¿Los conoces?, son la familia que vive como si estuvieran en los años 80

¿Los conoces?, son la familia que vive como si estuvieran en los años 80
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Blair y Morgan McMillan son los jóvenes padres de dos niños que tienen cinco y dos años de edad. Ambos han diseñado un plan para 'trasladar' a la familia al año 1986 (año en que nacieron ambos), con la intención de alejar temporalmente a sus hijos de la tecnología actual. El experimento durará sólo hasta abril de 2014, y ha estado motivado por las reticencias que mostraba el niño grande a jugar en el exterior con su padre, mientras estaba utilizando el smartphone.

Esta pareja canadiense no ha querido posponer la experiencia, porque muchos de los aparatos que estarán utilizando hasta el final del periodo escogido, pueden haber desaparecido completamente en pocos años (ahora están obsoletos pero aún se pueden conseguir). Entre ellos el radiocasete o el teléfono de disco.

Blair percibe que hoy en día los niños se desarrollan 'atados' a la tecnología, y este es un pensamiento que muchos otros padres de todo el mundo tiene. Porque una cosa es aprovechar los avances para aprender, desarrollar habilidades y llenar pequeños huecos de ocio, y otro es que las horas de los niños giren entorno a la aplicación del móvil de papá, los combates en la Nintendo portátil, y las partidas en casa del vecino jugando a la Play.

Sin contar con los vídeos a los que acceden desde el ordenador, y la cantidad de tiempo que están sentados frente al televisor.

Cualquiera puede poner límites en su familia, y en este punto creo que muchos hemos sido demasiado laxos en alguna ocasión, creo que la clave está en tener claros nuestros objetivos para actuar conforme a ellos. A mí por ejemplo, me interesa que mis hijos conozcan la tecnología, y entiendo que el futuro sin ella es difícil de imaginar, pero la tecnología no son solo juegos o aplicaciones para interactuar online, porque para ellos son tremendamente adictivos (y sé de que hablo). Por eso también busco que aprendan a relacionarse en distintos ambientes reales, y a conocer personalmente el medio en el que se desarrollan.

Para muchos niños la relación con los dispositivos no va más allá, y llegan a perder muchísimo tiempo

Por eso ejerzo mi capacidad como madre, para que mantengan un buen nivel de juego y relaciones sociales en la calle, o (por ejemplo) para que sigan apreciando el valor de la lectura y los juegos de mesa como fuentes de diversión.

Mi experiencia me dice que cuando se traspasan los límites de la utilización saludable de la tecnología, los niños pierden la capacidad de apreciar otras posibilidades, es algo que observo con frecuencia.

Cuesta mucho re dirigir los intereses, pero creo que es un ejercicio muy saludable, en el que debemos implicar a otros padres de nuestro entorno más cercano

Durante unos meses, esta familia viste y se peina como en los años 80, pasan buena parte del día en el jardín jugando, escuchan música en el reproductor de cintas de casete, llaman con frecuencia por teléfono fijo para interesarse por sus seres queridos, y ven una televisión antigua que habitualmente se encuentra encerrada en un armario.

También leen mucho, consultan la enciclopedia y utilizan mapas de papel en lugar de GPS. Pero en lo básico siguen siendo una familia con niños muy pequeños muy normal: se preocupan por ellos, les cuidan, les llevan de viaje, les ayudan a entender el mundo,...

He querido compartir la iniciativa de los McMillan, que como mínimo es curiosa, y dado que el experimento durará un año, apenas encuentro los aspectos negativos. Al parecer han vuelto a utilizar las cartas para comunicarse con familiares y amigos lejanos, visitan más las casas de los conocidos, y han renunciado a tener perfiles en redes sociales, hecho (este último) que ha provocado algún enfado en personas de su entorno.

Supongo que muchos de nosotros también evitamos parcialmente a la tecnología en beneficio de la vida real (por ejemplo a mí me gusta muchísimo llenar la casa con amigos de los niños y conocidos nuestros, para reforzar las redes sociales, y me aburren también muchísimo - a pesar de que tengo varios perfiles creados - las redes sociales virtuales), y todos podemos reflexionar sobre cómo alcanzar el equilibrio.

Espero que cuando finalice el período que se han impuesto, nos cuenten a todos los resultados. Si se tratara de una situación permanente, sería duro para los niños cuando crecieran, sentirse tan diferentes de sus amigos, y probablemente intentaran transgredir las normas familiares al convertirse en adolescentes, pero sólo es temporal.

Y por cierto, yo también utilizo mapas de papel (excepto en momentos muy puntuales que encendemos el GPS): me resultan enormemente atractivos y llenos de posibilidades para niños y adultos

Vía | CBC Canadá En Peques y Más | 'Más tiempo en la calle con los amigos y menos frente al ordenador' para prevenir la adicción a Internet, ¿Qué estilos educativos adoptan los padres respecto a la utilización de tecnología en sus hijos?, Enseña a tus hijos la tecnología que tú utilizabas a su edad

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