Si tuviera que viajar a Corea del Sur no perdería la ocasión de visitar uno de sus dos museos de ositos de peluches, uno en Seúl (la capital), y otro en la isla Jeju (un lugar al sur de la península) atractiva por su origen volcánico y por poseer una cultura y forma de vida diferente al resto del país.
El museo de Jeju contiene una abundante muestra (la mayor en todo el mundo) muy representativa de osos de peluche fabricados durante los últimos 100 años que pueden hacer las delicias de los niños (y de muchos mayores). Aunque mantener una colección de estos objetos podría parecer inapropiado, ya sabéis ¿os imagináis cuánto polvo y ácaros acumulados?, la realidad es que estos juguetes se encuentran protegidos por vitrinas, lo cual ayuda a su buena conservación. Los peluches no están (ni han estado) entre mis juguetes favoritos, pero me resulta tan curiosa la iniciativa, que vale la pena resaltarla.
En la Torre N de Seúl, el museo representa el pasado, presente y futuro de la ciudad, puesto que tanto en la ‘sala de Historia’ como en la ‘sala especial’, los peluches están vestidos de forma que observándolos podemos hacernos una idea de los acontecimientos históricos más importantes. Y, en cualquier caso, subir a la Torre es una experiencia inolvidable, puesto que se observa la ciudad en panorámica.
Y llegados a Jeju (para lo cual habremos tenido que viajar muchos kilómetros y cogido un vuelo), nos encontramos con un museo en el que están representados ‘teddy bears’ de varios países. En este lugar hay una ‘sala artística’ (además de la Histórica) que alberga curiosidades producidas por diseñadores famosos. Así entre la Mona Lisa como representación histórica, ositos modernos, y muestras de dibujos animados, se puede pasar una jornada familiar inolvidable. Por si fuera poco, este es el lugar dónde iremos si queremos admirar el oso de peluche más pequeño del mundo (4,5 milímetros).
Ya sabéis, en el oriente asiático hay un lugar para los amantes de los osos de peluche, y tampoco es que se deba viajar sólo por eso, porque Corea del Sur, tiene muchos más alicientes. Algunos de los visitantes llegados a esta atracción han comentado que los museos son bonitos aunque caros, claro que después de haber viajado tan lejos, supongo que aún quedará presupuesto para entrar, ¿verdad?
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