El carrito de la compra, reducto de gérmenes

El carrito de la compra, reducto de gérmenes
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Un carrito de la compra puede llegar a ser usado por cientos de personas cada día. Manos sucias, estornudos, niños que se suben con los zapatos sucios, restos de comida… en fin, que la cosa muy higiénica no es. Los carritos acumulan gérmenes de todo tipo, como cualquier objeto utilizado por muchas personas como pueden ser los billetes. Tampoco podemos obsesionarnos ni crear una paranoia, pero sí tomar ciertas pautas de prevención.

Algunos supermercados en Estados Unidos han implementado el uso de paños protectores para cubrirlo y de toallitas germicidas para limpiar el carro antes de usarlo. También existen purificadores de carritos, un sistema como el túnel de lavado de coches pero de carritos que se instala en el supermercado y al pasarlo, lo desinfecta.

Hace un tiempo comentábamos la existencia de protectores para sentar al bebé en el asiento del carrito de la compra que cubre tanto el frente como los lados y la espalda y evita el contacto directo con gérmenes peligrosos para los niños peuqeños.

A lo mejor algunos de estos sistemas sean exagerados, pero mientras los supermercados se decidan a invertir en un esterilizador de carritos, hay simples medida de higiene que nos ayuda a evitar contagios.

Por ejemplo, no sentar a los niños dentro del carro de la compra, evitar que lo toquen o lo chupen, colocar algún paño protector antes de sentar al bebé (algunos supermercados lo ofrecen) y por supuesto, la más simple y efectiva de todas: lavarnos y lavarles a los niños muy bien las manos cuando volvemos de la compra.

En Bebés y más | Protector para el carrito de la compra

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