Las habilidades de los padres para influir en el éxito escolar: interés por los estudios de los niños e implicación activa

Las habilidades de los padres para influir en el éxito escolar: interés por los estudios de los niños e implicación activa
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A todos los padres nos gustaría que nuestros hijos tuvieran éxito en los estudios, y en nuestro país este tema ocupa buena parte de nuestras preocupaciones, dadas las altas tasas de fracaso escolar.

Curiosamente para cada madre y padre el éxito escolar se traduce en actitudes y deseos diferentes: que los niños saquen de media un excelente, que aprendan a esforzarse y ser constantes, que sean felices en su etapa escolar, que disfruten de los aprendizajes, etc.

Todos nosotros nos preocupamos por nuestros hijos, los estudios no están fuera de nuestros pensamientos y hacemos lo que podemos por prestar nuestro apoyo. Según el boletín número 10 de PISA in Focus realizado por la OCDE ‘en su mayoría, los padres saben, instintivamente, que dedicar más tiempo sus hijos e implicarse de manera activa en su educación les proporcionará una gran ventaja en la vida’. Lo que ocurre es que la tan manida conciliación laboral y familiar no existe en la práctica (al menos en nuestro país), y por ello muchos progenitores no saben muy bien como ingeniárselas para compatibilizar su trabajo con la atención a los niños.

No sé si esto podría actuar como factor (de mayor o menor peso) en la mala posición que sigue ocupando España en las últimas pruebas PIRLS. Desde luego no tendrá la influencia que puede tener un sistema educativo anclado en el pasado, que – además – está siendo sometido a recortes más que evidentes.

Por otra parte con frecuencia los padres son reacios a ofrecer a sus hijos ayuda con las tareas escolares porque piensan que les faltan algunas de las habilidades que permitirían influir en el éxito de sus hijos en la escuela.

¿Cómo pueden influir los padres en los resultados?

Aunque la última evaluación PISA se realizó hace casi cuatro años, las respuestas a preguntas relacionadas con las actividades que hacen los padres con sus hijos, permitieron realizar un análisis que ofrecía datos interesantes.

No hace falta tener un doctorado ni dedicar una infinidad de horas para que los padres influyan en los resultados. De hecho, muchas actividades entre padres e hijos que están asociadas a un mayor rendimiento en la lectura suponen relativamente muy poco tiempo y ningún conocimiento especializado. Eso sí, lo que exigen estas actividades es un auténtico interés e implicarse activamente.

Como promedio, en los 14 países para los cuales hay datos disponibles, la diferencia es de 25 puntos, pero esta diferencia va desde 4 puntos en el país asociado Lituania hasta 63 puntos en Nueva Zelanda.

Padres y madres que marcan la diferencia: prestar apoyo a los niños al comienzo de la Educación Primaria

Como promedio, los estudiantes de familias aventajadas desde un punto de vista socioeconómico disfrutan de un ambiente más propicio para un aprendizaje diverso, incluyendo el tener padres más involucrados.

Sin embargo, incluso cuando se compara a estudiantes de antecedentes socioeconómicos similares, aquellos estudiantes cuyos padres les leían libros regularmente cuando estaban en el primer año de Educación Primaria tienen una puntuación 14 puntos más elevada, como promedio, que los estudiantes cuyos padres no lo hicieron.

Nos encontramos aquí con una desigualdad bastante evidente puesto que muchas mamás y muchos papás que querrían prestar más apoyo a los niños no podrán debido a sus obligaciones laborales. Y en muchas ocasiones con una doble desigualdad ‘tener un nivel socioeconómico medio y no disponer de tiempo para los niños'.

Los resultados de PISA muestran también una fuerte asociación entre algunas actividades entre padres e hijos, cuando los hijos tienen 15 años, y el rendimiento en lectura según PISA. Por ejemplo, los estudiantes cuyos padres hablan sobre temas políticos o sociales con ellos ya sea semanal o diariamente tienen 28 puntos de ventaja, como promedio, sobre aquellos cuyos padres hablan de estos temas con menos frecuencia o nunca.

Otras actividades entre padres e hijos, como “hablar de libros, películas o programas de televisión”, “hablar acerca de cómo les va a los hijos en la escuela”, “sentarse juntos a la mesa para comer” y “dedicar tiempo simplemente a hablar con los hijos”, están asociadas también con un mejor rendimiento del estudiante en lectura en la escuela.

Me quedo con la recomendación en el boletín PISA Focus que os he presentado: los sistemas educativos deben estudiar cómo pueden ayudar a los padres ocupados a tener más presencia en la educación de sus hijos.

Y aunque los expertos de la OCDE que elaboran estos documentos no lo dicen, lo hago yo: debería recomendarse a los Gobiernos que miren un poco más por las familias, y se procuren mecanismos para que los progenitores que así lo deseen puedan realmente conciliar y tener más ocasiones de estar con los niños.

Imagen | Hackley Public Library Vía | CEAPA Más información | PISA in Focus número 10 En Peques y Más | Los padres y madres no deben ayudar a hacer los deberes, pero sí ofrecerles una buena guía a los niños, Las tutorías con el profesor: vía de comunicación con el centro y factor decisivo en el éxito escolar

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