o tres docenas, da lo mismo, porque el problema es que nunca ven que no haya espacio para sus juguetes. Y si le preguntas, dónde metemos ese peluche tamaño jabalí que quiere para su cumple, probablemente te contestará que donde está la cuna de su hermano.

Todo esto es el día a día, pero parece que a la hora de hacerle regalos a los hijos de los demás nos olvidamos por un momento o quizás, inconscientemente queramos compensar el no haber comprado cierto juguete a los nuestros al regalárselo a nuestro sobrino o al hijo de nuestro amigo, eso o que simplemente compramos lo primero que más o menos nos cuadra y a correr, por eso aquí os dejamos una lista con aquellos Los 10 errores que nunca deberías cometer a la hora de hacer un regalo a los hijos de otros padres, si es que valoráis en algo su amistad.

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Regalos de tamaño desproporcionado

Un peluche tamaño real e un oso polar resulta muy mono y original, si, pero cuando está de adorno en la sección de juguetes de unos grandes almacenes, en una casa ocupa lo mismo que una chaise long y tiene el mismo uso que el animal real, es decir, ninguno; A parte que no hay muchas familias con hueco para algo semejante. Si, seréis probablemente los tíos preferidos del mes, pero vais a ser los cuñados más odiados. Vosotros mismos.

Tambores, flautas, xilófonos, guitarras y demás juguetes de imitación de instrumentos

Está muy bien fomentar la parte izquierda del cerebro de los niños y desde luego, la música es algo primordial en nuestro desarrollo como seres sociales. Tocar un instrumento musical es una vía magnífica para el desarrollo de nuestro hijo, pero también puede llegar a ser un instrumento de tortura, sobre todo si se regalan ciertos instrumentos a ciertas edades, regalarle una batería a un niño de tres o cuatro años es motivo más que suficiente para que nos borren del testamento familiar e incluso se “olviden” de llamarnos para la cena de Navidad. Por eso, este tipo de regalos es mejor que sean los propios padres quienes decidan comprarlos o bien, que sean ellos los que nos pidan que los compremos.

Regalos por encima de la capacidad propia del niño al que van dirigidos

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Hay que prestar mucha atención al desarrollo del niño al que le vamos a regalar un juguete para saber si este está adecuado a sus capacidades, es cierto que algunos juguetes que marcan una edad determinada pueden ser utilizados por niños más pequeños, pero en los casos en que esta diferencia sea acusada puede crear cierta ansiedad en el pequeño y si este tiene hermanos mayores, puede encontrarse sin su juguete pues sean sus hermanos los que disfruten de ello y es que muchas veces, al no saber qué regalarle al niño, optamos por algo “genérico” que guste a todos pudiendo provocar una disputa que no deseamos. Regalar un libro de aventuras para 8 años a un niño de 5, por muy avanzado que vaya con las letras, no es una buena idea y la excusa de “ya crecerá” solo se admite en la ropa y en ciertos casos.

Regalar un estilo de ropa que no va acorde con el niño

A ninguno nos gusta que nos regalen algo que no nos pega. Muchas veces cuando nuestra tía o nuestra madre aparece con esa blusa de hace cuatro temporadas o esa falda que según ella “en la tienda le dijeron que está de moda” y que te quedaría fenomenal, en carnaval, se nos eriza el vello y pensamos “¿pero es que no tiene ojos para ver que esto no va conmigo?” Pues eso mismo pasa con los niños.

Cuando son pequeños, está claro que el estilo lo marcan sus padres y a medida que van creciendo ya van ellos buscando su propio estilo.

Tomarlo como una competición

"Es que ellos nos hicieron un regalo de tantos euros y yo no puedo hacerlo de menos". Basta ya de estas olimpiadas de a ver quien hace el regalo más caro, sobre todo cuando si algo ha traído la crisis es que nos hemos vuelto a dar cuenta del valor del dinero y que no estamos para tirarlo en algún regalo que probablemente termine en un cajón dentro de 15 días.

No hacer caso de las recomendaciones de sus padres

Regalar lo que nosotros creemos que le va a gustar en vez de lo que sus padres nos han dicho que le gustará. Cuántas discusiones he tenido yo por eso con gente que "cree conocer mejor que tú a tus hijos" o gente que movida por el punto anterior, te dice que no le ha comprado lo que tu dijiste porque "cómo voy a comprarle algo tan simple" y al final mi hijo se quedó sin uno de los regalos que más quería, obteniendo a cambio un carísimo robot que no sabrá manejar ni disfrutar hasta dentro de dos o tres años. otro trasto más ocupando sitio.

Regalos que requieran recargas muy caras o difíciles de encontrar

Deberíamos evitar, en la medida de lo posible, regalar cierto tipo de regalos que bien utilicen recargas que haya que pedir fuera o que cuesten tanto como un juguete nuevo, pues estamos obligando a los padres a realizar una serie de gastos no previstos que quizás no se ajusten a su presupuesto. Lo mismo sucede con aquellos regalos que utilizan sistemas de baterías poco común, como algún modelo de pilas de otro país o no compatibles con nuestros sistemas.

Muebles para niños

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Yo los coloco en la categoría de los peluches gigantes. Salvo que sea por petición de los padres o sepáis que están pensando en comprar uno, nunca regaléis no de esos muebles infantiles. E incluso así yo pediría a los padres que fueran ellos quienes escogieran el modelo porque a nadie le gusta tener un mueble en casa que no combina con nada de lo que tiene alrededor.

Regalos que cuadren con vuestro estilo de vida pero no con los del niño

Que a nosotros nos encante un tema determinado, salir al campo, practicar algún deporte, ser fans de una serie determinada, no implica que los demás lo sean, incluso que les vaya a gustar. Por ejemplo, si le queremos regalar la equipación de un equipo determinado estaría muy bien preguntar antes si el niño o sus progenitores son seguidores de alguno, sobre todo para no llevar el del equipo contrario.

Lo mismo sucede con aquellos regalos temáticos o libros que hablen sobre temas conflictivos, religión, sexualidad, hermanos, retirada del pañal, etc. Es posible que sus padres no quieran aún hablarle sobre esos temas.

Regalos que necesiten de un equipo de ingenieros y arquitectos para su montaje

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Los regalos que llevan un libro de instrucciones del tamaño de la enciclopedia británica están muy bien para pasar la mañana de navidad montando y cuando nuestros hijos tienen cierta edad. Pero cuando tienes que montar un juguete para un bebé de uno o dos años y te tiras más de diez minutos haciéndolo, lo que vas a lograr será tener un niño muy cabreado esperando poder jugar con su juguete.

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