En Estados Unidos recomiendan a las familias con hijos pequeños, dejar de utilizar cápsulas de detergente líquido

En Estados Unidos recomiendan a las familias con hijos pequeños, dejar de utilizar cápsulas de detergente líquido
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En Estados Unidos han saltado algunas alarmas debido a que según un informe publicado en Pediatrics, cada hora resulta envenenado un niño debido a la ingestión de cápsulas de detergente líquido para la lavadora. Son atractivas por sus colores y su textura, pero como podéis imaginar, morder una de ellas implica un grave riesgo para la salud.

Desde el Nationwide Children’s (un gran centro de atención pediátrica e investigación) se comunica que entre 2012 y 2013, los centros toxicológicos del país recibieron comunicados de 17230 niños (menores de seis) que habían tragado o inhalado el contenido de una de esas cápsulas. Cabe resaltar que estos productos se utilizan por la comodidad en la administración, y la facilidad de almacenamiento, en contra tienen que está mucho más concentrado que (por ejemplo) el jabón de lavar en polvo.

Parece que hay fabricantes que ya han empezado a cambiar el diseño de los envases contenedores de cápsulas, para que no se vea el interior, y para que dificultad la apertura por parte de los niños

Son los propios profesionales de la pediatría, los que están instando a las familias a cambiar de formato de jabón de lavar; y como mínimo los padres deberían asegurarse de que no son accesibles a los pequeños. Creo que a veces no nos acabamos de creer que un niño pueda ingerir un producto tóxico, pero es que la curiosidad pesa mucho en el aprendizaje, y en estos casos juega malas pasadas.

La problemática de las cápsulas de detergente

En el estudio publicado por la prestigiosa revista de la Asociación Americana de Pediatría (Pediatrics), se observa que un 4,4 por ciento de los niños intoxicados por estos productos fueron hospitalizados, y en un 7,5 % el resultado fue moderado o grave.

El 73,5 por ciento de los casos fueron menores de tres años (¡ay esos bebés que corretean por la casa sin supervisión!). En total se confirmó una muerte por intoxicación.

En caso de ingestión, inhalación, o ambas, suele producirse algún episodio de vómitos. Otros síntomas evidentes son tos, sensación de ahogo, irritación ocular / conjuntivitis o letargo.

El riesgo de consecuencias adversas se reduce al recurrir a otros formatos de detergente, que no tienen esa apariencia tan llamativa; aunque - y a riesgo de ser pesada - también se reduce cuando el producto está guardado en un armario suficientemente alto (o en su defecto cerrado con llave) como para que no lleguen.

Las recomendaciones que ya los pediatras están elaborando incluyen propuestas de reformulación, y mejoras de aplicación general para el empaquetado y etiquetado de los productos. También se deberían redoblar los esfuerzos de divulgación de los riesgos para la salud inherentes a este tipo de detergente.

Etiquetado deficiente

Parece que las advertencias brillan por su ausencia, aunque de estar reflejadas habría quien no leyera. Pero imagina que en la etiqueta pone "contiene Butilfenil methylpropional - yo con ese nombre ya no compro nada -, que se considera seguro sólo dentro del uso recomendado; es irritante de la piel".

O "Alfa - isometil Inonona; prohibido por la Asociación Internacional de Fragancias (¡madre mía!). Puede desencadenarreacciones alérgicas e irrita la piel".

¿Y que tal los "linalol, hexil cinnamal, citronelol, que podrían desencadenar ataques de asma"? Pues aunque parezca exagerado, porque diréis "bien, pero es que no son para comer", resulta que hay niños que lo muerden y el líquido les va a la boca.

Hay casos documentados (uno por cada situación a continuación) en los que los niños han necesitado cirugía por las quemaduras, y respiración asistida durante dos semanas.

Hablamos de Estados Unidos, pero esas cápsulas se comercializan en otros países, de hecho en España un informe de la OCU de hace dos años, indicaba que resultaban incluso más caras que otros detergentes. Y además, el impacto ambiental es mayor, por lo que las supuestas ventajas (comodidad de almacenamiento y poco más) se difuminan bastante.

Por último, me gustaría enfatizar la idea de la prevención de accidentes domésticos con niños. En este caso el hecho de repetir los mensajes de prevención en casa puede hacer su efecto a partir de los siete años, y esas cápsulas les resultan demasiado tentadoras, porque pueden desear descubrir si dentro hay gelatina, zumo, y qué sabor tiene. Así que bueno, opino que el sentido común debe suplir cualquier tipo de recomendación y alerta (dejando claro que apuesto porque se realicen de ser necesarias).

Imagen | US CPSC
Vía | The Telegraph
Más información | Science Daily, Nation Wide Children's, Pediatrics
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