Una mujer embarazada escribe una emocionante y graciosa carta dirigida ¡a sí misma!

Una mujer embarazada escribe una emocionante y graciosa carta dirigida ¡a sí misma!
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Hay un dicho que dice que en la vida tienes que tratar de no escupir hacia arriba, porque tarde o temprano acaba dándote en la cara. Viene a decir que muchas veces miramos por encima del hombro y criticamos a los demás y con el tiempo nos acabamos dando cuenta de que estamos haciendo exactamente lo que criticábamos de los demás.

Esto pasa mucho en el mundo de la paternidad y la maternidad, y una mujer embarazada, futura madre de su primer hijo, parece tener bastante claro que tarde o temprano el karma se le volverá en contra y le devolverá todo lo que hizo o dijo sobre otras mujeres y madres. Vamos, que a pocos días de parir, preocupada por las cosas que preocupan en los últimos días del embarazo, decidió darse una lección a sí misma y dedicarse una emocionante y graciosa carta soltándose, a sí misma, varias verdades que seguro que muchos y muchas reconoceréis.

Querida sabelotodo:

En este mismo instante tu fecha de parto se acerca y estás súper centrada en un montón de cosas sin importancia. Quisiera que supieras que nada de lo que te preocupa importa. Que lo que necesitas hacer ahora es ir a dormir hasta que el bebé llegue. Ésta podría ser tu última oportunidad de dormir durante unas cuantas horas seguidas por el resto de tu vida.

¿Qué es lo que dices? ¿Que no estás durmiendo bien porque el embarazo te hace sentir incómoda? Piénsalo otra vez, amiga mía. Pronto estarás despierta a las 3 de la mañana en una piscina de vómito de bebé, sin querer mover un músculo por miedo a despertar a tu precioso bultito que "solo duerme si lo abrazas".

Mientras estamos hablando sobre las mierdas inútiles (nunca mejor dicho) que te están obsesionando, parece que le estás dando vueltas a la posibilidad de que te hagas caca encima en la mesa durante del parto. ¿Pues sabes qué? Cuando llegue el momento, te dará igual si tu materia fecal llega al techo con tal de que te saquen a ese bebé de una vez, más rápido de lo que un adolescente tarda en bajarse el último catálogo de Victoria's Secret.

Oh, ¿y ese libro que estás leyendo de partos naturales? ¿Quieres dejar de perder el tiempo con él y coger una copia de "Qué Demonios Hago con Este Bebé"? Porque una vez estés de parto, te detendrás a los 3 centímetros y rogarás por la epidural mientras te llevan al hospital. Además, el parto es solo un día, y el bebé estará ahí s-i-e-m-p-r-e. Sería mejor que pasaras el tiempo aprendiendo algo sobre crianza en vez de practicar técnicas de respiración que no te van a servir para nada. Aunque puede que te sirvan para tu primer movimiento intestinal después del parto.

Pasando a otro tema, parece que tienes muchas opiniones sobre crianza en este momento, pero rápidamente te darás cuenta que no tienes idea de lo que estás haciendo, lo que me recuerda que debo advertirte de lo jodido que es el karma. Por todos los juicios de valor que haces ahora sobre las técnicas de crianza de otras personas te sentenciará a una vida de pensamientos maternales llenos de culpa. Así que, sigue juzgando a tu amiga que deja a sus hijos en la guardería una hora extra para poder comprar o cocinar sola. En sólo un par de meses te encontrarás deseando que la guardería estuviese abierta los fines de semana también. ¿Y esa mujer que viste en el supermercado en la zona de congelados cuyos pezones apuntaban en direcciones diferentes? Genial la forma en que la criticaste con tu marido. El karma está a punto de reemplazar los tuyos por dos calcetines de tubo del National Geographic sosteniendo, cada uno, una pequeña, diminuta, pelota de ping pong.

Así que mejor cómete esa porción extra de cheesecake ahora que aún estás delirando. Piensas que eres todo barriga, pero todo se va directo a tu trasero. Y, por cierto, no serás de esas mujeres afortunadas que pierden peso al amamantar. Serás la madre cuyos hijos llegan todos los días al colegio sin sus carpetas, con la ropa mal puesta e incluso con un poco de comida en la cara, mientras tú usas un vestido que ni tu abuela se pondría. Esos recuerdos de darse una ducha todos los días parecerán tan mágicos como unos monos saliendo de tu culo y sirviéndote mojitos mientras estás en las blancas arenas de Maui. Pronto, ir al dentista será lo más relajante para lo que tendrás tiempo. Ya verás.

Una vez nazca el bebé, entre cuidarlo, el nuevo descubrimiento de lo inútil que puede llegar a ser tu marido y tus hormonas post-parto, te sentirás tan sobrepasada que comenzarás a tomar anticonceptivos como si fueran caramelos para asegurarte de que no tendrás un segundo hijo. Sin embargo, una noche después de un vino Franzia, te sentirás lo suficientemente loca como para hacerlo otra vez.

Hay sólo una cosa que hará posible que sobrevivas a las estrías, las manchas de vómitos y la depresión que genera tu flácida vagina post-parto: el amor, que en este mismo momento, aún no te das cuenta que existe.

Así que aférrate a tus tejanos de mamá y trata de no mojarlos mientras aún tengas un cierto nivel de control de la vejiga: el viaje empieza ahora. Deja de ser una maldita crítica y empieza a apoyar a las demás mamás. Vas a necesitarlas una vez te des cuenta de que no tienes ni puñetera idea de lo que estás haciendo...

Con cariño,

Yo.

¿De verdad no es madre aún?

Seguro que habéis pensado esto mismo al leer la carta. ¿Como puede saber tanto sobre la maternidad sin serlo todavía? Bien, la realidad es que sí es madre. El nombre de la autora de la carta es Kelly Claire, autora del blog In the Moon Light, y con esta carta trató de hacer un poco de sátira acerca de la maternidad, jugando a escribir una carta que a ella misma le habría gustado leer antes de dar a luz. No lo he querido desvelar al principio porque si no perdía la gracia y la magia.

¿Qué os ha parecido?

Vía | Scary Mommy
Foto | Thinkstock
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