¿Y si tras la cesárea tu suegra coge a tu bebé antes que tú?
Recién nacido

¿Y si tras la cesárea tu suegra coge a tu bebé antes que tú?

Hace más de un año escribí un post en el que hablaba de lo poco apropiado o molesto que puede llegar a ser para algunas madres dar a luz a su bebé, que haya una separación entre ambos, y que sea otra persona, quizás una abuela, quien lo coja en brazos por primera vez.

Aunque muchas mujeres afirmaron que les había pasado y les había dolido, y otras estuvieron de acuerdo en que en caso de sucederles también les molestaría, hubo algunas que no lo vieron relevante ni importante y no veían el problema.

En esto de la maternidad y la paternidad, como en tantas cosas de esta vida, hay tantas maneras de actuar como personas, así que no puede considerarse que unas tengan más razón que otras. Pero quiero explicaros un caso reciente, publicado en el diario Mirror, que cuenta lo que le pasó a una madre reciente hace más de un mes, y que aún no olvida: tras la cesárea, su suegra cogió al bebé antes que ella.

Su suegra es médico

Quizás el primer error fue ir a dar a luz al mismo hospital en el que trabaja su suegra. Pero tampoco se planteó nunca que todo acabara de ese modo, porque ya había hablado con su pareja sobre el tema y habían acordado que durante el primer día no recibirían ninguna visita. Así podrían tener todas esas horas para dar la bienvenida al bebé, conocerse poco a poco, y desde la tranquilidad empezar a proporcionarle los lógicos cuidados y su alimentación.

Sin embargo, el parto se complicó y acabó en cesárea. Se la llevaron al quirófano y su marido, conmocionado, decidió avisar a su madre para tener un poco de apoyo.

Una vez allí, en vez de comportarse como madre y suegra, hizo uso de su tarjeta de trabajadora para entrar "hasta la cocina". Allí dentro, pudo ver cómo los profesionales que la atendían le contaban, a su suegra, lo que había pasado y cómo habían actuado; como si se tratara de una relación entre médicos, ofreciéndole información privada.

Según explica, nadie le preguntó si podía pasar, ni si podían explicarle esos datos médicos personales. Y obviamente, nadie le preguntó si le parecía bien que pudiera coger a su bebé.

Al salir, el bebé estaba con ella

Bebé en brazos

Nueve meses de espera, de ilusiones, de esperanza, de cómo será, de cuándo será, de qué se sentirá en ese primer abrazo, de qué pasará cuando después de nacer por fin se conozcan mutuamente, madre y bebé, y se miren a los ojos, y cuando por fin vas a cogerlo te encuentras que ese primer abrazo ya se lo ha dado otra persona, y que ni siquiera ha sido tu marido, que aún tendría perdón.

Ese primer abrazo se lo dio su suegra, y por cómo se explica en la noticia, parece que no tenían muy buena relación. Aunque ojo, solo es mi percepción. Quizás sí la tienen y simplemente sintió que ese momento debía ser suyo, que lo merecía después de tantos meses y de un parto muy duro; y ella se lo robó para siempre, porque el primer abrazo no se puede recuperar.

Ahora tendrá que aprender a vivir con ello, y aunque aún le duele, aprender a superarlo. Hacer eso que hacemos todas las personas de este mundo, que es relativizar. Pensar que podría haber ido todo peor, que no hay motivos para quejarse cuando hay mujeres sufriendo mucho más en sus partos, aunque teniendo claro que por poco que fuera, a ella le pareció mucho, y más cuando su confianza fue traicionada.

Así, se queja de su marido, se queja de su suegra y se queja de los profesionales que permitieron que ella, sin ser profesional de maternidad, pudiera entrar, recibiera información confidencial y cogiera al bebé antes que su madre.

¿Es para tanto?

Pues no lo sé. Como digo al principio, es probable que en los comentarios nos contéis que sí, que su suegra no debería haber hecho eso, o que no, que no es motivo para ponerse de esa manera. Yo soy de los que piensan que el respeto en ese momento es fundamental en todos los sentidos.

Estamos hablando de una mujer que está siendo madre y un bebé que está llegando al mundo. Es un momento muy importante en la vida de los dos, tanto a nivel físico como psicológico, y los primeros momentos pueden marcar de algún modo la vida de las personas.

Qué menos que promover que sea la madre la persona que atienda, antes que nadie, a su bebé. Qué menos que ponérselo en su pecho, piel con piel, para que por fin lo pueda oler, besar y abrazar. Qué menos que hacerle sentir que, aunque el cordón umbilical ya se ha cortado, les sigue uniendo un cordón invisible que se llama amor y responsabilidad.

Ese "Hola pequeño, bienvenido al mundo, soy tu madre y te cuidaré por siempre, porque acabo de descubrir el amor más grande que se puede sentir por alguien... ese que ya sentía antes de conocerte y que ahora acaba de multiplicarse por mil". Ese cordón se llama vínculo afectivo y lo ideal es promoverlo desde el primer segundo de madre y el primer segundo de hijo.

Llegar y encontrarse a tu bebé en brazos de tu suegra puede ser todo lo contrario a lo que acabamos de explicar. Claro que el amor está ahí y el vínculo se creará; pero el dolor, la herida emocional, puede ser más importante de lo que parece porque es difícil explicarse que una mujer que ha sido madre no sea capaz de entender que era su nuera quien merecía ese primer contacto con su bebé.

Fotos | iStock
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