Las mamás y papás primerizos se sienten un poco inseguros a la hora de mover al bebé para cambiarle de ropita. Me pasaba a mí, pensaba que podía hacer un movimiento rudo que incomodara a mi pequeñín, y ni les cuento de su papá que era un manojo de nervios.
A los bebés no les gusta que los vistan ni los desvistan, les incomoda los cambios de temperatura y les desagrada la sensación de tener algo sobre su cara y su nariz.
Sabemos por experiencia que los bebés hay que cambiarles de ropa con frecuencia, y para que este momento se convierta en algo agradable para él podemos seguir algunos consejos para hacerlo.
Para ponerle la camiseta, debemos ensanchar el cuello de la camiseta y hacerlo pasar por la cabeza, sin forzar la nariz ni las orejas. Luego cogemos una manga la enrollamos y pasamos delicadamente su mano. Estiramos la camiseta, cubriendo la espalda y la barriga.
Sí el bebé es muy pequeño y no aguanta él solo la cabeza, se debe tener mucho cuidado. Hay que enrollar la camiseta ensanchando el cuello y colocársela detrás de la cabeza, haciéndola pasar manteniendo la cabecita elevada con suma delicadeza.
Siempre que le cambies, cuando le vayas a poner una prenda por arriba empieza por la parte posterior de su cabeza y al revés cuando se la quites. Haz todos los movimientos con delicadeza y sin tirones. Recuerda vestirlo con tejidos suaves como el algodón y lavar bien la ropa nueva antes de ponérsela.
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