Hace unas semanas estuve en el Teatro Circo Price disfrutando de la presentación mundial de la obra del realizador de teatro canadiense Robert Lepage. La obra se llama 'Juego de Cartas 1: Picas' y forma parte de una cuatrilogía cuya temática estará explicada a través de los juegos de cartas. Lo más sorprendente de la obra de Teatro, que no era para niños, fue que se desarrolló en un escenario totalmente circular.
Y es que los escenarios circulares son una forma sorprendente de ver una obra de Teatro. En el mundo existen unos cuantos espacios en los que es posible representar este tipo de obras pensadas para que todos los espectadores disfruten y los actores también porque su actuación es contemplada desde los 360º que compone la escena. La red de teatros es fantástica y es un patrimonio excepcional con edificios hermosos como se puede ver en la página de la red de teatros 360º. En la imagen aparece el Teatro Circo Julio Verne de la ciudad de Amiens, en Francia.
En España el Teatro Circo Price pertenece a la Red y el director, Pere Pinyol, es uno de los miembros fundadores. La obra de Lepage está funcionando por Europa, se trata de un gran espectáculo y tiene un plan por el que espera estrenar los cuatro palos de la baraja ¡durante las 12 horas que dura el espectáculo! Imaginad el esfuerzo de los actores, seis que representan hasta seis personajes cada uno, y del público con un escenario circular en el que todo se puede ver. Espero que lo consigan porque sería un gran espectáculo.
Lo que más me gusta del proyecto es que la Red 360º tiene como propósito representar espectáculos en los que el escenario estará rodeado por el público en su totalidad. Especialmente espero que piensen en los niños y en obras en las que ellos puedan disfrutar. Creo que es una labor de los creativos pensar en programas que puedan representarse en este tipo de espacios y conseguir que los espectadores nos quedemos maravillados y con la boca abierta.
En el espectáculo de Lepage el escenario se transformaba continuamente y se aprovechaban las luces, los sonidos y la capacidad de actuación de los actores para construir escenarios fantásticos. Me encantó un momento que recreaba de forma, casi cinematográfica y en directo, el desierto de Las Vegas al que iban a parar los sueños de los jugadores de casino además de otros personajes que aparecían en la obra.
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