Padres por sorpresa, tras varios años de lucha contra la infertilidad: una bonita historia de esperanza y amor

Padres por sorpresa, tras varios años de lucha contra la infertilidad: una bonita historia de esperanza y amor
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En Bebés y Más nos gusta hacernos eco de historias esperanzadoras que arrancan sonrisas cuando las lees. Historias que hablan de esfuerzo, de lucha y de sueños que se acaban cumpliendo a pesar de las dificultades iniciales.

Por eso nos ha emocionado conocer a Sadie y Jarvis Sampson, una pareja estadounidense que tras mucho tiempo luchando contra la infertilidad, han cumplido su sueño de convertirse en padres de un bebé que ha llegado a sus vidas a través de una rápida e inesperada adopción. ¡Te contamos su historia!

Meses de lucha contra la obesidad y la infertilidad

Jarvis y Sadie se casaron en enero de 2018, y a partir de aquel momento comenzaron a buscar un bebé. Ambos querían convertirse en padres lo antes posible, pero el tiempo pasaba y su deseo se alejaba mes tras meses.

"Jarvis y yo llevábamos bastante tiempo tratando de concebir. Lo habíamos intentado todo: pruebas de ovulación, vitaminas prenatales, app de seguimiento de ciclos, pruebas de fertilidad... Incluso probamos los consejos no solicitados de amigos, familiares y extraños".

"Durante 14 meses lo intentamos, rezamos y esperamos. Mes tras mes. Prueba de embarazo negativa tras prueba negativa. Pero estaba claro que íbamos a necesitar ayuda para concebir, y decidimos hablar con los médicos sobre ello" - relataba Sadie a la revista Love what Matters.

En aquel momento, los médicos tuvieron claro que el problema de infertilidad de la pareja radicaba en la obesidad de ambos, por lo que les aconsejaron perder peso. Los dos lo intentaron por su cuenta, pero al no tener éxito, Sadie decidió someterse a una cirugía de bypass gástrico, y los cambios físicos comenzaron a hacerse notables.

Con energías renovadas y orgullosa del paso que había dado, Sadie confió en que esta vez sí lograría el embarazo; pero nada más lejos de la realidad. El ansiado bebé no llegaba, y los médicos acabaron por recomendarles una FIV.

"En aquel momento me hundí en la desesperación, pues siempre sentí que había nacido para ser madre. Los cirujanos me habían dicho que todo sería más fácil cuando perdiera peso, pero no había sido así. Así que decidimos rendirnos y asumir que nuestro destino sería el de ser tíos de nuestros sobrinos y padrinos de nuestros ahijados".

De padres de acogida a padres adoptivos en un abrir y cerrar de ojos

Tras el jarro de agua fría que supuso la noticia, la pareja comenzó a asumir el hecho de que tampoco podrían convertirse en padres mediante un tratamiento de fertilidad o adopción, pues los costes del proceso superaban su economía. Por eso, cuando un amigo les compartió la historia de una mujer que buscaba casa de acogida para su bebé, se abrió ante ellos un rayo de esperanza.

Jarvis y Sadie se pusieron rápidamente en contacto con el asistente social que llevaba el caso, quien les explicó que se trataba de un recién nacido prematuro ingresado en UCIN, que buscaba casa de acogida durante un periodo de seis a 12 meses, mientras su madre biológica recibía tratamiento.

El matrimonio no lo dudó ni un segundo, y a pesar de ser conscientes de lo duro que sería ocuparse temporalmente de un bebé al que luego debían devolver a su familia biológica, sentían la necesidad de ayudar a aquella madre y a su bebé, y poder dar salida a tanto amor guardado en lo más profundo de sus corazones.

Pero cuando la pareja aún no había digerido la maravillosa noticia, el asistente social se volvió a poner en contacto con ellos para decirles que finalmente, la madre biológica había decidido renunciar a su bebé y entregarlo en adopción.

Los Sampson no cabían en sí de gozo, pues en los últimos días los acontecimientos se habían agolpado sin darles apenas tregua. Habían pasado de la tristeza infinita de no poder tener hijos sin un tratamiento de fertilidad, a la alegría de poder acoger temporalmente a un bebé, para acabar dando paso a la incredulidad ante una llamada de teléfono que les ofrecía la posibilidad de convertirse en padres adoptivos.

Un fin de semana de preparativos para recibir a su bebé

Los recientes papás pasaron el fin de semana preparando su casa para la llegada del bebé, y leyendo a marchas forzadas todo lo que caía en sus manos sobre cuidados y seguridad del recién nacido. Estaban emocionados, nerviosos y felices, pero al mismo tiempo temían que todo pudiera desmoronarse como un castillo de naipes. Sin embargo, en tan solo unos días los trámites de adopción se llevaron a cabo de manera legal, y la pareja pudo por fin, conocer a su hijo.

El bebé había nacido hacía poco más de un mes, con 33 semanas de gestación y dos kilos de peso. En todo ese tiempo había permanecido ingresado en la UCI de neonatos al cuidado de médicos y enfermeras, pero por primera vez iba a recibir el cálido abrazo de unos padres.

El día en que su bebé recibió el alta, Sadie compartió con su marido una emotiva reflexión:

"He pensado en todas las cosas por las que hemos pasado en nuestra batalla contra la infertilidad. Pero ahora sé la razón por la que nada nos había funcionado. Dios tenía esto preparado para nosotros como parte de su plan, aunque nosotros no lo sabíamos".

Algunos lo llamarán Dios, otros destino y para otros será suerte, pero lo cierto es que quiero creer que siempre acaba saliendo el sol después de la tormenta, y muchas veces resulta ser más resplandeciente y luminoso de lo que jamás habíamos imaginado.

Podéis ver las fotos de esta pareja y su bebé en su cuenta de Instagram. ¡Seguro que os emocionan tanto como a nosotros!

Foto de portada / Pixabay

Vía / Parents

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