Cuando ayer me enseñó mi mujer el vídeo de un barrendero que al parecer cantaba a los niños en la puerta del colegio me puse a buscar información en Internet, ¿dónde si no? y la frustración fue total porque la información que encontré no encajaba. Unas fuentes decían que eran imágenes de Cádiz, otras que de Madrid y otras que no lo sabían. Sin embargo, hoy viernes, Emilio, que así es como se llama el barrendero, ya ha salido por todos lo medios de comunicación. Así que ahora es más fácil explicar un poco quién es y qué es lo que hace.
Esto es lo que se ha contado: se llama Emilio, es un barrendero madrileño, su vídeo ha causado furor en las redes sociales, le encanta cantar a los niños, ha estado de vacaciones y vuelve al trabajo el lunes y las canciones se las conoce bien, porque las ve en casa, aunque no las domina del todo. A mi me parece que la noticia en este caso es que una persona que de forma inocente cantaba a la puerta del colegio se ha visto superada por el efecto de las redes sociales.
Y es que las redes sociales en este caso han conseguido hacer muy popular al barrendero y su gesto, aunque optimista y esperanzador, muestra que con un poco de imaginación, un poco de suerte y un buen trabajo es posible llegar a mucha gente. Parece que la empresa de limpieza, FCC, no se ha entrometido en lo que hace Emilio especialmente después de ver la espectacular reacción de los que hemos visto el vídeo en Internet.
Para los publicistas es un ejemplo que pronto veremos modificado anunciando algún producto y para Bob Esponja sigue siendo una buena época y se mantiene como un personaje muy popular porque todos los niños lo conocen. Y Emilio me imagino que estará muy satisfecho por el reconocimiento aunque me parece que ahora todos los días va a tener cámaras, teléfonos móviles y todo tipo de dispositivos grabándole y limitando su frescura. Esperemos que su ilusión no se apague y que siga disfrutando, haciendo felices a los niños y a los adultos.
Y creo que no deberíamos hacer más comentarios. Felicitamos a Emilio por su espontaneidad y su respeto hacia los niños y porque nos ha emocionado a muchos mayores por comportarse con los niños con tanto cariño transmitiéndoles mucha ilusión.
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