Receta casi infalible contra las rabietas (Conclusión)

Receta casi infalible contra las rabietas (Conclusión)
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Una buena estrategia ante las rabietas es, en mi opinión, reconsiderar nuestras razones para decir no. Muchas veces decimos no a cosas que no hay un motivo real para prohibirlas. Si no es peligroso ¿porque decir no? Está claro que no puede meter los dedos en un enchufe o asomar medio cuerpo por la ventana pero ¿podemos parar diez minutos a ver ese hormiguero o darle ahora un plátano aunque quede media hora para comer? Generalmente hay muchas cosas que podríamos dejarles hacer ( cada caso es especial, no pretendo generalizar). Simplemente contad cuantas veces decis que no a los niños en un día. Es agotador para nosotros y para ellos.

También es un ejercicio para los padres el reaprender el lenguaje. No podemos decirles "eres malo", "mamá no te querrá", o "se lo voy a decir a los Reyes Magos si no paras". Para construir un autoconcepto fuerte los mensajes que reciban de las personas que más aman deben ser positivos y no encerrar juicios negativos de valor. Si les decimos que son malos, lo creerán. Y si creen que son malos ¿como vamos a poder llegar a ellos?

Las rabietas, que comienzan a partir de los 18 meses son una etapa necesaria de su desarrollo: el descubrimiento de si mismos como seres independientes. Y también son sus primeros ejercicios de libertad.

Ellos se pasan meses en los que les digas lo que les digas a todo van a negarse. No quieren sopa ni quieren puré, no quieren ir a la calle ni quedarse en casa. ¿Que quieren? Solamente están aprendiendo que pueden tener deseos propios que no sean los nuestros. Luego su independencia les asusta o nuestras reacciones los desconciertan. Su propio descubrimiento de un yo con voluntad propia es fuente de descontrol. ¿No es fascinante la aventura de acompañarlos amorosamente en ese aprendizaje? Yo creo que si.

Las rabietas pasarán y lo harán mas sencilla y sanamente si no los tratamos de domar. Obedecer no es la mejor enseñanza que podemos dar a un niño. Respeto y empatía si. Y eso lo aprenderán mejor si se los ofrecemos. El mantener a los niños sumisos con gritos, miedo o castigos a la larga daña su autoestima y puede explotar mas adelante, en la adolescencia, con una rabia contenida muchos años que ya no podremos acallar.

Así que la receta casi infalible es comprender y amar, acompañar y no domar. A la larga nos hará a todos mas félices.

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