El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, pero no todos los dispositivos necesarios para paliar los efectos del asma, son tan eficaces como debieran, según un estudio publicado en la revista “Respiratory Care”.
Israel Amirav, del departamento de Pediatría del Hospital Safed (Israel), afirma que “El interés por estos aparatos ha ido en aumento y su perfeccionamiento ha supuesto que su eficacia sea un 30% superior a la de los aerosoles”.
En el estudio compararon la eficacia de siete cámaras de uso frecuente, y afirman que hay demasiado espacio muerto, es decir, la máscara es demasiado voluminosa y al llenarse de aire se pierde parte de la medicación, además, su rigidez y la falta de ajuste a la cara del niño, provoca que no se reciba la dosis necesaria de medicamento. El jefe del Servicio de Neurofisiología del Hospital Niño Jesús de Madrid, José Ramón Villa, asegura que, “No es lo mismo una cámara que otra. Al igual que con los aerosoles se pierde hasta el 50% del producto, con los inhaladores sucede lo mismo, aunque en menor cantidad, en función de las variables que se han medido en este trabajo”.
También influye el material de los dispositivos, la calidad de las válvulas y la forma con la que se presiona contra el rostro del niño, así como la limpieza de los aparatos. Las cámaras de plástico producen carga electroestática, con lo que algunas partículas del medicamento se quedan adheridas a las paredes del aparato, y en la higiene, hay que tener en cuenta no secarlos, pues se eleva esta carga electroestática.
Para este neumólogo, las mejores cámaras de nuestro mercado son Aerochamber, Neurochamber y Babychamber, pero sólo en el País Vasco y Navarra los financia la seguridad social, algo incomprensible siendo conscientes de la necesidad de estos dispositivos y el aumento considerable que está sufriendo España el asma infantil.
Vía | El mundo En Bebés y más | Sobre el asma infantil