¿Es mejor ser de los mayores o de los menores de clase?
Educación Infantil

¿Es mejor ser de los mayores o de los menores de clase?

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Acaba de comenzar el año, y son muchos los peques que soplarán velas en este primer trimestre. En la clase de mi hija, se celebran conjuntamente las celebraciones de los niños nacidos en diciembre y en enero: 11 meses de diferencia y mismo curso académico.

Y es que el curso escolar en España se organiza según el año natural de nacimiento, de manera que conviven alumnos con diferente nivel madurativo. Este hecho, especialmente notable en la etapa de Infantil y primeros años de Primaria, ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los años: ¿cómo influye el mes de nacimiento en la etapa académica, en particular, y en la vida, en general?

Los mayores de la clase

Al margen de las típicas ventajas que se suelen apreciar de forma clara durante los primeros cursos de Educación Infantil (a nivel psicomotriz, de control de esfínteres, de adquisición del lenguaje...), parece que según las investigaciones realizadas, nacer a principios de año sería más ventajoso para los niños.

A continuación presentamos algunos de los estudios que se han hecho al respecto, y las conclusiones obtenidas acerca de cómo influye en el niño el hecho de ser de los mayores de su clase.

Rendimiento académico más elevado y mejores notas

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En 2009, el Ministerio de Educación publicó una evaluación general de la educación de los alumnos en cuarto curso de primaria (nueve y diez años). De entre los muchos factores analizados también se tuvo en cuenta el mes de nacimiento de los alumnos de una misma clase, y a este respecto los resultados arrojaron un rendimiento más elevado entre los alumnos nacidos en el primer trimestre del año.

Así pues, y según este estudio, parece que los niños nacidos entre enero y marzo son mejores en las competencias de comunicación lingüística, matemáticas y conocimiento e interacción con el mundo físico.

El éxito en la etapa académica de los primeros del año también se vio reflejado en una reciente investigación de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Massachusetts (Estados Unidos). En dicho estudio se determinó que los veteranos de la clase muestran diferencias sustanciales con respecto al resto de compañeros en cuanto a desarrollo cognitivo, especialmente en la etapa escolar entre los seis y los 15 años.

Esto se traduciría, según los investigadores, en mejores puntuaciones en los exámenes de primaria y secundaria, además de otros aspectos futuros que nada tienen que ver con el rendimiento académico, como una menor tasa de encarcelamiento por delitos durante la adolescencia, y mejores resultados laborales en la etapa adulta.

Mayores probabilidades de convertirse en deportistas de élite

deportistas

También se han hecho estudios que relacionan el mes de nacimiento con la probabilidad de convertirse en deportista de élite. Según una investigación llevada a cabo en 2011 por el Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Camilo José Cela, y ampliada en 2013 con nuevos datos, parece que el 48% de los jugadores de la Liga Española de Fútbol ha nacido en el primer trimestre del año.

Pero la relación entre el mes de nacimiento y la probabilidad de convertirse en deportista profesional no solo se ciñe al fútbol. También se han analizado otros deportes como el hockey sobre hielo, y los resultados obtenidos, que vienen a ser muy similares, se han publicado en revistas científicas como ScienceDirect.

Más confianza en sí mismos y predisposición al trabajo en equipo

trabajo en equipo

Un reciente estudio publicado en 2018 por la Queensland University of Technology de Australia, analizó la influencia del mes de nacimiento en el comportamiento a largo plazo de 1.007 participantes con edades comprendidas entre los 24 y los 60 años.

La investigación arrojó que aquellos que habían sido de los mayores de su clase en sus años escolares, mostraban una mayor confianza en sí mismos en la edad adulta, así como una mayor predisposición a trabajar en equipo y a asumir riesgos en diferentes parcelas de la vida.

No hay diferencias con respecto a los logros profesionales en la etapa adulta

trabajo

En 2013, varias universidades de Suecia se reunieron para realizar una investigación sobre los efectos a largo plazo que tiene el hecho de ser de los mayores de la clase. Los datos se obtuvieron analizando los resultados académicos hasta los 16 años y los logros profesionales posteriores, de una muestra de la población sueca nacida entre 1935 y 1955.

Tal y como publicaran otros estudios que acabamos de mencionar, esta investigación sueca también coincidió en afirmar que los alumnos mayores de la clase, obtienen mejores calificaciones académicas que sus compañeros, si bien esta diferencia tiende a disminuir con la edad.

Y es que, a pesar de que los alumnos veteranos tienen una probabilidad ligeramente mayor que sus compañeros de ingresar en la Universidad, no parece ser un dato especialmente significativo, como tampoco lo son los logros profesionales conseguidos en la vida adulta.

Muestran mayores expectativas sobre su carrera futura

Universidad

Sin embargo, y como contraposición al estudio sueco, según otro publicado en 2015 por la Universidad de Chicago, la probabilidad de terminar la escuela sencundaria y asistir a la universidad es significativamente mayor en los alumnos veteranos.

Además, se encontró que estos estudiantes tenían expectativas más altas con respecto a su carrera futura, así como una inteligencia percibida más alta. Esto se debe a la confianza en sí mismos y en sus aptitudes que van generando a lo largo de su etapa escolar, tras los logros académicos conseguidos.

Los menores de la clase

La diferencia de edad de los más pequeños de la clase con respecto a sus compañeros mayores, puede llegar a ser hasta de casi doce meses. Muchos empiezan la etapa de Infantil sin controlar esfínteres, y con una clara desventaja psicomotriz con respecto a otros niños. Y es que un año de diferencia a edades tan tempranas puede ser muy significativo a la hora de adquirir nuevas habilidades y conocimientos.

Pero son justamente estas diferencias apreciables, las que animan a los pequeños de la promoción a esforzarse más y a no quedarse atrás con respecto al resto de niños. Veamos, no obstante, qué dicen algunos de los estudios que se han realizado sobre los alumnos más pequeños de la promoción.

Mejor salud cardiovascular y huesos más fuertes

atleta

Aunque según hemos visto, los mayores de la clase parece que tienen más probabilidades de ser deportistas de élite, los pequeños no se quedan atrás, y según varios estudios son más aficionados al deporte que el resto de compañeros.

Esto se debería, principalmente, a que gozan de una mejor condición cardiovascular y fuerza muscular, debido a la exposición a la vitamina D que sus madres tuvieron durante el embarazo, y que contribuye a la formación de huesos más fuertes.

Así lo puso de manifiesto una investigación llevada a cabo en 2014 por la Universidad Británica de Essex, en la que se probó la resistencia, fuerza y aptitud cardiovascular de casi 9.000 niños y niñas de entre 10 y 16 años.

En este estudio se encontró que los nacidos entre los meses de octubre y noviembre tenían huesos más grandes y mayor masa muscular, lo que hacía que fueran significativamente mejores atletas que el resto.

Mejor salud mental

salud mental

Pero además de la salud física, parece que los pequeños de la clase tienen también una mejor salud mental, ya que las posibilidades de padecer trastornos como la esquizofrenia, trastornos bipolares o depesión, son menores que en los nacidos a principios de año.

Así se puso de manifiesto en el mayor estudio sobre la salud mental llevado a cabo en Inglaterra, y publicado en 2014 por el British Journal of Psychiatry, que además reveló que existe una menor propensión al suicidio en los nacidos en los últimos meses del año.

Esta investigación coincidió con otro gran estudio realizado a pacientes psiquiátricos en Estados Unidos, en donde se vio que el riesgo de esquizofrenia y trastorno bipolar era significativamente menor, que si se comparaba con aquellos individuos nacidos en invierno (primeros meses del año).

Son más longevos, pero enferman más

longevidad

Y quizá sea esta combinación entre salud cardiovascular, deporte y salud mental lo que hace que los nacidos a final de año sean también más longevos que el resto. Esto es al menos lo que dice un estudio llevado a cabo por la Universidad de California y publicado en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en 2001.

Años más tarde, otro estudio científico publicado en el Journal of Aging Research, hablaría de una longevidad que incluso superaría los 100 años, dato que fue corroborado posteriormente por una investigación alemana publicado en la web científica Springer Link.

Sin embargo, parece que longevidad no exime a los nacidos en la recta final del año de enfermar con más frecuencia que el resto, especialmente en lo que respecta al sistema respiratorio. Así lo pusieron de manifiesto en 2015 científicos de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), si bien dejaron claro que el estilo de vida y la alimentación son más determinantes que el mes de nacimiento.

Rendimiento académico más bajo

rendimiento más bajo

Y en lo que respecta a la etapa académica, parece que los menores de la clase muestran un rendimiento más bajo, que se traduciría en una mayor probabilidad que el resto de repetir curso, y en un porcentaje más bajo de acceso a la universidad.

En 2010, el organismo británico Institute for Fiscal Studies publicó un estudio en el que se analizó el rendimiento académico de un grupo de alumnos ingleses de siete, 11, 14 y 16 años. Según las pruebas, los alumnos más pequeños de la clase obtuvieron menor puntuación en los exámenes que sus compañeros mayores. Además, también se observó que el porcentaje de acceso a la universidad en la franja de edad de entre 19 y 20 años, iba disminuyendo con el mes de nacimiento.

En el mismo año, pero en Francia, se publicó un estudio similar, que además reveló que estadísticamente, las dificultades en la escolarización que presentaban los menores de la clase acababan repercutiendo en su nivel salarial futuro.

En nuestro país, se llevó a cabo un estudio similar en 2015, en donde un grupo de expertos de la Universidad de Extremadura analizó los datos de casi 26.000 estudiantes de 889 colegios de España. La investigación puso de manifiesto que los niños nacidos entre los meses de noviembre y diciembre tienen hasta un 85% más de probabilidades de repetir curso, que los nacidos a principios de año.

Sin embargo, en todos estos estudios los autores recalcaron que los resultados no se debían al hecho de que los alumnos más pequeños de la clase tuvieran menos capacidades que sus compañeros, sino al modelo educativo que agrupa a los niños por año de nacimiento sin tener en cuenta el mes.

Mayor riesgo de padecer TDAH

TDAH

Y son varios los estudios que han vinculado el riesgo de Déficit por Atención e Hiperactividad (TDAH) con el mes de nacimiento, siendo más alto en los niños más pequeños de la clase.

El estudio más reciente del que tenemos conocimiento fue publicado en 2017 en The Medical Journal of Australia, y en él se analizaron los resultados de niños con diagnóstico de TDAH, poniendo énfasis en los nacidos a final del año académico australiano. Y así fue como los expertos vieron que los más pequeños de la clase tenían el doble de riesgo de ser medicados para el TDAH.

Esta investigación coincide con otros estudios publicados anteriormente en otros países como Estados Unidos o Suecia, donde las tasas más altas de TDAH de los alumnos se encuentran en los nacidos a finales del curso académico.

Conclusiones

trabajo en equipo

Dejando a un lado los temas académicos, según los estudios realizados al respecto, el hecho de nacer a final de año repercutiría positivamente en la salud física y emocional, además de aportar una mayor esperanza de vida.

Pero si nos centramos en la etapa escolar, la cosa cambia. Y es que nacer a finales del curso académico podría traer consecuencias negativas durante los primeros años de Educación Infantil y Primaria, en donde se acusan más las diferencias madurativas entre los alumnos mayores y menores de la clase.

Tal y como hemos visto, estas consecuencias parecen darse en varios países cuyos sistemas educativos agrupan y atienden a los alumnos según su año de nacimiento, sin tener en cuenta las características y peculiaridades de nacer a principios o a finales de curso.

Por este, y por otros tantos motivos de los que hemos hablado en otras ocasiones, somos muchas las personas que creemos que la clave estaría en una enseñanza individualizada, en donde se estimule el potencial de cada niño, se agrupe a los alumnos en función de sus habilidades, y se fomente el trabajo en equipo destacando las compentencias de cada uno de sus miembros, con independencia del mes o año de nacimiento.

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