Hoax sobre niños perdidos o enfermos

Hoax sobre niños perdidos o enfermos
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Odio los hoax. Los que alertan sobre enfermedades, peligros, pseudociencia, efectos mortales de objetos cotidianos, misterios y delincuentes me enervan. Los de mensajitos amistosos mágicos que cumplen tus deseos si los mandas a unos cuantos amigos, me parecen infantiles. Me cargan los que te dicen que se va a cerrar el hotmail o que circula un virus informático malísimo. Pero los que odio profundamente son los hoax que hablan de niños perdidos o enfermos y es a estos a los que me voy a referir en Bebés y más.

Hoax sobre niños perdidos o enfermos

A todos los padres nos conmueve la historia de un pequeño en grave peligro y podemos vernos tentados a pasar la cadena, por si acaso es cierto lo que cuentan. No podemos evitar, ingenuos, pensar en lo horrible que sería que esto nos pasara a nosotros y eso puede hacer que no nos paremos a pensar lo que hacemos.

Pero suponen una molestia, un atentado contra la dignidad de esos niños desconocidos a los que se les ha robado la imagen y una burla monstruosa contra quienes, de verdad, se enfrentan al drama de la desaparición o la dolencia incurable de un hijo. Odio los hoax sobre niños perdidos y enfermos.

No a quienes lo transmiten, pero si creo que es necesario explicar que no debemos hacernos cómplices reenviando estas cadenas y ayudar a descubrirlas.

Reconocer los hoax sobre niños en peligro

Ya se que no siempre tenemos la cautela de verificarlos, pero es, en buena medida, nuestra obligación como usuarios de internet hacerlo. Es bastante sencillo. Normalmente, cuando nos llegan, si tecleamos el nombre del niño y la palabra hoax, vamos a encontrar muchos enlaces donde otros internautas nos avisan de sus pesquisas, que siempre revelan la cadena como un fraude.

Apelan a nuestra sensibilidad, nuestra solidaridad. Pero podemos reconocer los hoax. Las consecuencias de reenviarlos no son inexistentes. Primero, agotan la paciencia de los receptores. Hacen perder valor a los posibles mensajes reales, si es que existen. Congestionan los servidores, nos llenan de publicidad no deseada y demás basura. Hacen perder tiempo a quien lo manda y quien lo lee. Y le dan gusto al creador, que no se lo merece, sobre todo si es tan insensible de haber usado la historia de dolor de un niño, aunque ese niño nunca existiese.

Además, hay formas de adivinar que son un bulo. Normalmente no llevan datos verificables para confirmar la noticia, como un enlace a un medio de comunicación serio. Tampoco dan datos concretos sobre donde localizar a las autoridades encargadas de la búsqueda o la asistencia médica. Y sobre todo, vienen cargaditos de listas de direcciones de otras personas y la petición, en letras bien grandotas, de que se lo mandemos a todos nuestros contactos. Todos los signos del hoax.

Desapariciones y enfermedades graves

Hablan de raptos que acaban de suceder y llevan el mensaje desesperado de los padres, pero normalmente no habremos visto nada al respecto en las noticias.

Otros, horribles, se “adornan” con niños con enfermedades que han deformado su cuerpo o piden ayuda a donantes de sangre o a otras familias con esa rara enfermedad. A veces prometen que se donará dinero a los afectados cada vez que lo reenviemos.

Lo de las donaciones de sangre es especialmente sangrante, si me permitís el juego de palabras. Los hospitales tienen sus recursos para hacer llegar a la ciudadanía una posible necesidad de cierto grupo. Hay un niño en un hospital de Valencia, por ejemplo, que lleva años y años esperando sangre del grupo AB, aunque claro, a veces los datos van cambiando y sobre la misma foto se usan nombres y problemas diferentes.

Me da mucha rabia que se juegue así con la buena voluntad de los internautas y creo que es necesario dejar de hacernos cómplices de los que se burlan de la desgracia de los niños.

Romper las cadenas por respeto a los que sufren de verdad

Todo suele ser una gran mentira. Antes de reenviar ninguno de estos mensajes hay que verificar que son ciertos, si es que lo que he explicado deja alguna duda, con una búsqueda en internet. Se trata de una cuestión de seguridad de la red, pero también de respeto hacia los niños realmente en peligro y sus familiares. Lo solidario no es reenviar, sino verificar y romper la cadena.

Estos mensajes son, a veces, una burla cruel. Otras, una manera de conseguir direcciones a las que luego bombardear con spam. Y pueden, además, venir con el regalito oculto de un virus informático si te piden pinchar algún enlace sospechoso.

Pero sobre todo, los hoax sobre niños perdidos o enfermos me parecen un atentado contra los afectados realmente por algo tan terrible como un rapto o un diagnóstico mortal y contra el dolor de sus familias.

Sed solidarios con los que sufren, romped las cadenas de los hoax sobre niños perdidos y enfermos.

Más información | Rompecadenas

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