Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEICAP), alrededor de dos millones de niños en España padece algún tipo de alergia, lo que supone un 25% de la población infantil. Las alergias alimentarias son las más frecuentes en niños y las que antes debutan, pero existe otro tipo de alergia cuyo diagnóstico crece año tras año: la alergia al polen.
La primavera es la estación del año más problemática para los alérgicos a pólenes, aunque debido a la falta de lluvias del pasado otoño e invierno, los expertos estiman que este año los síntomas alérgicos podrían ser más suaves.
Si tu hijo acaba de ser diagnosticado de alergia al polen seguro que tienes decenas de dudas al respecto. Esperamos aclarártelas en esta práctica guía informativa.
¿Qué es la alergia?
Puede que en tu familia ya estéis familiarizados con las alergias, pero también podría ocurrir que el diagnóstico de alergia de tu hijo os coja por sorpresa. En este caso es probable que estés bastante perdido y no sepas cómo y por qué ha desarrollado esta patología.
La alergia es una reacción de defensa del organismo ante sustancias externas que penetran en el cuerpo, ya sea a través del aparato digestivo, el respiratorio o a través de la piel. El sistema inmunológico del niño alérgico reconoce a esas sustancias ajenas como extrañas, por lo que intenta defenderse de ellas y neutralizarlas provocando los síntomas de alergia.
¿Por qué algunas personas tienen alergia y otras no?
Alergias alimentarias, estacionales, a los ácaros del polvo, al pelo de los animales... Son muchos los factores que pueden provocar la aparición de una alergia, aunque no todas las personas son alérgicas, ni tampoco dos personas alérgicas a la misma sustancia tienen por qué compartir los mismos síntomas o intensidad de los mismos.
Esto nos lleva a preguntarnos por qué algunas personas desarrollan alergia y otras no. Aunque no hay una respuesta definitiva, parece que es resultado de la interacción de varios factores, entre los que se encuentra la exposición a los alérgenos que desencadenan la reacción.
También existe una predisposición genética que hace mucho más probable que una persona tenga alergia. De este modo, si ambos padres son alérgicos, un niño podría tener hasta cinco veces más posibilidades de desarrollar una alergia a lo largo de su vida que otro niño con padres no alérgicos.
¿La alergia al polen solo aparece en primavera?
Cuando hablamos de alergia al polen, casi automáticamente pensamos en la primavera. Sin embargo, este tipo de alergia respiratoria puede aparecer en otras épocas del año.
También depende del área geográfica en la que resida el niño alérgico. En este sentido, en las zonas de costa los niveles de pólenes son más bajos, mientras que en el interior son más altos, aunque durante un tiempo más corto.
Igualmente, influyen factores climatológicos como el viento, la lluvia, la humedad o el sol. Así, en los días secos, soleados y con viento los niveles de pólenes se disparan, mientras que en los días húmedos y lluviosos las concentraciones bajan.
¿Cuáles son los pólenes que más alergia provocan?
En España hay más de diez tipos de pólenes que pueden provocar alergia. Según la SEAIC, el polen de gramíneas es el que más reacciones alérgicas provoca, seguido del polen de olivo, las arizónicas, el plátano de sombra, la salsola y la parietaria.
Los niveles de pólenes en las diferentes partes de España se pueden consultar en la web del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
¿Cómo será la primavera en España para los niños alérgicos a pólenes?
De acuerdo a las previsiones realizadas por la SEAIC, debido a la falta de lluvias del pasado otoño e invierno se han reducido los niveles de pólenes de gramíneas. Esto contribuirá a disminuir los síntomas alérgicos en los pacientes en casi toda la geografía española, a excepción del sur peninsular donde se espera una intensidad variable.
Por el contrario, la falta de lluvias y las suaves temperaturas del invierno han favorecido la presencia de forma mantenida en la atmósfera de los pólenes de cupresáceas, como cipreses y arizónicas, con niveles muy elevados en muchas zonas del centro y sur de España.
¿Por qué está aumentando la prevalencia de las alergias?
Existen varias teorías que explicaría el creciente aumento de esta patología, siendo la más conocida la "hipótesis de la higiene". Esta teoría sugiere que debido a que la higiene personal es mucho más cuidadosa ahora que hace décadas, el sistema inmune estaría debilitado, por lo que acaba reaccionando de forma anormal frente a sustancias que considera "extrañas", pero que realmente son inofensivas.
Los expertos también relacionan el cambio climático y la contaminación con el aumento de las enfermedades alérgicas por pólenes. Así lo explica el el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC:
"La subida de las temperaturas está adelantando el periodo de polinización y retrasando su finalización, incrementando así el ciclo de exposición a los pólenes"
Además, los contaminantes químicos alteran la estructura del polen haciendo que este genere proteínas denominadas de stress como mecanismo de defensa, y como consecuencia, aumenta la agresividad de los pólenes.
"Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades y en poblaciones que viven cerca de autopistas en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo"
¿Qué síntomas presenta la alergia al polen?
Los síntomas de alergia al polen son muy variados y de diferente intensidad según cada paciente, siendo los más frecuentes en niños los siguientes:
- Síntomas de rinitis y conjuntivitis (45,4%): congestión nasal, rinorrea, estornudos, picor de nariz, picor de ojos, enrojecimiento y lagrimeo, picor de garganta...
- Asma y broncoespasmos (24,9%)
- Urticaria (24,6%): habones en la piel, dermatitis atópica, picor, irritación...
¿Cómo se trata la alergia al polen?
Ante la sospecha de alergia a pólenes en niños es importante acudir a un alergólogo, quien valorará la historia clínica del paciente y confirmará el diagnóstico mediante pruebas específicas.
Una vez diagnosticada la alergia, existen dos tipos de tratamiento:
- Tratamiento para controlar los síntomas, como antihistamínicos, corticoides nasales para la rinitis, gotas oculares para la conjuntivitis o inhaladores para el asma bronquial, entre otros.
Este tipo de medicación, junto con la aplicación de otras medidas y el uso de mascarillas FFP2, ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes alérgicos al controlar la intensidad de sus síntomas.
- Inmunoterapia o vacunación antialérgica: se trata del único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología alérgica.
¿En qué consiste la vacuna contra el polen y cuándo puedo vacunar a mi hijo?
La inmunoterapia alergénica consiste en utilizar vacunas para desensibilizar al paciente frente a un alérgeno. Esto es especialmente útil cuando es imposible evitar el contacto con el alérgeno (por ejemplo, en el caso de alergias ambientales o a alergia a picaduras de insectos), cuando los síntomas son graves o si los medicamentos que se usan de forma habitual para evitar los síntomas resultan ineficaces.
La vacuna puede administrarse a cualquier edad, aunque en el caso de alergias a pólenes suele indicarse a partir de los cinco o seis años, que es cuando el diagnósticos de alergia es más preciso.
No todos los niños son candidatos a recibir este tipo de tratamiento, y cada caso debe ser evaluado por el especialista, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada paciente.
Fotos | Portada, 1, 3, 5, 6 (iStock); Foto 2 (Pixabay); Foto 4 (Foto de Juan Pablo Serrano Arenas en Pexels)
Vía | Melios, En Familia - AEP, SEICAP, SEAIC
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