¿Y si no quieren comer pescado?

¿Y si no quieren comer pescado?
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El pescado es un alimento sano, que aporta nutrientes necesarios como minerales y ácidos grasos de la serie Omega 3. Es también rico en proteínas y vitaminas, pero… para muchos niños estos argumentos no tienen suficiente peso.

¿Qué podemos hacer los padres para conseguir que nuestros hijos acepten tan valioso alimento? Las espinas, un sabor poco atractivo, y formas de cocción y presentación rutinarias, son las ‘armas’ que los peques esgrimen a fin de justificar su rechazo.

¿Quién tiene la razón?

La infancia es una etapa de la vida en la que establecer una alimentación equilibrada y salud se torna muy importante, los malos hábitos pueden tener repercusiones en la salud futura. Es un tema del que ya hemos hablado antes en Peques y Más.

Conforme vamos creciendo somos capaces de superar prejuicios alimenticios, y puede que nuestro interés por alimentos (casi) desconocidos aumente. Pero ahora que somos padres nos importa que nuestros hijos reciban los aportes necesarios.

Sin embargo obligando a los niños a comer un determinado alimento, lo único que conseguiremos es aumentar el rechazo, además ¡imaginad que alguien os forzara a comer algo que no os gusta!

Si podemos entender por qué motivos a los niños no les gusta el pescado, por una parte podremos ser más comprensivos, y por otra parte encontrar la motivación para variar la forma en que lo preparamos.

El pescado tiene espinas y si no las retiramos completamente nos estamos asegurando el fracaso, pero además tiene escamas que no siempre se lavan, tampoco resultan agradables al paladar.

¡Cambia tu forma de preparar el pescado!

No soy partidaria de ‘esconder’ alimentos para disimular el sabor y que ‘coman’ sin saber ‘qué están comiendo’. Si mezclamos abundantemente salsas con miga de pescado, en un intento de que el niño por fin se acabe el plato, además de estar engañándolo, también evitamos que aprendan (aunque sea poco a poco) a apreciar el sabor auténtico de los alimentos.

Y sin embargo, sí que podemos esforzarnos por aprender e innovar en nuestra cocina a fin de que toda la familia acabe descubriendo las virtudes del pescado, y más aún… porque seguro que vamos mejorando el sabor y todos salimos ganando.

¿Sabéis? podemos preparar el pescado asado, estofado, frito, salteado, hervido. Y podemos condimentar con especies, limón , laurel o hierbas aromáticas, qué rico ¿verdad?

No es necesario que los niños vean platos divertidos, pero si variados y con elementos que les den otro color: verduras, legumbres, huevo duro.

Otro consejo útil: siempre que sea posible dejad que permanezcan con vosotros en la cocina: mientras ellos trocean la zanahoria o ponen la mesa, nosotros podemos explicarles los beneficios del pescado en nuestra salud.

No es lo mismo ‘esconder’ que aprovechar el pescado para otros platos más conocidos: pizza con caballa, ensalada con pescadilla, croquetas de bacalao. ¿Qué hay para comer?, sopa con salteado de judías y merluza, no queda tan mal ¿verdad?

Cuidado con las intolerancias

En ocasiones el cuerpo nos avisa de que algo no le está sentando bien, como padres sabremos si un niño no come pescado porque no le gusta o porque lo rechaza en base a alguna experiencia previa o malestar que le produce. Las intolerancias y alergias son algo muy serio, queremos que los niños consuman pescado, pero no a costa de la salud, y no a costa de cumplir el objetivo en poco tiempo.

El consumo de pescado es necesario para la dieta, se trata de un alimento proteínico, que suele tener menor cantidad de grasas que las carnes. Además el pescado azul contiene ácidos esenciales que no están presentes en ningún otro tipo de alimento. Ya sé que existe cierta controversia por la presencia de mercurio en los organismos marinos, por eso es necesario encontrar un equilibrio e informarnos (cuanto más grande y graso el animal más cantidad de metal acumulado).

Dicen los nutricionistas que los niños deben comer tres o cuatro veces a la semana pescado, ¿lo tenemos en cuenta en nuestras casas?. Puede que además de conocimientos nos haga falta mucha paciencia, aunque seguro que la tenemos, sobre todo si nos marcamos objetivos concretos y no imposibles de cumplir (ejemplo 'tenemos un niño que rechaza al 100% el pescado y queremos que en dos meses se coma su plato los lunes, miércoles y viernes', no funcionará, seguro).

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