El olor de los bebés es adictivo, y la ciencia explica por qué

El olor de los bebés es adictivo, y la ciencia explica por qué
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Para la mayoría de las personas, especialmente para los que son padres, el olor a bebé es uno de los más agradables que jamás hayan olido. Adoramos tenerles en brazos, mirarlos, mimarlos y darle besos, pero si hay algo que nos vuelve realmente locos de los bebés, y a lo que nos volveríamos adictos es su olor. ¿Por qué huelen tan bien los bebés? ¿Por qué nos atrae tanto su olor?

Diversos estudios han ahondado en los motivos detrás de este embriagante olor, a qué se debe y los efectos que tiene sobre la madre con conclusiones súper interesantes.

Cómo es el olor a bebé

¿Recuerdas el olor de tu bebé, así tal cual, sin polvos, ni colonias, ni lociones? No hay nada como el olor natural de la piel del bebé, una sensación imposible de describir.

Hay madres que lo comparan con el aroma a vainilla, a galleta, a pan recién hecho... e incluso con el de la leche materna... ¡qué pena que no pueda guardarse en un frasco!

Pero detrás de ese olor que nos provoca una sensación de embriaguez hay diversas teorías científicas que intentan explicar su origen y función. El olor de los bebés, en realidad, podría haber ayudado a dar forma a nuestra historia evolutiva.

¿Por qué huelen tan bien?

Es un aroma inconfundible, una impronta que queda químicamente grabada en el cerebro. De hecho, un estudio publicado hace décadas demostró que el 90 por ciento de las madres son capaces de identificar a su propio bebé por su olor entre un grupo de bebés.

De acuerdo con SciShow, hay una razón natural por la que los bebés huelen tan bien. Ese olor tan particular que persiste durante unas seis semanas después del nacimiento del bebé puede ser debido a sobrantes de líquido amniótico, así como vérnix caseosa, que es la sustancia blanca que recubre la piel del bebé al nacer.

El olor de nuestro bebé siempre es agradable y existe una respuesta fisiológica a por qué los bebés huelen tan bien. No poseen glándulas sudoríparas activas pues su mecanismo de transpiración aún no está regulado, así que no presentan mal olor.

El olor a bebé, una droga natural

También hay una explicación a por qué nos sentimos tan embelesados por el olor de nuestro bebé. Porque activa las endorfinas en el cerebro de la madre. Las endorfinas son opiáceos naturales segregados por el cerebro a nivel de la hipófisis. Ante experiencias placenteras, esta pequeña glándula es estimulada produciendo endorfinas, también conocida como la hormona de la felicidad.

No es de extrañar que nos hagamos adictos a ese olor tan particular del bebé pues las endorfinas actúan en el organismo como una droga natural.

Un estudio del año 2013 publicado en la revista médica Frontiers señala que este olor afecta a ciertas regiones del cerebro de todas las mujeres, especialmente de las que han sido madre recientemente. Para ello se midieron las reacciones que sufrían sus cerebros al estar en contacto con pijamas de recién nacidos.

Observaron que al sentir el olor de un bebé se ponen en marcha en la madre los mismos mecanismos que se activan cuando un adicto consume droga o cuando una persona muy hambrienta come.

Cumple la función de establecer una relación química con su madre, como una especie de llamador que genera en el cerebro de la madre una necesidad biológica de brindar protección y alimento a su cría. Hasta ahora, las investigaciones se centraron en las madres, por lo que no está claro si los papás reaccionan de la misma manera, pero suponen que daría resultados similares.

Johannes Frasnelli, investigador postdoctoral en el Departamento de Investigación de la Universidad de Montreal, y director del estudio, sostiene que el olor de los recién nacidos, sin duda, juega un papel en el desarrollo de respuestas motivacionales y emocionales entre la madre y el niño, y actúa como un mecanismo de supervivencia.

"Los bebés atraen a los padres con su aroma para asegurarse de que se mantengan alimentados, calientes y seguros."

Podría ayudar a tratar la depresión

Según la revista de investigación sueca forskning.se, los investigadores del Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska de Estocolmo están investigando si ese olor podría usarse algún día para tratar la depresión.

El equipo hizo que 30 mujeres olieran sombreros usados ​​previamente por bebés recién nacidos. Mientras las mujeres inhalaban el aroma, los investigadores estudian sus cerebros con una cámara magnética, informa Sciencenordic. También se recopilaron imágenes cuando las mujeres experimentaron otros olores.

Los resultados fueron convincentes: el olor de los sombreros de bebé parecía afectar el cerebro de las mujeres de manera similar a los medicamentos utilizados para tratar enfermedades mentales.

Los resultados fueron convincentes: el olor de los sombreros de bebé parecía afectar el cerebro de las mujeres de manera similar a los medicamentos utilizados para tratar enfermedades mentales.

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